Los neones han sido durante décadas el símbolo de Hong Kong. La vida nocturna de esta ciudad ha estado marcada siempre por el caos de las luces y los colores que llegaban a ocupar prácticamente todas las calles principales de la ciudad. Pero ahora todas estas luces se están apagando. En 2011 el gobierno de la ciudad ordenó la retirada de casi todos los neones, por razones medioambientales y de seguridad. Y cuando se aprobó esta normativa, existían hasta 120.000 carteles luminosos. Y ahora apenas resisten unos 500, que también están destinados a apagarse. Muchos negocios han sustituido los viejos carteles con nuevos paneles LED. Y la nueva normativa obliga a tener señales más pequeñas y compactas.

La desaparición de las luces de Hong Kong es uno de los síntomas de la gran transformación que está viviendo la ciudad más occidentalizada de Asia. De hecho, para muchos, Hong Kong se está haciendo cada vez más china y un poco menos global. Y es que, aunque Pekín prometió respetar hasta 2047 la autonomía de la ciudad, la injerencia es cada vez más fuerte. Los recortes de libertad y las legislaciones especiales están doblegando la resistencia de la ciudad. En los últimos años, casi 200.000 personas han abandonado Hong Kong para emigrar a países occidentales. En cambio, está aumentando la inmigración desde China continental. Una población que ha crecido bajo el régimen comunista y cuyo peso está destinado a crecer y, con ello, a acelerar, una metamorfosis que puede acabar con el Hong Kong que hemos conocido hasta ahora. En este vídeo explicativo veremos como la metrópolis de Asia se está transformando.