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¿Podrá Sunak terminar la legislatura? Los ocho desafíos del nuevo primer ministro
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¿a la tercera va la vencida?

¿Podrá Sunak terminar la legislatura? Los ocho desafíos del nuevo primer ministro

Sunak es el primer inquilino de Downing Street de origen indio y religión hindú, el más joven en los últimos dos siglos —con 42 años— y el primero en ser más rico que el propio monarca

Foto: Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido. (Reuters/Henry Nicholls)
Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido. (Reuters/Henry Nicholls)

La vida no deja de sorprender. Quizá más a unos que otros. Tras perder el pasado 5 de septiembre la batalla por el liderazgo del Partido Conservador, después de una larga contienda que paralizó Westminster durante todo el verano, Rishi Sunak se disponía a tomarse unas vacaciones en Ibiza con la familia. Pero todo ha cambiado en apenas cuatro días. La dimisión de Liz Truss forzó las primarias más breves de la historia del Reino Unido, y Sunak se ha coronado como el único candidato de 'consenso', lo que le ha convertido en el primer inquilino de Downing Street de origen indio y religión hindú, el más joven en últimos dos siglos —con 42 años— y el primero en ser más rico que el propio monarca.

Su comienzo, por tanto, está lleno de hitos. Sin embargo, tiene ante sí una compleja carrera de obstáculos, que tendrá que afrontar, además, sin la autoridad moral del mandato del electorado. Truss fue elegida tan solo por los 160.000 afiliados de la formación tory. Pero, en esta ocasión, ni tan siquiera han opinado los simpatizantes. La elección de Sunak se ha limitado a los 357 diputados conservadores. Y no tiene intención alguna de adelantar los próximos comicios generales, previstos hasta 2024. Tras su nombramiento, la oposición laborista sigue sacando más de 30 puntos de ventaja en los sondeos a los conservadores.

Foto: Rishi Sunak, durante la campaña de los conservadores este mes de agosto. (Reuters/Hannah McKay)

Rivalidades y escándalos personales

Sunak se ha coronado únicamente porque los tories no podían permitirse protagonizar otra guerra civil pública que deteriorara, aún más, su popularidad. Tras 12 años en el poder, los conservadores muestran claros signos de agotamiento. Pero la realidad es que la formación está sumamente dividida y la animosidad personal podría potencialmente ser profunda. Algunos parlamentarios culpan a Sunak por la caída de Boris Johnson, ya que fue su dimisión como ministro del Tesoro lo que acabó forzando la salida de la 'ambición rubia'. Las antipatías creadas por la caída de Margaret Thatcher en 1990 tardaron años en desaparecer.

Otros se preguntan si pueden confiar en la palabra de un hombre que dice que va a gobernar con “integridad”, pero que no ha estado exento de polémicas. El pasado mes de abril, cuando era ministro del Tesoro, salió a la luz que su esposa —la multimillonaria Akshata Murthy, hija del llamado Bill Gates indio— era non-dom; es decir, tenía un estatus fiscal no domiciliado que le permitía ganar dinero en el extranjero libre de impuestos en suelo británico. Se trata de una fórmula diseñada para aquellos cuyo hogar permanente no se encuentra en el Reino Unido. Ella alegó que India, su país de origen, no permite que sus ciudadanos tengan doble nacionalidad. Ahora paga los impuestos en Reino Unido, pero recalca que no hizo nada ilegal.

Por su parte, el propio Sunak se vio obligado a reconocer que mantuvo una tarjeta de residente estadounidense (Green Card) hasta un año después de ocupar el cargo como Chancellor e hizo declaraciones fiscales anuales en ese país, lo que avivó la polémica sobre su propia situación fiscal.

Estabilidad económica

Apenas semanas después de ser nombrado ministro del Tesoro, llegó la pandemia del covid, el reto más complejo al que se enfrentaban los gobiernos a ambos lados del Atlántico desde tiempos de paz. Pero, ahora, cuando regresa como primer ministro, se enfrenta posiblemente a una crisis financiera aún mayor. Con una inflación del 10,1% —la más alta en 40 años— y un agujero 40.000 millones de libras en las finanzas públicas, se espera que la economía del Reino Unido esté en recesión hasta mediados de 2023.

Foto: Rishi Sunak, nuevo primer ministro de Reino Unido. (Getty/Dan Kitwood)

Mientras que la drástica reducción de impuestos fue lo que forzó la dimisión de Truss, Sunak se presenta ahora como un conservador que quiere bajar impuestos, pero no a costa de subir la deuda. Durante las primarias, prometió reducir la tasa básica del impuesto sobre la renta del 20% al 16% para finales de la década. Pero, durante su mandato como ministro del Tesoro, la carga fiscal aumentó más que con cualquier otro Chancellor desde la década de 1970. Parte de esto se debe al golpe de covid, que ha hecho que la economía sea más pequeña. Se llegaron a conceder 70.000 millones de libras en ayudas durante la pandemia, una gran suma que creó más deuda pública que debía pagarse.

Como Chancellor fue responsable del aumento del 1,25% en las cotizaciones de la Seguridad Social para afrontar la crítica situación en la que se encuentra el Sistema Nacional de Salud Pública y, eventualmente, para financiar también el gasto en atención social. Asimismo, impuso una congelación de cuatro años en los umbrales del impuesto sobre la renta, un impuesto sigiloso efectivo que estaba destinado a recaudar 21.000 millones de libras. Uno de cada cinco contribuyentes pagará la tasa de 40% para 2024, según el think tank Instituto de Estudios Fiscales.

Sunak ya ha advertido que vienen tiempos difíciles. Todos los gobiernos anteriores que presidieron una crisis fiscal o financiera han sido expulsados en siguientes elecciones.

Polémico Protocolo de Irlanda

El Protocolo de Irlanda del Norte es la pieza clave del acuerdo del Brexit que, a día de hoy, Londres y Bruselas siguen negociando. Las conversaciones se encuentran en una etapa extremadamente delicada. La malograda primera ministra Liz Truss amenazó con romper unilateralmente lo pactado con la UE respecto a los nuevos controles aduaneros, al considerarlos responsables de las tensiones políticas en la provincia británica, actualmente sin Gobierno 'autonómico'.

Foto: Liz Truss cuando anunció su dimisión como primera ministra de Reino Unido. (Reuters/Henry Nicholls)

Pero el tono de Londres se había relajado considerablemente en las últimas semanas a fin de evitar una guerra comercial. Dependerá de Sunak decidir ahora si continúa con este enfoque. Demasiadas concesiones enfadarían al núcleo duro de la formación. Pero no hacer compromisos para llegar a un acuerdo provocaría una confrontación tanto con la UE como con Joe Biden (de origen irlandés), que quiere urgentemente encontrar una salida. Se espera que Sunak apueste por un tono conciliador.

Brexit

El Brexit todavía sigue siendo una cuestión que divide al partido. Mientras unos consideran que debería significar ahora menos regulación, otros creen que eso puede crear problemas con industrias impopulares como el fracking. Por otra parte, mientras unos creen que el divorcio estuvo incuestionablemente ligado con el control de la inmigración, a otros les preocupa ahora cómo hacer frente al gran problema de falta de mano de obra.

Foto: Una pancarta contra el Brexit, colocada en los alrededores del Parlamento en Londres. (EFE/Andy Rain)

Sunak siempre ha sido un euroescéptico convencido desde sus años escolares. Pero pertenece al ala moderada. Y ahora deberá apostar por un planteamiento creíble de la nueva Global Britain para recuperar la confianza de mercados y reputación internacional. Indudablemente, el covid y la guerra en Ucrania han jugado su papel. Pero el hecho es que, el año que se celebró la histórica consulta sobre la permanencia en la UE, la economía británica representaba un 90% del tamaño de la alemana, y ahora es menos del 70%. Desde el divorcio, la inversión empresarial ha estado creciendo en todos los demás países del G7, pero no en el Reino Unido.

Inmigración

Sunak deberá decidir si seguir adelante con los planes de Truss de relajar los controles. Si bien esto impulsaría las previsiones de crecimiento, rompería un compromiso manifiesto de reducir la inmigración en general y correría el riesgo de desencadenar una rebelión del núcleo duro de la derecha del Partido Conservador.

Por otro lado, deberá hacer frente a la crisis del canal de la Mancha, donde más de 38.000 personas lo han cruzado de manera ilegal en lo que va de año. Sunak apuesta por limitar la cantidad de refugiados que el Reino Unido recibirá cada año y hará “lo que sea necesario” para que el polémico programa para mandar a Ruanda a los solicitantes de asilo que hayan llegado por vías ilegales funcione. Como parte de esos planes, se comprometió a hacer más estricta la definición de quién es elegible para solicitar asilo.

Foto: Liz Truss, de salida. (Reuters/Henry Nicholls)

Sistema Nacional Público de Salud (NHS)

Desde su creación en 1948, el sistema nacional de salud público (NHS) siempre ha sido el gran orgullo de los británicos. Pero el que presumía de ser uno de los servicios más eficientes, igualitarios y completos del mundo se encuentra ahora en una crisis sin precedentes: las listas de espera para la atención de rutina se sitúan en un récord de siete millones; las ambulancias tardan una hora en llegar a los casos de infartos; y hay hasta 100.000 vacantes sin cubrir para personal sanitario. Los enfermeros amenazan con sumarse por primera vez en la historia a las huelgas protagonizadas ya por otros sectores para pedir mejoras salariales ante una inflación disparada. Y, mientras tanto, los contagios de covid subiendo. No existe una solución rápida, pero prometerla es un imperativo político.

Ucrania

Pese a todos los problemas en su política doméstica, Reino Unido ha estado llevando un papel de liderazgo en su ayuda a Ucrania con la invasión rusa. En su última provocación, el Kremlin acusó a Occidente de ayudar a Ucrania a obtener una bomba sucia —una mezcla de material radiactivo y explosivo— y parece estar buscando una excusa para desplegar un arma nuclear táctica. Si el conflicto tomara un giro tan devastador, la respuesta de Sunak definiría su cargo como primer ministro.

Por otra parte, dentro de su objetivo de reducir la deuda, es probable que abandone la promesa de Truss de aumentar el gasto en defensa al 3% del PIB para finales de la década. Y eso podría suponer la dimisión del reputado ministro de Defensa, Ben Wallace.

Foto: La primera ministra Liz Truss en el 10 de Downing Street. (Toby Melville/Reuters)

Órdagos soberanistas: Escocia e Irlanda del Norte

Sunak tendrá que hacer frente al órdago nacionalista de Escocia, donde la ministra principal, Nicola Sturgeon, se ha comprometido a celebrar un segundo referéndum de independencia el 19 de octubre de 2023. Por otra parte, los nacionalistas del Sinn Fein, que ganaron por primera vez en la historia los últimos comicios 'autonómicos' en Irlanda del Norte, también quieren celebrar un plebiscito para la reunificación de Irlanda. No hay fecha ni tampoco indicios de que sea a corto plazo. Pero, a diferencia de Escocia, si los norirlandeses quieren que se celebre la consulta para salir del Reino Unido, Londres no puede negarse.

La vida no deja de sorprender. Quizá más a unos que otros. Tras perder el pasado 5 de septiembre la batalla por el liderazgo del Partido Conservador, después de una larga contienda que paralizó Westminster durante todo el verano, Rishi Sunak se disponía a tomarse unas vacaciones en Ibiza con la familia. Pero todo ha cambiado en apenas cuatro días. La dimisión de Liz Truss forzó las primarias más breves de la historia del Reino Unido, y Sunak se ha coronado como el único candidato de 'consenso', lo que le ha convertido en el primer inquilino de Downing Street de origen indio y religión hindú, el más joven en últimos dos siglos —con 42 años— y el primero en ser más rico que el propio monarca.

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