La contraofensiva de Ucrania ha fracasado. Rusia, en cambio, ha redoblado sus esfuerzos en el este para capturar lo que queda del óblast de Lugansk, Donetsk y empujar hacia Járkov, la segunda ciudad del país. A pesar de las sanciones, Rusia sostiene que su producción militar ha crecido mucho más que los países occidentales. Incluso diez veces más, según el jefe de Rosstech, el principal conglomerado de la industria militar rusa. El gasto en defensa corresponde al 29,3% de los presupuestos para 2023.

Rusia ha empezado a fabricar en su territorio los drones iraníes Shahed y para hacer frente a la escasez de municiones habría conseguido un acuerdo que permitiría el suministro de proyectiles desde Corea del Norte. Pero Vladímir Putin ha insistido mucho en la producción de tanques. De hecho, es entre los tanques que las fuerzas rusas han sufrido más pérdidas en los primeros compases de la batalla. Las fábricas de blindados producirían entre 2023 y 2025 hasta 1600 tanques, entre nuevos modelos y unidades renovadas, según fuente del Ministerio de Defensa. Donde Rusia también ha aumentado su producción en su fuerza aérea. Según una investigación de Radio Free Europe, que ha analizado imágenes satélite, se habrían construido nuevos hangares en 5 fábricas de aviones civiles y militares. Frente a este panorama, en principio favorable a Rusia, Europa está teniendo problemas para sostener a lo largo del tiempo la ayuda militar a Kiev. Ahora Ucrania se encuentra en una situación complicada. El fracaso de la contraofensiva tiene repercusiones políticas y militares. Desde el punto de vista político, hay cada vez más voces de inquietud entre los aliados, que ya no creen en la posibilidad de una clara victoria de Ucrania.