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Rusia cierra el caso por "rebelión armada" contra Wagner tras la asonada
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El motín de Wagner

Rusia cierra el caso por "rebelión armada" contra Wagner tras la asonada

Este martes, El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció que ha cerrado el caso penal por rebelión armada del Grupo Wagner tras el motín de 24 horas que protagonizaron los mercenarios el fin de semana

Foto: El presidente ruso Vladímir Putin pronuncia un discurso por televisión en Moscú. (Reuters)
El presidente ruso Vladímir Putin pronuncia un discurso por televisión en Moscú. (Reuters)

Este martes, El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció que ha cerrado el caso penal por rebelión armada del Grupo Wagner tras el motín de 24 horas que protagonizaron los mercenarios el fin de semana..

"Durante la investigación del caso penal (...) sobre rebelión armada se estableció que el 24 de junio sus participantes cesaron las acciones dirigidas directamente a cometer ese delito", señala el FSB en un comunicado citado por la agencia oficial TASS. Así, el organismo ha hecho hincapié en que "teniendo en cuenta esto y otras circunstancias relevantes a la investigación, la autoridad investigadora ha decidido este 27 de junio emitir una decisión para cerrar el caso".

Foto: Fotografía sin fecha facilitada por el Servicio de Prensa del presidente de Bielorrusia. (EFE)

El cierre del caso sigue a las palabras del presidente ruso Vladímir Putin la noche anterior. Su mensaje, retransmitido en la televisión nacional, apenas fue de cinco minutos de duración y apenas entró en más detalles, pese a que minutos antes el secretario de prensa del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguraba que las declaraciones "determinaran el destino de Rusia".

Putin ofreció a los mercenarios que se sublevaron contra la cúpula militar que se unan al Ejército regular del país o se marchen a Bielorrusia. "Hoy tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia al firmar un contrato con el Ministerio de Defensa (...), regresar con su familia y amigos. O los que quieran pueden ir a Bielorrusia", explicó. "Sabíamos que la gran mayoría de los combatientes y comandantes del Grupo Wagner también son patriotas de Rusia, dedicados a su pueblo y al estado. Lo han demostrado con su coraje en el campo de batalla, liberando Donbas y Novorossiya. Intentaron utilizarlos sin su conocimiento contra sus propios compañeros de armas, con quienes lucharon juntos por la patria y su futuro. Por lo tanto, desde el comienzo mismo de estos eventos, tomaron medidas bajo mis órdenes directas para evitar el derramamiento de sangre".

"Un motín armado habría sido reprimido de todos modos. Los perpetradores deben haber sabido sobre esto", continuó. "Cualquier intento de iniciar un motín fracasará".

Foto: Una bandera de Vladímir Putin, en Moscú, el 25 de junio. (EFE/Maxim Shipenkov)
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Mientras que los mercenarios están entre la espada y la pared ante la propuesta de Putin, Prigozhin se queda sin alternativas mientras todavía está en paradero desconocido, y en los últimos dos días solo ha lanzado un mensaje a través de Telegram exponiendo la versión de sus hechos sobre la rebelión armada contra el Ministerio de Defensa ruso. "El objetivo de la marcha era evitar la destrucción del grupo de Wagner".

Inmediatamente después de la aparición en televisión, las agencias de noticias estatales informan que Putin se está reuniendo con los líderes de sus servicios de seguridad. "Putin celebra una reunión con los jefes de los organismos de seguridad: el fiscal general Krasnov; el ministro del Interior, Kolokoltsev; el ministro de Defensa, Shoigu, el director del FSB Bortnikov; el jefe de Rosgvardia Zolotov, el director del FSO Kochnev; el jefe del IC Bastrykin, y el jefe de la Administración del Kremlin Vaino", publicó el Kremlin.

Cabos sueltos

Estas afirmaciones rompen las promesas realizadas durante los momentos de máxima tensión cuando los mercenarios de Wagner estaban a tan solo 200 kilómetros de Moscú. Según el servicio de prensa de Lukashenko, quien medió entre Putin y Prigozhin, el pacto "es absolutamente ventajoso" e incluiría "garantías de seguridad para los combatientes Wagner". Poco después de producirse el trato, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, detallaba que el chef de Putin se exiliaría a Bielorrusia. La Justicia rusa cerraría el caso ya abierto contra Prigozhin como líder de la revuelta y ofrecerá amnistía a los mercenarios que tomaron las armas.

A su vez, Putin dijo que la rebelión se produjo cuando "nuestros camaradas se están muriendo" en el frente, afirmó, era "dividir y debilitar al país", que enfrenta una "amenaza externa colosal" y una "presión externa sin precedentes", según advirtió.

Pese a todo ello, recalcó, "los organizadores de la rebelión, traicionando a su país, a su pueblo", estaban en proceso de promover un "fratricidio", exactamente lo que querían los enemigos de Rusia, tanto los "neonazis en Kiev como sus patrocinadores occidentales y todo tipo de traidores nacionales".

Por otro lado, Putin ha culpado que "todos los enemigos en el extranjero y los traidores nacionales querían que lucháramos entre nosotros. Ellos fallaron", un mensaje repetido por enésima vez en las narrativas del Kremlin. Joe Biden, anticipándose a las posibles palabras del mandatario, había asegurado que ni Estados Unidos ni la OTAN habían tenido nada que ver en la sublevación, y que solamente habían seguido el desarrollo de los acontecimientos "hora a hora".

Voces críticas contra Putin han estallado al finalizar el discurso. "No he visto nada más lamentable en la actuación de un hombre que se parece remotamente al presidente", aseguró en su canal de Telegram el exfuncionario del Servicio Federal de Seguridad, Ígor Guirkin.

Mientras tanto, una información del portal ruso de periodistas independientes Verstka, citando fuentes de las autoridades regionales de Mogilev, en el este de Bielorrusia, decía que ya se ha empezado la construcción de un campamento militar para 8.000 mercenarios de Wagner. Y que habría otros. La región de Mogilev está a unos 200 kilómetros de la frontera con Ucrania.

Para concluir el discurso, Putin agradeció a los soldados y comandantes de Wagner que se detuvieron en la última línea que hayan "tomado la decisión correcta", y al pueblo ruso por su "aguante, solidaridad y patriotismo".

Este martes, El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció que ha cerrado el caso penal por rebelión armada del Grupo Wagner tras el motín de 24 horas que protagonizaron los mercenarios el fin de semana..

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