Ya nadie quiere ser neutral en Europa y este país ha sido el último en darse cuenta
Este domingo se reunieron cerca de 75.000 personas para apoyar la adhesión de Moldavia a la UE, uno de los movimientos más significativos para desvincularse de Rusia
Si quedaba alguna duda sobre el camino que quería tomar Moldavia, este domingo quedó resuelta. "Hemos venido a decir abiertamente con confianza y orgullo que los moldavos son europeos", afirmó la presidenta, Maia Sandu, ante las 75.000 personas que se reunieron en la capital a favor de la integración en la Unión Europea. La manifestación de este domingo ha sido una de las más grandes desde que el país reclamó su independencia de la Unión Soviética en 1991. Más de tres décadas después, la guerra de Ucrania ha explotado el miedo a Rusia y a sus tácticas para perpetuar su influencia en el país. Los tiempos de neutralidad en los que Moldavia quería situarse en un punto entre el Kremlin y Occidente están pasando a la historia.
Los miles de moldavos que se reunieron en la plaza de la Gran Asamblea Nacional de Chisináu respondieron al mitin "Moldavia Europea", organizado por Sandu y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. "Europa es Moldavia. ¡Moldavia es Europa!", dijo mientras la multitud ondeaba banderas ucranianas y europeas. "En los últimos años, ha tomado medidas decisivas y ahora tiene la responsabilidad de llevarlo a cabo, incluso con esta guerra en su frontera", dijo la representante. "La República de Moldavia está lista para la integración en el mercado único europeo".
Casi un año después de que el país obtuviera el estatus de candidato a la UE, el Gobierno intenta avanzar para conseguir adherirse al bloque en 2030. Este gesto ha sido uno de los más determinantes por parte del Gobierno proeuropeo de Sandu, con el que adopta un posicionamiento claro en el marco de la guerra de Ucrania. Suiza fue el primero en abandonar su política neutral para unirse a las sanciones occidentales pocos días después de que las tropas rusas llegaran a Ucrania. Meses después, Suecia y Finlandia presentaron las solicitudes oficiales para formar parte de la OTAN.
Chisinau, Moldova today.
— Anton Gerashchenko (@Gerashchenko_en) May 21, 2023
A demonstration of over 75,000 people in support of eurointegration for Moldova, including Molvova president Maia Sandu and @RobertaMetsola. pic.twitter.com/4LZMGsyjKg
A pesar de que estos dos países forman parte de la Unión Europea, no se habían integrado en una alianza militar hasta que la guerra ha redibujado el marco de seguridad en Europa. “Lo que es muy interesante [sobre la incorporación de Finlandia a la OTAN] es que el ataque de Putin a Ucrania ha cambiado la noción sobre ser neutral. Ya no es algo tan atractivo, queremos beneficiarnos de la seguridad de la OTAN y su efecto disuasorio. Así que, paradójicamente, [ser parte de la OTAN] es mejor para prevenir la guerra que ser un país sin alianzas militares, como era de hecho Ucrania”, sostuvo Camille Grand, analista en defensa y tecnologías de seguridad en el ECFR, en una entrevista anterior en El Confidencial.
En Moldavia, este cambio de paradigma llega después de los intentos del Kremlin para desestabilizar el Gobierno, así como los temores de que la guerra en el país vecino llegue a sus fronteras, donde se encuentra la zona separatista de Transnistria, un punto de apoyo militar para el Kremlin. "Rusia no respeta el estatus de neutralidad de Moldavia, por eso las autoridades deben fortalecer su poder de defensa y alinearse con los estándares internacionales", afirmó Dorin Recean, primer ministro del país.
Sin embargo, la neutralidad política y la militar no van necesariamente de la mano. "No debemos confundir el nivel político con el militar. Moldavia puede acercarse a la UE manteniendo la neutralidad militar, sin, por ejemplo, hacer acuerdos con la OTAN. Esto es muy importante para el país", afirma Bernardo Venturi, analista del Istituto Affari Internazionali y experto en política moldava, a El Confidencial.
A pesar de que la adhesión formal de Moldavia a la UE todavía es un escenario lejano, algunos analistas apuntaron a la respuesta que podría tener Rusia por el movimiento político del Gobierno proeuropeo. No obstante, Venturi ve poco probable un aumento mayor de las tensiones si el país permanece militarmente neutral. "En un futuro hipotético, Chisináu también puede tener acuerdos con Moscú, pero este no es el escenario posible actualmente. Antes de la escalada con Rusia desde 2014, en Moldavia se hablaba con frecuencia de acuerdos económicos tanto con la UE como con Rusia", sostiene.
'Saboteadores' contra Moldavia
Los miedos tanto de Moldavia como de analistas internacionales a una respuesta de Rusia no son, por el otro lado, infundados. En marzo pasado, Volodímir Zelenski anunció que la Inteligencia ucraniana había interceptado un plan de Rusia para destruir el Gobierno de Moldavia. La presidenta Sandu recibió los detalles de este complot, pero no quiso hacerlos públicos y lo único que dijo al respecto es que el Kremlin estaba utilizando "saboteadores" disfrazados de civiles para fomentar los disturbios en el país en medio de un periodo de inestabilidad por la inflación y la crisis energética. "El propósito de estas acciones es derrocar el orden constitucional, cambiar el poder legítimo de Chisináu por uno ilegítimo", dijo.
El reto del Ejecutivo de Sandu es hacer frente a los retos económicos y sociales de un país que afronta cerca de un 27% de inflación, sumido en una grave crisis energética y con un aumento del precio de los productos básicos. Esta situación, acrecentada por la guerra de Ucrania, ha provocado un grave descontento por el que la ex primera ministra Natalia Gavrilita anunció su dimisión, una señal de alerta que fue anunciada por el Gobierno como un simple movimiento dentro del partido gobernante.
Con la manifestación del pasado domingo, la mandataria moldava quiere pisar el acelerador para conseguir la adhesión a la UE y ha pedido a los líderes del bloque que se inicien las conversaciones lo antes posible ante las "amenazas crecientes" de Rusia. "Nada se compara con lo que está sucediendo en Ucrania, pero vemos los riesgos y creemos que podemos salvar nuestra democracia solo como parte de la UE", dijo. Un grupo de eurodiputados influyentes de todos los principales partidos del Parlamento Europeo ha propuesto una moción para que la Comisión Europea inicie las negociaciones a finales de año.
Paralelamente, los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron este lunes la puesta en marcha de una nueva misión civil en Moldavia para ayudar a reforzar la resiliencia de su sector de la seguridad en la gestión de crisis y la lucha contra las amenazas híbridas. "Los esfuerzos por desestabilizar la República de Moldavia han aumentado notablemente desde el inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania, y representan una amenaza directa para la estabilidad y la seguridad de las fronteras exteriores de la UE", destacó el Consejo Europea en un comunicado.
En los próximos días, se han organizado eventos similares al del pasado domingo en otras ciudades de Moldavia, mientras que Shor, el partido de la oposición y abiertamente prorruso, ha convocado manifestaciones contra el proceso de adhesión del país a la UE. Además, planea llevar a cabo un referéndum para que los habitantes decidan en qué lado quieren posicionarse "si hacia el oeste o hacia el este".
Ilhan Shor, el líder del partido opositor, es una de las figuras más polémicas de Moldavia, apodado "el enviado del Kremlin" por sus lazos con el Gobierno ruso y que estaría exiliado en Israel tras ser condenado por fraude. A pesar de la relevancia de la manifestación proeuropea a la que acudieron cerca de 75.000 personas, la figura de Shor se ha convertido en un símbolo de la influencia de la que todavía goza el Kremlin en la exrepública soviética.
"Hay esfuerzos anteriores para mantenerse neutral, pero Moldavia se encuentra en la mira del Kremlin; lo quieran o no, son parte de este conflicto más amplio en Ucrania”, dijo Arnold Dupuy, investigador del Atlantic Council. en Washington, a Politico. “Hay un esfuerzo del Kremlin para convertir al país en un Kaliningrado del sur, poniendo en marcha un régimen amistoso que les permite atacar los flancos de los ucranianos. Pero esto no ha sido tan efectivo como esperaba el Kremlin y en realidad han fortalecido la mano del Gobierno para buscar protección en la UE y la OTAN”, añadió Dupuy.
El largo camino hacia la adhesión
La intención de Chisináu es encontrar ese apoyo en el bloque europeo y, pese a la buena respuesta tanto de Roberta Metsola como de otros representantes europeos, el camino se antoja largo y complejo. “¡Pensemos cuánto tiempo han estado esperando tantos países de los Balcanes Occidentales! Sin embargo, Moldavia ya está creando muchos lazos con la UE (económicos, comerciales, culturales, etc.) y continuarán en los próximos años”, argumenta Bernardo Venturi a este periódico.
Por su parte, Tom de Waal, investigador y miembro de Carnegie Europe, subrayó para Politico que el desafío que afronta el país para conseguir su objetivo es enorme después de años de influencia rusa. "Tendrán que superar esta cultura oligárquica que ha operado durante 30 años donde todo es informal, las instituciones son muy débiles y gran parte de la burocracia se hace viable por intereses creados".
El principal escollo al que tendrán que hacer frente es la región separatista de Transnistria, una zona fronteriza con Ucrania liderada por separatistas prorrusos y donde se encuentran cerca de 1.500 soldados rusos. Al principio de la invasión, los expertos militares temieron que este territorio fuera utilizado por Rusia como una plataforma de lanzamiento para atacar el sur de Ucrania, aunque esta hipótesis es ahora muy poco probable porque el foco militar de Vladímir Putin está puesto en el Donbás, al este.
Aun así, un artículo de Financial Times apuntó que en Transnistria se almacenan cerca de 22.000 toneladas de municiones y Kiev desplegó recientemente más tropas en su frontera con Moldavia. “El país no puede convertirse en miembro de la UE con tropas rusas en su territorio en contra de la voluntad de la propia República de Moldavia, por lo que tendremos que resolver esto antes de la adhesión”, dijo el eurodiputado rumano Siegfried Mureșan, presidente de la delegación del Parlamento Europeo en el país, al medio estadounidense.
"No sabemos ahora cómo podría ser una solución, pero el hecho de que no tengamos una respuesta a este elemento tan específico no debería impedirnos avanzar en la integración europea de Moldavia en todas las demás áreas donde podamos", concluyó.
Si quedaba alguna duda sobre el camino que quería tomar Moldavia, este domingo quedó resuelta. "Hemos venido a decir abiertamente con confianza y orgullo que los moldavos son europeos", afirmó la presidenta, Maia Sandu, ante las 75.000 personas que se reunieron en la capital a favor de la integración en la Unión Europea. La manifestación de este domingo ha sido una de las más grandes desde que el país reclamó su independencia de la Unión Soviética en 1991. Más de tres décadas después, la guerra de Ucrania ha explotado el miedo a Rusia y a sus tácticas para perpetuar su influencia en el país. Los tiempos de neutralidad en los que Moldavia quería situarse en un punto entre el Kremlin y Occidente están pasando a la historia.
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