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Rusia busca agujeros en la defensa de Ucrania y 'reabrir' el frente del norte movilizando tropas a Járkov
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Rusia busca agujeros en la defensa de Ucrania y 'reabrir' el frente del norte movilizando tropas a Járkov

El objetivo sería doble: ‘sorprender’ a Kiev con una ofensiva en una zona considerada 'asegurada' desde hace casi un año y que no pueda concentrar todos sus esfuerzos en otras áreas del frente

Foto: Soldados ucranianos en Kupyansk. (EFE/Sergey Kozlov)
Soldados ucranianos en Kupyansk. (EFE/Sergey Kozlov)

En el tablero de la guerra de Ucrania, Rusia acaba de mover una nueva ficha. Según ha denunciado Kiev, Moscú habría movilizado cerca de 100.000 soldados en dirección a las localidades ucranianas de Kupiansk y Lyman (provincia de Járkov), con la intención de reabrir un nuevo frente que, tras la vertiginosa reconquista de más de 8.500 kilómetros en la provincia septentrional del país hace ya casi un año, parecía cerrado.

“Los rusos han acumulado más de 100.000 soldados en la dirección de Lyman-Kupiansk. También el enemigo ha concentrado más de 900 tanques, más de 550 sistemas de artillería y 370 sistemas de misiles”, ha declarado este martes el portavoz del grupo oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Sergiy Cherevaty. Sin confirmación de otras fuentes, es imposible corroborar esas cifras —enormes; antes de la invasión del 24 de febrero, Rusia había amasado unos 150.000 soldados en la frontera—, pero fuentes de inteligencia abierta apuntan que, efectivamente, Rusia ha movilizado al menos algunas tropas al área y tantea con operaciones ofensivas un hueco en las defensas ucranianas.

Foto: Miembros del Ejército ucraniano junto a un tanque en la región de Zaporiyia. (Reuters/Marko Djurica)

Con todos los ojos puestos en el frente del sur y el este y los telediarios e informes repitiendo nombres de ciudades como Jersón, Zaporiyia, Vulhedar o incluso Bajmut, los nombres de Kupiansk y Lyman podrían haber sido felizmente relegados. Kupiansk, en la región de Járkov (norte), era un centro logístico clave para las rutas de suministro de las tropas rusas desplegadas en el Donbás, hasta que fue recuperado por las tropas ucranianas durante la espectacular contraofensiva de septiembre de 2022. Desde entonces y tras la retirada de las tropas rusas, el grueso de la lucha se había enfocado en otras secciones de la larga línea del frente.

El objetivo de Rusia con este despliegue sería triple: sorprender a Kiev con una ofensiva en una zona considerada asegurada desde hace casi un año, que no pueda concentrar todos sus esfuerzos militares en los frentes del sur (Jersón y Zaporiyia) y el este (Donbás), y finalmente demostrarles que nunca van a poder confiarse. Con el nuevo empuje en el noreste, no solo reabre este frente, sino que pone sobre la mesa de nuevo la idea de una posible ofensiva desde Bielorrusia, aliado de Moscú, donde entrenan los restos de los soldados de Wagner y permanecen algunas tropas rusas.

Pese a los conatos de reapertura del frente del norte y que las batallas han continuado en frentes cercanos como el del eje Kreminna-Svatove, en Lugansk (este), en las zonas liberadas la ocupación rusa es una pesadilla de la que se han despertado y no se plantean que Moscú vuelva a tomar el control. “Se fueron hace meses y solo dejaron destrucción. Ahora estamos empezando de nuevo, reconstruyendo el pueblo y a nosotros”, dice Vera, residente de un pueblo a 50 kilómetros de Kupiansk.

Pero creer o desear no es un escudo perfecto. En la zona, los servicios de emergencia siguen topándose diariamente con la realidad de la guerra. Serhii, un médico militar que prefiere no dar su nombre real, afirma que la situación ha empeorado en el frente. “Cada día traemos más heridos. En comparación con los últimos meses [cuando la ofensiva se concentraba en el sur y en la zona de Bajmut], ahora es cuando noto que estamos peor, con más bajas y heridos”, reconoce desde su posición en algún lugar de la zona.

Foto: Artillería ucraniana en el frente de Chasiv Yar. (Reuters/Oleksandr Ratushniak)
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Según informes del Institute for the Study of War (ISW), la concentración de fuerzas rusas en el área lleva produciéndose desde hace semanas, pero no ha sido hasta los últimos días que han reforzado su acoso artillero, en apoyo a intentos de avance de infantería.

Este martes, el Ministerio de Defensa ruso aseguró que las fuerzas del Kremlin habían logrado avanzar cerca de dos kilómetros a lo largo del frente de Kupiansk y 1,5 de profundidad, después de “operaciones ofensivas exitosas”. Blogueros militares rusos dibujan estos presuntos avances —marginales por el momento, según el último informe del ISW— en contexto del intento de reforzar la ofensiva rusa en el este, desde la ocupada provincia de Lugansk (Donbás), en el eje Kreminna-Svatove-Kupiansk. Sin embargo, tales intentos se han encontrado con la esperada resistencia ucraniana, más preparada en esa área.

"La ofensiva rusa en dirección a Kupiansk actualmente no tiene éxito. La lucha continúa, pero la iniciativa está del lado de las fuerzas armadas ucranianas", ha asegurado este martes la viceministra de defensa, Maliar.

Foto: Cargueros de grano desde Ucrania navegan cerca de Estambul. (Reuters/Umit Bektas)

En la misma línea, Cherevaty ha insistido que, pese al tamaño de las fuerzas presuntamente desplazadas, la defensa ucraniana no está en peligro de caer como un castillo de naipes. “Sí, son muchos. Pero un gran número no indica una amenaza directa o causa de inquietud”, ha declarado el militar, en referencia a “la baja calidad y moral de las tropas rusas” utilizadas en esta tanteo ruso. Para protagonizar estas operaciones, Moscú estaría utilizando, además de fuerzas de la reserva militar y territoriales, las unidades Storm-Z, brigadas formadas por convictos reclutados en las cárceles rusas.

En la provincia de Járkov, una de las áreas más rusófonas del país y donde las tropas de Moscú se esperaban ser recibidos con los brazos abiertos antes de toparse con la enconada resistencia ucraniana al invasor, no quieren pensar en que pueda volver a reabrirse el frente. Las imágenes en su cabeza son las de la liberación por parte de las tropas ucranianas. “Hemos aguantado mucho para poder llegar hasta aquí y vivir momentos como el que vivimos cuando se liberó Járkov el año pasado”, concluye Serhii, el médico militar.

En el tablero de la guerra de Ucrania, Rusia acaba de mover una nueva ficha. Según ha denunciado Kiev, Moscú habría movilizado cerca de 100.000 soldados en dirección a las localidades ucranianas de Kupiansk y Lyman (provincia de Járkov), con la intención de reabrir un nuevo frente que, tras la vertiginosa reconquista de más de 8.500 kilómetros en la provincia septentrional del país hace ya casi un año, parecía cerrado.

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