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Entendiendo la leva de Putin: impulso moral al frente, pesadilla logística en la retaguardia
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"tardará meses en impactar en el frente"

Entendiendo la leva de Putin: impulso moral al frente, pesadilla logística en la retaguardia

Faltan infraestructura, armas, formación, mandos... Pero la llegada al frente de miles de soldados podría inyectar moral a las tropas

Foto: Centro de reclutamiento móvil en Rusia. (Reuters/Sergey Pivovarov)
Centro de reclutamiento móvil en Rusia. (Reuters/Sergey Pivovarov)
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"¡Por qué gritáis como mujeres, joder!", se escucha decir a un miembro del Ejército ruso, en lo que parece ser el vetusto auditorio de una ciudad de provincias. Los asistentes no parecen muy contentos con la noticia que les trae el uniformado: lo quieran o no, recibirán dos semanas de entrenamiento militar y luego serán mandados al frente. A Ucrania, donde han muerto miles, o incluso decenas de miles, de sus compatriotas. Otro vídeo recoge a una mujer eslava dirigiéndose a un grupo de chechenos: "Lucharéis por el futuro de vuestros hijos", les dice. Los jóvenes le responden: "No tenemos ni presente, ¿de qué futuro estás hablando?".

Solo son dos de los muchos vídeos que afloran en las redes sociales rusas desde el miércoles, y que ponen cara, color y sonido al decreto de movilización aprobado por Vladímir Putin en el contexto de su alicaída invasión de Ucrania. Vídeos de autobuses cargados de hombres rusos, la mayoría de minorías étnicas, reclutados de la noche a la mañana; vídeos de soldados gritando a voz en cuello, de llantos y consagraciones, manifestaciones y porrazos, aeropuertos atestados y hombres cruzando las montañas hacia países vecinos. El testimonio visible de la primera movilización rusa desde la Segunda Guerra Mundial. Una movilización mucho más amplia, aparentemente, de lo declarado inicialmente por el Kremlin.

Como dijo la mañana del jueves el politólogo Ilya Matveev, el decreto firmado por Putin no hace mención a una movilización "parcial", como habían dicho el presidente y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, sino que permitiría, técnicamente, lanzar un reclutamiento masivo. Una sospecha que parece estar cumpliéndose a la luz de los últimos acontecimientos: de las señales de reclutamiento masivo. El Ministerio de Energía ruso, por ejemplo, mandó una carta a las grandes empresas energéticas del país pidiendo que el 100% de sus empleados se presentase en las oficinas castrenses, dado que muchos de ellos cumplían los parámetros y tenían experiencia en el Ejército. En las próximas dos semanas, según la carta filtrada a medios rusos, los hombres podrán cogerse un día libre para cumplir con esa tarea.

Peticiones como esta se están dando por toda Rusia: en las empresas, en los pueblos, en los centros de enseñanza. Incluso los detenidos en las manifestaciones contra la movilización están recibiendo cartillas de reclutamiento. Algo que, en palabras del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, "no quebranta la ley".

Especialmente ajetreada está la ciudad de Ulán-Udé, capital de la república rusa de Buriatia, hogar de la minoría asiática de los buriatos. Un grupo social que, según estimaciones como la del portal ruso Meduza, ocupa un espacio desproporcionado entre las tropas rusas que invadieron Ucrania el 24 de febrero. Algo que los buriatos comparten con los daguestaníes, los calmucos o los tuvasios: minorías étnicas, muchas veces de pueblos pobres y remotos, que llevan sobre sus hombros el peso más duro del Ejército ruso: el de la infantería que lucha en el frente.

Hasta los inmigrantes de Asia Central que recibieron, recientemente, la ciudadanía rusa podrían tener que presentarse en los centros de reclutamiento. "Estamos preparando propuestas para que los nuevos ciudadanos de la Federación Rusa que hayan tenido la ciudadanía menos de 10 años hagan el servicio militar obligatorio, para la gente de los países de Asia Central", escribió Kiril Kabanov, miembro del presidencial Consejo de Derechos Humanos de Rusia. "La negativa a desempeñar el deber militar implicará la privación de la ciudadanía rusa no solo para quienes tengan que hacer el servicio militar, sino también para los miembros de su familia".

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Meses en notar el impacto

La pregunta obvia que suscita este esfuerzo, un riesgo político que el Kremlin había tratado de evitar para no manchar con la suciedad de la guerra a su vasto electorado, es hasta qué punto será efectivo. El consenso entre los expertos occidentales en el sector militar ruso parece ser que esta movilización tiene pocas posibilidades de inclinar la balanza bélica en Ucrania. Pues una cosa es reclutar, y otra alojar, alimentar, entrenar, armar, insertar en la jerarquía militar y despachar al frente.

Dara Massicot, investigadora de RAND Corporation especializada en la defensa rusa, dice que la movilización no dejaría una huella efectiva en el campo de batalla hasta pasado un tiempo. "Incluso en el mejor de los escenarios", escribe en 'Foreign Policy', "la movilización tardaría, por lo menos, varios meses o un año en proporcionar un beneficio operacional" en Ucrania. La experta añadió que un mes de entrenamiento, tal y como se ha demostrado ya, no aporta efectividad de combate.

Foto: Misil hipersónico ruso. (EFE/Ministerio de Defensa de Rusia)

El Estado ruso recluta a unas 130.000 personas al año, y lleva una década sin modernizar ni poner a punto la infraestructura necesaria para ampliar de golpe el esfuerzo bélico, tal y como exige, para Putin, la actual situación en Ucrania. Moscú estaba cómodo haciendo operaciones militares de carácter más limitado, como la de Ucrania hasta el pasado febrero o la de Siria, lanzada en 2015 en apoyo del dictador Bashar el Asad. Es posible, por tanto, que no sea capaz de absorber a los 300.000 reservistas mencionados por el ministro Shoigu, una cifra que podría estar bastante por debajo, además, de la movilización en curso.

Otro problema son las armas. Desde que invadió Ucrania y según las estimaciones del portal de análisis holandés Oryx, Rusia habría perdido más de 1.800 tanques, unos 1.000 vehículos de combate de infantería, 154 piezas de artillería autopropulsada y 93 sistemas lanzamisiles; a lo que se suma la destrucción de depósitos rusos de munición, gracias en parte a la artillería Himars, en los últimos meses. Un desgaste que habría dejado la fuerza rusa casi desdentada.

Respecto a la jerarquía militar, ¿quién y cómo dirigiría a estos nuevos soldados, muchos de las cuales no han disparado un arma en su vida? Como decía a El Confidencial Jeff Hawn, del Newlines Institute for Strategy and Policy, Rusia siempre ha tenido dificultades en formar un cuerpo de suboficiales competente. Dado que el Ejército ruso ofrece escasos incentivos económicos o profesionales, la mayoría de los reclutas lo abandonan cuando se acaba el servicio, y los líderes acaban nombrando suboficiales, muchas veces, a soldados jóvenes y sin experiencia.

Foto: La ciudad de Bucha (Ucrania), destruida. (EFE/Roman Pilipey)

Pero la ley suprema a la hora de observar una guerra sigue estando vigente: muchos de los factores en juego son invisibles, los desconocemos, y un buen día pueden combinarse para cambiar el curso de los acontecimientos. El director de Estudios Rusos del Center for Naval Analysis, Michael Kofman, ha recomendado no dar nada por sentado. Si bien el Ejército ruso parece, 'a priori', incapaz de levantar cabeza después de sufrir y de dejar sus batallones en Ucrania con un 40% o 50% del personal necesario, es posible que los nuevos reclutas llenen estos huecos, se integren y construyan poco a poco una moral de combate sostenible.

Uno de los principales problemas de la llamada 'operación militar especial' era la falta de soldados, lo cual generó un altísimo grado de desgaste, desmoralización, etc. Tener una fuerza de recambio podría solucionar muchos de estos problemas. Para el invierno, y para 2023, dice Kofman, tendremos más elementos de juicio.

"¡Por qué gritáis como mujeres, joder!", se escucha decir a un miembro del Ejército ruso, en lo que parece ser el vetusto auditorio de una ciudad de provincias. Los asistentes no parecen muy contentos con la noticia que les trae el uniformado: lo quieran o no, recibirán dos semanas de entrenamiento militar y luego serán mandados al frente. A Ucrania, donde han muerto miles, o incluso decenas de miles, de sus compatriotas. Otro vídeo recoge a una mujer eslava dirigiéndose a un grupo de chechenos: "Lucharéis por el futuro de vuestros hijos", les dice. Los jóvenes le responden: "No tenemos ni presente, ¿de qué futuro estás hablando?".

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