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Criptodivisas, pasaportes y maridos falsos: así burlan las sanciones los rusos ricos en Europa
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Hecha la ley, hecha la trampa

Criptodivisas, pasaportes y maridos falsos: así burlan las sanciones los rusos ricos en Europa

El sistema de sanciones impuesto por la UE incluye un paquete de medidas segregacionistas que castiga a los rusos, no en función de su responsabilidad individual, sino de su origen

Foto: Una mujer cuenta rublos rusos en una oficina postal de Simferópol. (EFE/Artur Shvarts)
Una mujer cuenta rublos rusos en una oficina postal de Simferópol. (EFE/Artur Shvarts)
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"No me preguntes su nombre, porque ni siquiera lo recuerdo", nos dice Andréi, un refugiado de la región rusa de Krasnodar que huyó a Cataluña a finales del pasado año. "El caso es que a mi llegada a Europa conocí a un tipo de Chisinau [Moldavia] con quien trabé amistad. A mediados de octubre, viajó a su país, y a su regreso, en Navidad, me llamó y me preguntó: '¿Quieres un pasaporte rumano?'. El esquema era terriblemente simple. Parece que el Gobierno de Rumanía aprobó una ley que permite adquirir la nacionalidad por ascendencia. Todos los descendientes biológicos de rumanos tienen derecho a restaurar su nacionalidad. Lo interesante aquí es que basta con que tengas 3.000 euros para que alguna de esas mafias de rumanos te falsifique las raíces y te proporcione documentos que acreditan que tu abuelo o que tu abuela procedían de alguno de los territorios de la Gran Rumanía. Yo no lo hice. Pero me dijeron que podía conseguir un pasaporte de ese modo en poco más de seis meses. Y ese es solo uno de los muchos atajos que comenzaron a ofrecerme al llegar a Cataluña. Sé que algunos han tirado por ahí. La gente está desesperada", cuenta Andréi.

Son muchas las marrullerías que ha ofrecido la calle para responder a las sanciones. Hecha la ley, hecha la trampa. Desde que Putin arrojó a su ejército contra sus vecinos, ha convertido en parias a los rusos. "El problema es que las restricciones que impuso Occidente fueron supuestamente concebidas para debilitar la posición del Kremlin, de sus cortesanos y sus oligarcas. Pero al final del día, los más perjudicados hemos sido los pobres que salimos huyendo de la guerra o la conscripción forzosa y la represión, y no podemos permitirnos pagar un abogado para que nos diseñe una estrategia a la medida o contratar a un traductor que nos ayude a entender toda esa compleja burocracia española. El asunto tiene gracia, porque las dificultades que experimentamos en Europa los exiliados por nuestras convicciones pacifistas son usadas por la dictadura para burlarse de los que huyen y demostrar a sus audiencias que el mundo occidental nos odia", continúa el exiliado.

Foto: Vladímir Putin en el consejo de seguridad en Moscú. (EFE)

Lo que deben proteger esta pequeña avalancha de inmigrantes que ha llegado a España desde febrero del pasado año no es el amarre de su yate de Mallorca o su villa de Orihuela, sino su propia vida. Afrontan, al menos, dos clases de envites: los comunes a todos los extranjeros pobres y los derivados de su específica condición de rusos. Sucedió incluso, sobre todo al principio, que los bancos españoles cancelaron indiscriminadamente las cuentas de miles de estos refugiados. De la noche a la mañana, se quedaron fuera del sistema. Ni siquiera podían recibir una transferencia, de modo que el mercado negro de los "sin papeles" respondió resucitando viejos trucos e inventando algunos nuevos.

Sobre la mesa, lo que la Unión Europea decretó tras la invasión fue la cancelación de las cuentas de los rusos que poseyeran más de 100.000 euros. Sin embargo, en la práctica, las entidades españolas eliminaron de forma indiscriminada cientos de cuentas de expatriados que ni de lejos alcanzaban esa cifra en su posición global. Había cundido el pánico y fue un poco como aquel viejo grito de guerra falsamente atribuido al cruzado Simón de Monfort: "¡Mátalos a (casi) todos y Dios elegirá a los suyos!". A la postre ha sucedido que los que más se han salvado de la quema han sido los poderosos. Es decir, se han cancelado las cuentas de muchos rusos que no tenían esa cantidad de dinero, pero se han mantenido las de algunos que sí poseían ahorros significativos. El sistema es tan absurdo e ineficiente que, tal y como Andréi precisa, ha castigado más a la disidencia y a los inmigrantes económicos que a los secuaces del Kremlin, dado que el principal elemento para sobrevivir en esta nueva jungla de arbitrariedades es el dinero.

Para los recién llegados, el lograr abrir alguna cuenta es una entelequia, lo que ha arrojado masivamente a los huidos a la cuneta atendiendo a su origen y sin considerar en ningún caso su responsabilidad en la agresión o su complicidad con la dictadura. Las normas son claramente segregacionistas porque no distinguen entre los villanos y el común de los mortales. Son castigados por su nacionalidad, como si fueran portadores de una responsabilidad congénita colectiva, un pecado ruso original que no puede redimirse ni con sus acciones individuales.

El caso de Andréi es paradigmático porque, a todos los efectos, ha sido represaliado por partida doble. Tuvo que dejar su tierra y su familia para zafarse de los corruptos funcionarios de su región o krai a quienes plantó cara oponiéndose al conflicto y ahora enfrenta los obstáculos que Occidente intenta interponer sin éxito para trabar la rueda de la maquinaria de guerra rusa. Hace algunas semanas acudió a su médico de cabecera en busca de ayuda sicológica porque sus circunstancias personales estaban a punto de quebrarle. Hay docenas de casos conocidos como el suyo. Rusos y rusas que tuvieron el valor de desafiar a la dictadura de su país poniéndose del lado de los ucranianos y ahora se arrastran a duras penas por España con trastornos diagnosticados de estrés postraumático o depresiones de caballo. Muchos siguen viviendo de la caridad familiar porque, entre aguardar los papeles, no pueden trabajar tampoco legalmente. Son las víctimas colaterales de la guerra.

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"Tengo entendido que abrir una cuenta con un visado turístico era ya prácticamente imposible porque los bancos aducían que el usuario carecía de un domicilio permanente en el país", asegura Andréi. "Pero no ha sido más fácil para los solicitantes de asilo con la llamada tarjeta blanca. Yo lo intenté primero en una sucursal del Santander situada en una localidad de la periferia de Barcelona, donde tengo registrado mi domicilio y, tras una larga espera, se negaron diciendo que esa es la política del banco. Probé después con el Sabadell y obtuve una respuesta parecida. Luego lo intenté en una sucursal del Deutsche Bank en Barcelona y un supuesto especialista se me sacó de encima diciendo que las leyes internacionales prohibían abrir cuentas a los rusos. ¿Pero qué ley en concreto?, pregunté. Y adivina qué hicieron. ¡Me rogaron que me fuera! La más exitosa de mis tentativas tuvo lugar en una sucursal barcelonesa del CaixaBank... Conseguí que me dejaran presentar una copia de todos los documentos (pasaporte, cédula blanca y mi registro de residencia) e incluso llegué a las puertas de la apertura de la cuenta... Pero [a menudo hay un pero]... 10 días después de la intentona, el servicio de seguridad del banco no había dado aún su bendición y el gerente dejó de responder a mis correos".

Algunas fintechs (tecnologías financieras) como Revolut o N26 simplemente han eliminado de sus menús desplegables la posibilidad de que el sistema reconozca los documentos de los rusos que soliciten una cuenta. Más segregación por nacionalidad. Otras entidades como el BBVA o el mentado Santander sí abren cuentas para rusos con permiso de residencia o, en el caso del primero, con visado de estudiante. En La Caixa son más benevolentes con los irregulares, pero a condición de que un trabajador social dé la cara por ellos. El problema es el tiempo que los expatriados viven en el limbo, mientras aguardan a que se resuelva su petición de regularización. Ese es, por así decirlo, el escenario general para esta nueva especie de leprosos que ha creado la guerra y ese es también el caldo de cultivo donde emerge esta nueva picaresca.

Hay, por así decirlo, dos grandes categorías de artimañas: las que pueden permitirse quienes tienen recursos y la de quienes deben aferrarse a un clavo ardiendo. Y eso vale también para conseguir el permiso de residencia. "Algunas startups españolas han transferido participaciones de sus empresas a ciudadanos rusos que querían mudarse a España por precios que oscilan entre 30 y 50.000 euros", nos dice un empresario moscovita afincado en el litoral mediterráneo. “Es una manera rápida de conseguir el permiso de residencia por emprendimiento. Es lo que aquí suele llamarse inmigración empresarial. Y créame, en los casos que conozco y que me atañen de cerca, no hubo preguntas sobre competencias personales, conocimiento del idioma o aptitudes”.

También él vino a España, como Andréi, huyendo de la represión. Solo que lo hizo con la cartera [de criptodivisas] llena. Y a diferencia de su compatriota, no ha tenido problemas con los bancos. "De entrada, yo he podido abrir cuentas en varias entidades", asegura. "Entiéndeme. Si abres dos o tres, no llamas la atención. Es cierto que tienen un límite de 100.000 euros en los depósitos, pero efectuamos pagos y las recargamos nuevamente tantas veces como sea necesario. Supongo que me sigues".

¿Y cómo se las han ingeniado hasta la fecha el empresario para transferir su dinero desde Rusia? "Tampoco eso es complicado", nos revela nuestro confidente. "Lo que hacemos, por ejemplo, es crear una sociedad ficticia en un país postsoviético no sujeto a las sanciones como Kazajistán. Enviamos los fondos al país en cuestión y de allí se redirigen a una compañía española o se dedica a comprar un yate o un negocio. Recuerda que ese yate o ese negocio solo pueden ser bloqueados si apareces en alguna de las listas negras de los americanos o la UE".

El caso de este empresario es más complejo, incluso porque tiene las cuentas bloqueadas en su país de origen. "Por eso uso las de mis amigos y mi familia", afirma. De hecho, es un procedimiento único al que han utilizado muchos de los oligarcas. Eso explica también que, tras la invasión, se registraran (falsos divorcios) por doquier y abuelitas octogenarias emparentadas con los halcones del Kremlin empezaron a aparecer como titulares de colosales propiedades.

"Piensa que ni siquiera fueron capaces de incluir a la madre de Prigozhin en la lista de sanciones", añade el empresario ruso. "Ganó en todos los tribunales. Además, hay una opción intermedia igual o más de fácil que es la que utilizan la mayoría de los rusos que viven en España. Consiste en almacenar el dinero en una cartera anónima de criptomonedas y retirarlo en cualquier momento y en cualquier divisa. No toma más de diez minutos comprar bitcoins o lo que sea a cambio de rublos y cambiarlas por euros en cualquier lugar del mundo. Los intercambios de ese tipo en Europa son enormes y no hay quien controle eso. Por otro lado, yo diría que sacar dinero de Rusia para gastarlo en España es bastante beneficioso para la economía del país. La más perjudicada es Rusia".

placeholder Esta tarjeta china es ofrecida por un banco ruso controlado por el ministro ruso de Agricultura. Eventualmente, también puede usarse en España.
Esta tarjeta china es ofrecida por un banco ruso controlado por el ministro ruso de Agricultura. Eventualmente, también puede usarse en España.

En efecto, tal y como dice este empresario, la adquisición de criptodivisas es probablemente el sistema más utilizado por los rusos para transferir dinero a España, y ello incluye, en este caso, a las economías más humildes. "Yo suelo utilizar Binance", nos corrobora Andréi. "Es tan simple como ir al banco ruso Sber o cualquiera de esos servicios digitales y adquirirlas para cambiarlas luego por divisas occidentales. El principal inconveniente son las altas comisiones que uno se deja en la operación. Si cambias 100.000 rublos [unos 988 euros al cambio oficial], te dan 850".

Las tarjetas Visa y Mastercard emitidas desde Rusia han sido también inhabilitadas. Lo que los refugiados están haciendo en estos casos es utilizar tarjetas chinas de UnionPay que normalmente sí funcionan en Caixa Bank y otros. "Fíjate que el emisor de UnionPay en Rusia es RosSelkhozBank, que es controlado por el ministro de Agricultura, Dimitri Nikolaevich Patrushev. Es ridículo, si lo piensas", añade Andréi. Si nada de lo anterior funciona, también pueden contratar una tarjeta en alguna de las entidades de otros países de la antigua Unión Soviética no sujetos a sanciones. Una de las populares es la que expide el Banco Comercial de Kirguistán.

placeholder Un banco regentado por el ministro ruso de Agricultura ofrece tarjetas chinas de UnionPay con las que puede operarse en algunas entidades españolas.
Un banco regentado por el ministro ruso de Agricultura ofrece tarjetas chinas de UnionPay con las que puede operarse en algunas entidades españolas.

Los oligarcas y empresarios rusos en España no solo han constituido empresas ficticias en jurisdicciones no sancionadas para realizar operaciones financieras, sino que han fabricado motivos artificiales para que las autoridades rusas no reclamen el producto de la venta de activos en el extranjero o fiscalicen sus beneficios (por ejemplo, obligaciones de deuda ficticias de empresas rusas a empresas extranjeras). Es decir, evitan devolver a Rusia el dinero por la venta de productos o servicios en la UE fabricando falsas deudas con empresas europeas.

Eso es exactamente lo que, según Margarita Victorovna K, hizo su padre —el empresario Viktor Yuryevich K— para seguir operando en la Unión Europea. En palabras de esta solicitante de asilo rusa residente en España, Yurievich es propietario de varias empresas comerciales, logísticas y editoriales en Rusia, cuyos principales clientes son las propias instituciones de su país, a las que vende libros de texto y literatura educativa. "Tras la anexión de Crimea, en 2014, creó una empresa en Lituania supuestamente dedicada a servicios de logística y se sirvió de ella para transferir dinero a Europa bajo el conocido esquema del préstamo", relata. "Al pasar a ser titular de una sociedad con sede fiscal en Europa, recibió también un permiso de residencia en Lituania y pudo moverse libremente por todo el territorio de la Unión. Cuando el año pasado comenzaron a introducirse nuevas restricciones, creó una segunda sociedad en Georgia, que registró en su propio apartamento de Batum, y se sirvió de ella para seguir operando con Rusia. En 2022, compró una propiedad en Marbella". Ningún problema.

placeholder La refugiada rusa en España Margarita Victorovna asegura que su padre logró burlar las restricciones creando una segunda sociedad en Georgia.
La refugiada rusa en España Margarita Victorovna asegura que su padre logró burlar las restricciones creando una segunda sociedad en Georgia.

El reverso más absurdo de todo este sistema de restricciones y sanciones individuales implementado por España y por los europeos es que, un año y medio después del inicio del conflicto, los activos de los oligarcas involucrados en las políticas genocidas de Rusia siguen teniendo miles de millones invertidos en los mercados de capitales a través de empresas tapadera. Es un hecho conocido que el intento de arrodillar a Rusia no ha surtido efecto de momento porque la camarilla de multimillonarios protegida por el Kremlin ha camuflado su dinero urdiendo redes de falsas sociedades en cuya cabeza situaban a familiares o personas de confianza.

A finales del pasado mes, varias agencias de noticias y el sitio web Vazhnye Istorii ilustraron lo acaecido mencionando el caso de dos de los oligarcas más próximos al presidente ruso, los hermanos Arkady y Boris Rotenberg. Ambos han logrado ocultar sus bienes mediante testaferros. No han tenido problemas en adquirir propiedades en España utilizando fondos offshore.

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Artem Uss, hijo del gobernador de Krasnodar, consiguió escapar de Italia supuestamente con un pasaporte falso expedido por el FSB.

Desde la anexión de Crimea, se han documentado también decenas de casos de rusos sancionados que han burlado a las autoridades europeas adquiriendo una falsa identidad con la ayuda del propio Servicio Federal de Seguridad (FSB). Los documentos son falsos, pero legales simultáneamente, dado que han sido expedidos fraudulentamente por el FSB. Contienen los datos biométricos, junto a un nombre y unos apellidos ficticios. Un caso sonado es el del hijo del gobernador de Krasnodar, Artem Uss, quien logró abandonar el territorio de la Unión a pesar de que los norteamericanos habían advertido ya a las autoridades de Roma del peligro de fuga. Uss había sido arrestado por la policía italiana en octubre del pasado año a petición de los norteamericanos, quienes le acusaron, entre otras cosas, de usar una compleja secuencia de transacciones mediante criptomonedas para comprar tecnología militar estadounidense para los rusos. Se salió con la suya.

Una investigación conjunta de The Insider y Bellingcat proporcionó pruebas también de que el exministro de Defensa de la llamada DPR (República Popular de Donetsk) Igor Strelkov (su nombre real es Girkin) usó un pasaporte con un nombre falso desde al menos noviembre de 2014 hasta febrero de 2016. Según los periodistas, el documento podría haber sido emitido por el propio FSB.

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El mismo o parecido esquema utilizado para transferir dinero a Europa a través de los países de la Unión Aduanera (donde está incluida Rusia, junto a Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán, entre otros) se usa en sentido inverso para burlar el estrangulamiento y las restricciones a las compras, por ejemplo, de repuestos, maquinarias o productos. El procedimiento básico consiste, por ejemplo, en adquirir en la UE equipo sancionado a través de una empresa creada en Georgia. Esta vende el lote de productos a un país que, como Armenia, forma parte de la Unión Aduanera, y desde allí entra en Rusia sin trabas. Otra modalidad de esta misma artimaña es el llamado "tránsito perdido". En este caso, es una empresa de un país como Kazajistán la que adquiere las mercancías sancionadas, que se envían en tránsito a través de Rusia o Bielorrusia. Naturalmente, los bienes se pierden de camino. De ahí el nombre de la triquiñuela.

"Qué paradoja, ¿no?", añade Andréi. "Por un lado, los miembros del círculo mágico de Putin han encontrado la manera de seguir comprando propiedades en España y, por otro, hay disidentes rusos y emigrantes sin recursos en la Península que han llegado a plantearse hasta pagar por un esposo o una esposa si es que eso les ayuda a superar todo este infierno burocrático. Tan desesperada está la gente que en Barcelona hay alguna escuela de español para extranjeros frecuentada por rusos donde se ofrecía la posibilidad de un matrimonio o la creación legal de una pareja de hecho a cambio de entre cinco y diez mil euros. No es que las academias funcionen como agencias de citas encubiertas, sino que los buscavidas las frecuentan porque van a pescar posibles clientes".

Al decir del refugiado, se paga incluso más por vincularse a un gay porque proporciona doble garantía de que no el exiliado no va a ser devuelto a Rusia debido a la persecución que sufre la comunidad LGBT. "Yo conozco dos casos, aunque todavía es pronto para juzgar los resultados o si realmente funciona el método. A mí me parece una locura", apunta Andréi. "Esto es como una gran competición entre el gran y pesado camión de la burocracia europea y el coche rápido y caro de los villanos rusos. Si colisionan, por supuesto, gana el camión... pero entre tanto, es el coche quien se lleva el gato al agua gracias a su dinero y a sus abogados".

"No me preguntes su nombre, porque ni siquiera lo recuerdo", nos dice Andréi, un refugiado de la región rusa de Krasnodar que huyó a Cataluña a finales del pasado año. "El caso es que a mi llegada a Europa conocí a un tipo de Chisinau [Moldavia] con quien trabé amistad. A mediados de octubre, viajó a su país, y a su regreso, en Navidad, me llamó y me preguntó: '¿Quieres un pasaporte rumano?'. El esquema era terriblemente simple. Parece que el Gobierno de Rumanía aprobó una ley que permite adquirir la nacionalidad por ascendencia. Todos los descendientes biológicos de rumanos tienen derecho a restaurar su nacionalidad. Lo interesante aquí es que basta con que tengas 3.000 euros para que alguna de esas mafias de rumanos te falsifique las raíces y te proporcione documentos que acreditan que tu abuelo o que tu abuela procedían de alguno de los territorios de la Gran Rumanía. Yo no lo hice. Pero me dijeron que podía conseguir un pasaporte de ese modo en poco más de seis meses. Y ese es solo uno de los muchos atajos que comenzaron a ofrecerme al llegar a Cataluña. Sé que algunos han tirado por ahí. La gente está desesperada", cuenta Andréi.

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