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Putin radioactivo: ¿qué pasa si Rusia usa armas atómicas para ganar la guerra de Ucrania?
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Putin radioactivo: ¿qué pasa si Rusia usa armas atómicas para ganar la guerra de Ucrania?

Sobre el papel, un movimiento nuclear no tendría sentido militar, político, económico o diplomático -como tampoco lo tenía la invasión que lanzó unilateralmente el 24 de febrero-. Repasamos las consecuencias de un ataque nuclear

Foto: Protestas conta Vladímir Putin en la ONU. (Reuters/Andrew Kelly)
Protestas conta Vladímir Putin en la ONU. (Reuters/Andrew Kelly)

A continuación, las amenazas nucleares de Vladímir Putin contra Ucrania y Occidente de las últimas semanas resumidas en unas 100 palabras. Valore usted mismo:

— Si la integridad territorial de nuestro país se ve amenazada, utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia y a nuestro pueblo. No es un farol.

— Me gustaría recordarles que nuestro país tiene diferentes tipos de armas (nucleares) también y algunas más modernas que las de la OTAN.

— Estados Unidos es el único país que ha utilizado armas nucleares dos veces. Ellos crearon un precedente.

— Esta es una guerra híbrida que Occidente libra contra Rusia. No nos quieren libres, quieren que seamos una colonia.

— El destino y la historia nos llaman al campo de batalla por nuestra gente, por la gran Rusia histórica y las generaciones futuras.

Como la de analistas y expertos, su conclusión podrá enmarcarse, a grandes rasgos, en dos amplias tendencias. Los escépticos, que creen que Putin estaría recurriendo al “chantaje nuclear” con una amenaza desproporcionada para hacer dudar a Occidente y ganar tiempo ante las sonadas derrotas rusas en el frente ucraniano. Y los que advierten de que el líder ruso, más hermético e imprevisible que nunca, podría llegar a lanzar un ataque atómico si se siente acorralado militar o políticamente. La intimidación puede ser un signo de debilidad, pero también de peligro.

“Es importante mantener las amenazas de Putin en su contexto estratégico apropiado. Está claro que todos estos pasos buscan detener la pérdida de territorio utilizando todas las herramientas disponibles. Putin espera que el miedo a una guerra nuclear forzará a los aliados a detener la ayuda militar a Ucrania y le daría a Rusia ventaja en sus reclamos territoriales en una eventual negociación”, dijo John Erath, analista del Centro para el Control de Armas y no Proliferación, a El Confidencial. “Esto es extremadamente peligroso. Putin da a elegir a Occidente entre aumentar el riesgo de conflicto nuclear o legitimizar el chantaje atómico como política de Estado”, agregó.

Foto: Putin en la ceremonia de anexión de territorios ocupados. (EFE/Grigory Sysoev)

Los servicios de inteligencia occidentales creen que el riesgo de que el mandatario ruso desate un ataque nuclear sigue siendo baja y no han visto evidencias de que se estén trasladando activos atómicos. Pero el contexto es inquietante. Moscú ha trazado una línea roja insostenible. Los ucranianos ya han atacado anteriormente objetivos en territorio ruso y, al momento de escribir estas líneas, siguen empujando en varias direcciones hacia los territorios ocupados que Putin promedió proteger "con todos los medios": acaban de recuperar el control total de Limán (Lyman), un núcleo logístico estratégico en el frente oriental de Donetsk; al tiempo que continúan percutiendo hacia Jersón, en el sur ambas, regiones en proceso de anexión por el Kremlin.

Tampoco parece que Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de aliados occidentales vayan a detener el envío de material bélico, ni a relajar las sanciones o acceder a una mesa de negociación con condiciones. Ninguna de sus demandas puede ser cumplida. Entonces, ¿qué busca Putin?

'Shock' global

La respuesta corta es: nadie lo sabe. En esta guerra, el líder ruso ha dejado fuera de juego en varias oportunidades a los más reputados kremlinólogos cuyos análisis, unas veces por exceso y otras por defecto, no han logrado descifrar sus movimientos. Sobre el papel, un ataque nuclear no tendría sentido militar, político, económico o diplomático. Muchos analistas creen que podría suponer incluso el colapso del putinismo. Pero tampoco tenía lógica la invasión que lanzó unilateralmente el 24 de febrero. . Con su palabra comprometida en público, la presión sobre Putin para escalar el conflicto crecerá si Kiev sigue reconquistando terreno a este ritmo. Así que estamos a merced de un líder aislado y movido por unos incentivos opacos y, en última instancia, de la lealtad de la cadena de mando del Kremlin ministro de Defensa y jefe del Estado Mayoren caso de que Putin ordene un ataque nuclear.

“El problema con las armas nucleares es que no hay fallos pequeños y las apuestas siempre van acorde con los riesgos. En tiempos de crisis, la ambigüedad lleva a menudo a malos entendidos, errores de cálculo y tropiezos catastróficos. En el caso de las armas nucleares, estos riesgos nos afectan a todos”, escribió Marion Messmer, investigadora del programa de seguridad internacional de Chatam House.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin. (Reuters/Pavel Bednyakov)

Sin precedentes modernos que nos sirvan de guía, las consecuencias sociales, económicas y geopolíticas de introducir el elemento atómico en la ecuación de la guerra serían tan impredecibles como catastróficas. El 'shock' que produciría el uso de armas nucleares por primera vez desde 1945 sería un nuevo movimiento telúrico para la debilitada arquitectura global, cuyos cimientos ya están bajo mucha presión por los efectos de la pandemia, la crisis alimentaria y la energética.

Debemos creer a Putin cuando dice que ‘no es un farol’ (...) Rusia realiza regularmente prácticas con armas nucleares integradas en sus ejercicios militares convencionales, la más reciente justo antes de la invasión”, explicó Joseph Cirincione, autor de ‘Pesadillas nucleares: proteged el mundo antes de que sea demasiado tarde’, en una columna en The Washington Post. “Es muy difícil asignarle porcentajes a este riesgo. Pero en realidad no importa. Con lo que nos jugamos, tanto si las probabilidades son un 10% o un 40%, la respuesta debería ser la misma: minimizar la posibilidad de utilizar armas nucleares y preparar con anticipación nuestra respuesta”, agregó.

Caos económico, terremoto geopolítico

El primer factor a considerar es que el uso de armamento nuclear, incluso de destrucción limitada, provocaría un enorme caos económico. El pánico se apoderaría de los mercados y la crisis energética y con ella, la inflación se recrudecerían empujándonos con fuerza hacia una recesión generalizada, alimentando el malestar social. Los aliados occidentales tratarían de imponer más sanciones y, en este contexto, probablemente Rusia dilapidaría el poco crédito diplomático internacional que le queda, convirtiéndose en un lastre radioactivo para sus aliados.

¿Se unirían China, India y otros actores que han preferido mantener cierta ambigüedad ante la invasión rusa? ¿Se podría lograr un embargo internacional contra productos clave para la tesorería rusa como la energía y las materias primas? ¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar los aliados? Dependería, consideran los expertos, del tipo de ataque. Pero coinciden en que si Putin rompe el tabú nuclear cruzaría una peligrosa línea difícil de justificar y de la que no hay vuelta atrás. Nadie quiere un conflicto atómico en el vecindario que termine de reventar la economía global y amenace la estabilidad interna de los países.

Foto: Misil hipersónico ruso. (EFE/Ministerio de Defensa de Rusia)

“Creo que hasta los amigos más cercanos de Rusia, con las posibles excepciones de Siria y Corea del Norte, recriminarían a Rusia un ataque nuclear. China ya ha estado señalando en la ONU que no está cómoda con el curso de la guerra. Pekín podría unirse a otros miembros de la ONU para condenar a Rusia de forma contundente”, considera Richard Gowan, director de Crisis Group en Naciones Unidas, a El Confidencial.

Aunque el uso de armas nucleares viola la carta fundacional de la ONU, múltiples acuerdos internacionales y cumple la definición de crimen contra la Humanidad, es poco probable que la comunidad internacional apoye o colabora en una intervención armada convencional o no contra Rusia. La primera reacción, creen los expertos, serán los llamados a la paz y a evitar la escalada nuclear entre Rusia y Occidente. Sin embargo, sí podríamos ver otros movimientos significativos, como un intento por expulsar a Moscú del consejo de seguridad permanente de la ONU, una maniobra muy complicada que cambiaría la diplomacia multilateral para siempre.

“Los estatutos de la ONU hace casi legalmente imposible excluir a Rusia del consejo o de la ONU. Pero creo que EEUU y sus aliados argumentarán que, por necesidad política, Rusia no debe estar presentes en las reuniones del consejo de seguridad. En una emergencia como esta, creo que podríamos ver a los países descartando o suspendiendo las reglas habituales de la diplomacia de la OTAN”, agrega Gowan.

Muchos observadores también pronostican un pandemonio en la propia Rusia, donde el reclutamiento forzoso de cientos de miles de hombres ha generado protestas, algunos altercados y un dramático éxodo de rusos al exterior. Una escalada de esta magnitud podría ser el punto de ruptura definitivo de la sociedad y parte de la elite con Putin. "La guerra en Ucrania debía ser como una película, no un sacrificio personal", explicó el escritor Peter Pomerantsev en The Guardian. "Si hay una cosa que los rusos temen más que a Putin es la guerra nuclear. Y es él el que la está acercando".

Cómo y dónde

Llegado el peor escenario, las preguntas clave entonces serían qué tipo de ataque se realiza y dónde, ya que de estos parámetros dependería la respuesta militar y, por tanto, el curso de la historia.

Sobre el primero, como explicó Argemino Barro en su reciente artículo ‘Anatomía del peor escenario’ en El Confidencial, Rusia cuenta tanto con un amplio arsenal de armas nucleares tanto estratégicas (de gran alcance y capacidad de destrucción) como tácticas (más limitadas, pensadas para el campo de batalla). También, que los servicios de inteligencia estadounidenses podrían detectar rápidamente cualquier movimiento sospechoso de Moscú.

Sobre el segundo, los servicios de inteligencia contemplan todos los potenciales escenarios. Desde el mínimo posible un disparo de advertencia en un área deshabitada, como algún punto del Mar Negro , al más drástico un objetivo habitado en un país de la OTANy todos los grados intermedios ataques de distinta intensidad sobre suelo ucraniano, desde una bomba de baja intensidad en el frente a un ataque frontal contra grandes ciudades como Kiev o Lviv.

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Aunque hay ciertos objetivos podrían activar una respuesta recíproca de Estados Unidos, Reino Unido o Francia que junto a China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norteson los únicos países con arsenales nucleares; los líderes occidentales han tratado de alejar la posibilidad de una retaliación atómica y sus calamitosas consecuencias. Los expertos se inclinan por una respuesta convencional, que podría ir desde operaciones selectivas contra ciertas unidades rusas a ataques generalizados sobre centros de comandos, líneas en el frente y fuerzas navales rusas. En los casos más extremos, se baraja incluso un asalto convencional contra Rusia para tratar de derrocar a Putin o neutralizar las armas.

“Solo para darte un caso hipotético, podríamos responder liderando a la OTAN en un esfuerzo colectivo que neutralizará todas las fuerzas rusas convencionales que podamos identificar en el campo de batalla en Ucrania, así como en Crimea y todos los buques de guerra en el Mar Negro”, consideró el general David Petraeus, exdirector de la CIA. “La realidad del campo de batalla, creo, es irreversible. Y ninguna movilización, ninguna anexión y ninguna amenaza nuclear velada pueden sacarlo de esta situación”, agregó en una entrevista con ABC News.

A continuación, las amenazas nucleares de Vladímir Putin contra Ucrania y Occidente de las últimas semanas resumidas en unas 100 palabras. Valore usted mismo:

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