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Precisos (y caros): España compra proyectiles Excalibur, pero ¿y si la alternativa está en casa?
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Precisos (y caros): España compra proyectiles Excalibur, pero ¿y si la alternativa está en casa?

España compra proyectiles de precisión estadounidenses Excalibur, que se han demostrado imprescindibles en el frente ucraniano. Al mismo tiempo, empiezan a aparecer alternativas nacionales

Foto: Obuses M777 utilizando municiones guiadas M982 Excalibur. (USMC)
Obuses M777 utilizando municiones guiadas M982 Excalibur. (USMC)
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La guerra de Ucrania, en su constante evolución de frentes, ha puesto en primer plano un amplio catálogo de armas que van más allá de los sistemas más conocidos. Desde los misiles contracarro a los célebres lanzacohetes Himars, pasando por todo tipo de drones, equipos muy concretos han acaparado noticias y análisis de medios y expertos. Uno de esos casos es la munición guiada de alta precisión para artillería, como los Excalibur estadounidenses, que se han demostrado vitales para los ucranianos. España, aunque tarde, empieza a tener acceso a estos proyectiles para los que ya empieza a haber alternativas nacionales.

Por su distancia de tiro y precisión, las municiones guiadas se han convertido en uno de los activos más importantes para la artillería en el conflicto ucraniano. Modelos como el Excalibur incrementan el alcance y garantizan una enorme precisión. Todo son ventajas con un único y gran inconveniente: son desmesuradamente caros.

La demora de España para dotarse de estas capacidades tiene una doble vertiente. Por un lado, el elevado coste de cada munición, que multiplica por más de 50 veces el precio de una equivalente convencional sin sistema de guiado. Por otro, lo que ya venimos denominando como la afganización de las Fuerzas Armadas españolas, un problema de antiguo donde, en misiones internacionales y hasta la crisis de Ucrania, jamás se había desplegado artillería pesada.

La situación cambió en estos últimos años y, en 2019, España decidió implementar estas nuevas capacidades con la adquisición de un primer lote de 118 unidades de munición M982A1, conocida como Excalibur, que estuvo disponible desde 2020. En esos años anteriores, tan solo se realizaron pruebas para evaluar el material de las que se encargó el Mando de Artillería de Campaña (MACA).

Foto: Pieza francesa Caesar de la Task Force Wagram en Al Quim, frontera siria. (US Army)

Por otro lado, a principios de año se solicitó un segundo lote con 153 proyectiles adicionales, que unido al anterior, supone un importe total de 48,2 millones de dólares (unos 44 millones de euros) y que ha sido aprobado por la DSCA (Defense Security Cooperation Agency) norteamericana, que, tras el segundo paquete, debía dar la autorización de exportación. En total, hablamos de 271 disparos. No se molesten en calcular el precio unitario porque, por más que el M982 es caro, la cifra sería engañosa, pues en ese paquete van otras muchas cosas además de los propios proyectiles. Se incluye una unidad portátil de control de tiro FCS o fire control system, equipos para la carga modular de propelente (que facilita el cálculo de las cargas impulsoras) asistencia técnica, recambios y material auxiliar y de limpieza, entre otros.

placeholder Artilleros del Cuerpo de Marines preparando un proyectil Excalibur. (USMC)
Artilleros del Cuerpo de Marines preparando un proyectil Excalibur. (USMC)

También se facilitan (en número no especificado) varios equipos SKL o simple key loaders. Se trata del AN/PYQ-10, un pequeño dispositivo que, en esencia, es un cargador de claves que permite almacenar y trasferir datos encriptados de forma segura. Se utilizan para el cargado de datos en los módulos de guiado.

La espada que no falla

Quien le pusiera al M982 el nombre de Excalibur acertó de lleno, pues las estocadas lanzadas van directas al enemigo, sin fallar. Se trata de un conjunto bastante complejo, pues, además de su sistema guiado, incorpora un añadido en su parte trasera para lograr un alcance extendido. El guiado se realiza mediante GPS, apoyado con un sistema inercial (INS). El primero utiliza el posicionamiento por satélite, mientras que el segundo establece su posición tomando como referencia el punto de partida y los movimientos realizados.

Para conseguir el alcance extendido utiliza la tecnología base bleed, que dispone de un pequeño generador de gas en la parte final; con ello se rellena el vacío que provoca al moverse a velocidades supersónicas en el aire, minimizando el efecto de succión, disminuyendo así su resistencia aerodinámica y aumentando su alcance. Es importante recalcar que el generador de gas no proporciona impulso adicional, tan solo reduce la resistencia aerodinámica y con ello aumenta su alcance.

El conjunto mide un metro de largo y pesa 48 kg. La cabeza de guerra es de 5,4 kg y dispone de una espoleta programable que permite, bien detonar antes del impacto a una altura seleccionada —ideal contra objetivos poco protegidos o concentraciones de tropas— o bien actuar con retardo, por ejemplo, contra una fortificación o puesto de mando enterrado.

El M982 se dispara como cualquier munición convencional. Una vez ha alcanzado el apogeo de su trayectoria (el punto más alto) comienza a actuar el sistema de guiado, que consiste en cuatro aletas situadas en la nariz, ayudadas por un juego de aletas rotatorias en la parte final cuya función es estabilizadora. Con estos dispositivos el M982, dependiendo del tipo de cañón, podría alcanzar sin problemas los 50 km, habiéndose logrado ya alcances de hasta 70 km y siempre con un CEP inferior a los 10 metros (aunque se admite que en realidad es de cinco metros).

Entender la precisión

Para definir la precisión de un proyectil no sirve decir acierta o falla, ya que se calcula siempre en términos de probabilidad de impacto. Es decir, se entiende la precisión como la mayor o menor probabilidad de dar en el blanco. Por ello, al hablar de precisión de artillería, se utiliza el concepto de CEP o circular error probability. El CEP se basa en los conceptos estadísticos de distribución normal y se define como el radio de un círculo en el que cae el 50% de los disparos. Esto es, un CEP de 10 metros significa que, si se disparan 20 proyectiles, se garantiza que al menos 10 de ellos caen en un radio de 10 metros del punto objetivo. Por distribución estadística, en un radio de entre 10 y 20 metros deberían producirse el 43% de los impactos, aproximadamente nueve, y entre 20 y 30 metros menos del 7%, en nuestro ejemplo tan solo uno.

Para analizar si un valor de CEP (precisión) es alto o bajo se debe pensar que el radio letal de una munición estándar de 155 mm es de 50 metros. Esto quiere decir que todo lo que esté en esa distancia del punto de impacto quedará destruido o dañado. Un disparo con munición estándar a un alcance de unos 30 km tiene, dependiendo de condiciones, un CEP de 260 metros, por lo que no se puede garantizar la destrucción con un único disparo y por ello se hace lo que se denomina “fuego de saturación”, varios disparos para cubrir un área. Con un solo disparo guiado que tuviera un CEP de 10 metros, la destrucción de ese objetivo quedaría garantizada. Por ello, un CEP inferior a 20 metros ya se considera una precisión muy elevada.

¿Hay alternativas al Excalibur?

Ante los elevados precios de estos proyectiles, hay que preguntarse si hay alternativas nacionales al Excalibur. La respuesta es un sí. Existe una opción basada en lo que se denominó PGK o precision guidance kit. La idea es sencilla. En lugar de proporcionar un único conjunto con alcance extendido, cabeza de guerra, guiado y espoleta, como es el Excalibur, se diseña una pieza que se acople a un modelo estándar y que incluye espoleta y guiado.

placeholder Artillero norteamericano con un proyectil de 155 mm dotado con kit PGK. (US Army)
Artillero norteamericano con un proyectil de 155 mm dotado con kit PGK. (US Army)

La ventaja es que se alcanzan valores de CEP muy buenos (aunque inferiores a los de un M982) con un coste muy inferior al del equipo estadounidense. El problema es conseguir que el sistema de guiado funcione. Sobre esta base, la empresa española Escribano M&E ha diseñado un sistema equivalente que denominan FGK o fuze guidance kit que estaría operativo y es de diseño y propiedad intelectual 100% española. Esto, en términos profesionales, es lo que se denomina ITAR Free (international traffic in arms regulations) que viene a decir que no existe ningún componente crítico sobre el que exista o pueda existir alguna limitación a la hora de exportar. Es decir, se tiene la propiedad total del diseño. Un detalle de enorme relevancia en una industria con enorme competencia internacional.

Los Kits FGK se pueden acoplar a cualquier proyectil de 155 mm, aunque también se ha desarrollado otra versión específica para morteros de 120 mm. Cada kit se mueve en el entorno de los 14.000-16.000 dólares, lo cual lo hace competitivo frente a la munición no guiada (entre 1.500–2.000 dólares) y el Excalibur, alrededor de los 115.000 dólares. Y por este precio y según las pruebas realizadas —en España se han realizado ya más de 300 disparos con kit FGK—, obteniendo un CEP menor de ocho metros. Un ratio precio/precisión que lo convierte en una alternativa viable.

Foto: Silam de Escribano y Expal. (Sergio Beleña)
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El camino de Escribano para llegar a este resultado ha llevado una considerable inversión de tiempo, recursos e investigación hecha en casa. El desafío ha sido partir de cero para lograr un producto operativo en las condiciones extremas que plantea un proyectil de artillería, sometido a unas aceleraciones 19.000 veces el campo gravitatorio terrestre, velocidades de más de 1.200 m/s y una rotación de 18.000 vueltas por minuto (es la velocidad de giro sobre su eje que adquieren las municiones de artillería al ser disparadas y que sirve para su estabilización en vuelo).

En ese entorno, el sistema debe ser capaz de saber su ubicación, sus condiciones de vuelo y mover dos aletas para llevar el proyectil a su destino. Para ello la clave es un circuito que integra el sensor de GPS más un acelerómetro, inclinómetro y magnetómetro, que determinan la posición relativa de la munición y su alineación con el norte magnético. Es decir, un conjunto INS en toda regla. Todo ello en una placa de apenas seis centímetros de lado. Pero la verdadera magia es haber podido integrar todo en un sistema híbrido que está funcionando.

placeholder Kit de guiado FGK de Escribano. (Juanjo Fernández)
Kit de guiado FGK de Escribano. (Juanjo Fernández)

Para mayor seguridad el sensor de posicionamiento por satélite no solo se basa en GPS, sino en GLONASS (ruso) y Galileo (europeo) de manera simultánea. Esto permite hacer comparaciones en tiempo real y, en su caso, descartar una de las señales si hubiese sido interferida. Al igual que ocurre con el Excalibur, el módulo de guiado comienza a trabajar prácticamente a partir del apogeo de su trayectoria y es muy difícil de interferir pues, incluso si se inhibiera la señal en la última parte de su vuelo, próximo al objetivo, el sistema inercial llevaría la munición hasta las proximidades del blanco. Aunque se perdería algo de precisión, dado el radio letal de un 155 mm, casi se podría asegurar su destrucción.

placeholder Conjunto del sistema de guiado  y placa (izquierda) con GPS y sistema Inercial. El tamaño reducido es patente (Juanjo Fernández)
Conjunto del sistema de guiado y placa (izquierda) con GPS y sistema Inercial. El tamaño reducido es patente (Juanjo Fernández)

Este tipo de kit supone una alternativa seria, real y eficaz al coste de un M982 y si a finales de este año las pruebas de certificación con el Ejército de Tierra son satisfactorias, Escribano (y España) entrará a formar parte de un selecto club de empresas capaces de desarrollar esta tecnología, de las que de momento, solo ATK (norteamericana, fabricante del M1156 Precision Guidance Kit), BAE Systems (británica) y Elbit (israelí) forman parte.

"Hacer una torre con cañón de 30 mm fue muy fácil", resume Ángel Escribano, consejero delegado de la firma. "Conseguir que el FGK funcione, simplemente supone estar a otro nivel, jugar en otra liga", agrega.

La guerra de Ucrania, en su constante evolución de frentes, ha puesto en primer plano un amplio catálogo de armas que van más allá de los sistemas más conocidos. Desde los misiles contracarro a los célebres lanzacohetes Himars, pasando por todo tipo de drones, equipos muy concretos han acaparado noticias y análisis de medios y expertos. Uno de esos casos es la munición guiada de alta precisión para artillería, como los Excalibur estadounidenses, que se han demostrado vitales para los ucranianos. España, aunque tarde, empieza a tener acceso a estos proyectiles para los que ya empieza a haber alternativas nacionales.

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