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El año en el que Occidente dejó que la guerra de Ucrania se estancara
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La ayuda internacional se tambalea

El año en el que Occidente dejó que la guerra de Ucrania se estancara

Tanto Estados Unidos como la UE enfrentan retos políticos para continuar el flujo de ayuda militar a Ucrania después del fracaso de la contraofensiva y el estancamiento en el frente

Foto: Soldados ucranianos, en el frente de Bajmut. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)
Soldados ucranianos, en el frente de Bajmut. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)
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Los funcionarios estadounidenses lo tienen claro. "No hay garantía de éxito con nosotros, pero seguramente fracasarán sin nosotros". El alto militar que dijo esta frase a la cadena CNN se refiere a la importancia que tiene la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania. Sin ella, es mucho menos probable que las tropas de Kiev logren poner un punto y final a la invasión rusa a gran escala que empezó el 24 de febrero de 2022.

Sin embargo, Ucrania lleva meses mirando con nerviosismo cada debate en Estados Unidos y en la Unión Europea sobre la continuidad de la asistencia. En Washington, el Congreso ha bloqueado el paquete de 61.000 millones de dólares para la guerra propuesto por el presidente Joe Biden, y exige condicionar esa partida a la toma de duras medidas en la frontera con México.

Biden ha insistido en la necesidad de aceptar la financiación por activa y por pasiva. Advirtió a los republicanos que "la historia juzgará a quienes den la espalda" a Ucrania y, durante la visita de Volodímir Zelenski a Washington, insistió en que el apoyo estadounidense al Gobierno de Kiev se mantendrá inquebrantable. Sin embargo, la bancada republicana no parece dispuesta a dar su brazo a torcer.

Viktor Orbán ha adoptado una postura similar. El presidente de Hungría vetó este mes un paquete de ayuda de la Unión Europea de 50.000 millones de euros y, a pesar de que el bloque está pensando en un plan alternativo de ayuda a Ucrania, no se tomará ninguna medida hasta el mes de febrero.

Foto: Un soldado ucraniano, en el frente de Avdiivka. (Reuters/Serhii Nuzhnenko)

No está siendo el mejor fin de año para los ucraninanos. La contraofensiva que inició este verano no ha tenido los resultados esperados y los avances han sido lentos y poco significativos. A pesar de que las tropas de Kiev han conseguido establecer una cabeza de puente al otro lado del río Dniéper, y de los ataques contra la flota rusa en el Mar Negro, el fantasma de una guerra eterna está más presente que nunca.

Con las ayudas occidentales en peligro, la posibilidad de que la situación empeore para los ucranianos en el frente aumenta significativamente. "Tengo una cautelosa esperanza de que el Congreso pueda llegar a un acuerdo, pero los futuros paquetes de ayuda serán aún más difíciles", explica Mark Cancian, investigador sénior del Centro Internacional de Estudios Estratégicos (CSIS), a El Confidencial. Cancian alerta que las entregas de ayuda se han reducido a la mitad desde verano de este año, el punto álgido del contraataque de Kiev. "Ahora sería imposible otra contraofensiva. Dentro de unos meses, incluso los contraataques locales serán difíciles y, para el verano, los ucranianos tendrán dificultades para defenderse de los ataques rusos", vaticina el analista.

Desde que empezó la invasión rusa, en febrero de 2022, la ayuda occidental ha sido clave para mantener la lucha de Ucrania

Desde que empezó la invasión rusa, en febrero de 2022, la ayuda occidental ha sido clave para mantener la lucha de Ucrania. Estados Unidos ha destinado cerca de 100.000 millones de dólares al país en guerra desde ese momento, aunque las primeras reticencias a la gestión llegaron a principios de este año. Algunos funcionarios del Gobierno de Kiev afirmaron en ese momento que una parte de la ayuda militar llegaba demasiado tarde para poder hacer frente a las tropas rusas de cara a la contraofensiva que estaba a pocos meses de empezar. Uno de los aspectos más polémicos ha sido la retención de algunos aviones F-16, lo que ha puesto a Ucrania en una posición de desventaja en los ataques aéreos. A pesar de que el Ejército de Kiev ha utilizado otros recursos militares, como los drones y sistemas de defensa aérea más antiguos, las fuerzas aéreas de Rusia les superan con creces.

Por otro lado, Washington envió sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) con ruedas, así como municiones del sistema de misiles tácticos del ejército (ATACMS) de muy largo alcance y gran precisión. Este último es una de las armas más esperadas por Ucrania y con la que Kiev puede alcanzar nuevos objetivos en la retaguardia rusa. No obstante, el número que llegó al frente ha sido relativamente pequeño como para poder dar un giro a la guerra, apunta un análisis de Atlantic Council.

La Unión Europea, por su parte, ha aportado alrededor de 80.000 millones de dólares en ayuda, aunque gran parte se ha destinado a la asistencia financiera y no a suministros militares. Países como Polonia han concentrado la mayor parte de los envíos, con más de 320 tanques de batalla hasta principios de 2023. Otros como Estonia han destinado un tercio de su presupuesto anual de defensa a Ucrania, mientras que Lituania ha aportado casi 1.000 millones de dólares en ayudar al país.

El tiempo corre en contra de Ucrania

Precisamente, los países que están más cercanos a la frontera con Rusia han mostrado un compromiso mucho mayor que los que están alejados. "En su mayor parte, el resto ha seguido el ejemplo de Estados Unidos al ayudar a Ucrania a resistir mayores ganancias territoriales rusas, pero le ha negado a Ucrania los medios para lograr un éxito decisivo en la recuperación del territorio ocupado", sostiene Richard D. Hooker, investigador experto en defensa y la OTAN, en su análisis para Atlantic Council.

Según el investigador, si Occidente y la OTAN se hubieran comprometido en la primavera de 2022 a poner todos los recursos para conseguir una victoria ucraniana, las fuerzas de Kiev tendrían ahora un número de tanques disponibles muchísimo mayor, una fuerza aérea poderosa y más efectivos para hacer frente a las líneas defensivas rusas. "Con toda probabilidad, la reciente contraofensiva de Ucrania habría logrado cambiar la situación decisivamente a favor de Ucrania. Ningún soldado de la OTAN habría tenido que entrar en combate, y con una pequeña fracción de los presupuestos de defensa de la OTAN, la amenaza militar rusa podría haberse neutralizado durante una generación", subraya. "Lo más importante de todo es que las perspectivas de una escalada y una confrontación directa entre Rusia y la OTAN se habrían reducido drásticamente".

Todavía hay posibilidades de conseguir este objetivo, pero la falta de cohesión en Estados Unidos y la UE pone las cosas más difíciles. El tiempo corre cada vez más rápido para Ucrania, que sufre una escasez de municiones mientras surgen las dudas de que la UE pueda cumplir su compromiso de proporcionar un millón de proyectiles y misiles para marzo de 2024.

Foto: Militares ucranianos del 228 Batallón Separado de la 127ª Brigada de Defensa Territorial Separada. (EFE/Yakiv Liashenko)

La actitud a veces poco determinante de Occidente a la hora de apoyar a Ucrania se explica por varios factores. Uno de los más importantes es la preocupación de que un apoyo todavía mayor al Ejército de Kiev pueda tener una respuesta por parte de Rusia y avivar el peligro a una escalada nuclear. No obstante, esta posibilidad es poco probable por el temor de Moscú a las consecuencias, sobre todo por parte de Estados Unidos, y porque esa fue la "línea roja" que estableció Xi Jinping para continuar siendo su aliado.

Si la ayuda occidental se tambalea, Ucrania también. Mientras pasaban los meses y la guerra se estancaba, Rusia ha conseguido reactivar una parte de su complejo industrial militar, así como sobrevivir económicamente a pesar del conflicto. Las capacidades de Moscú son, en este momento, superiores a las de Ucrania, que depende del suministro de armas de Occidente.

Un análisis publicado en Foreign Affairs apunta a que un freno significativo en las ayudas a Ucrania no solo sería una catástrofe para el país y su población, sino que acabaría con las posibilidades de negociar un alto al fuego entre las dos partes. "Putin ganaría ventaja y no tendría motivos para entablar un diálogo si vislumbra la posibilidad de una victoria militar", afirma Norbert Röttgen, diputado alemán y expresidente del Comité de Asuntos Exteriores, en el artículo. Röttgen vaticina que, mientras que el potencial militar ruso puede aguantar el peso de una guerra durante años, Europa no ha aumentado lo suficiente su producción militar y pronto podría quedarse sin las armas suficientes para que Ucrania se enfrente a las tropas de Moscú. "Sabiendo esto, Putin solo necesita esperar. El tiempo está de su lado", sostiene.

¿'Regalos' con fecha de caducidad?

El propio presidente de Rusia ha celebrado lo que parece un retroceso en las ayudas occidentales a Ucrania. "Ucrania no produce hoy casi nada. Intentan salvar algo, pero no producen casi nada. Reciben todo gratis. Pero estos regalos pueden acabar algún día. Y aparentemente esto se está acabando", afirmó a principios de este mes de diciembre.

En su rueda de prensa anual, la primera que realizaba desde la invasión a gran escala, Putin se mostró confiado en que el país puede ganar la guerra y en que llegará el momento en el que las llamadas de Volodímir Zelenski a Occidente dejarán de recibir respuesta. En ese instante, podrá cumplir sus propósitos de tomar el control de Ucrania bajo los argumentos de "la desnazificación y desmilitarización del país". "Habrá paz cuando logremos nuestros objetivos. No han cambiado", aseguró.

Putin está convencido de que la victoria está de su parte, mientras la Unión Europea sostiene que hará todo lo posible para asegurar la asistencia al Gobierno de Kiev a pesar de los impedimentos, como el veto de Viktor Orbán. Por su parte, Joe Biden deberá hacer frente a las negociaciones en un Congreso dividido y que ha empezado a mostrar hartazgo después de casi dos años de guerra. "Ucrania no se quedará sola ante la agresión rusa", dijo el presidente estadounidense.

"Durante el último año, la estrategia de Putin ha sido sobrevivir más que Occidente. Reducir la ayuda militar ayuda a esa estrategia"

Sin embargo, de cara al año que viene, las ayudas pueden tambalearse todavía más según el resultado de las elecciones presidenciales del próximo noviembre. La posibilidad de que el republicano Donald Trump gane los comicios aumenta el riesgo de que los paquetes asistenciales se eliminen casi por completo. En Europa, mientras tanto, el ultraderechista Geert Wilders ha ganado las elecciones de Países Bajos con una bandera antiinmigración, y que incluye el fin de la ayuda al país en guerra. "Durante el último año, la estrategia de Putin ha sido sobrevivir más que Occidente. Reducir la ayuda militar ayuda a esa estrategia", concluye Mark Cancian.

Los funcionarios estadounidenses lo tienen claro. "No hay garantía de éxito con nosotros, pero seguramente fracasarán sin nosotros". El alto militar que dijo esta frase a la cadena CNN se refiere a la importancia que tiene la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania. Sin ella, es mucho menos probable que las tropas de Kiev logren poner un punto y final a la invasión rusa a gran escala que empezó el 24 de febrero de 2022.

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