La amenaza neerlandesa: el huracán Wilders sacude la UE en el peor momento posible
"La Unión Europea está en peligro de muerte interna y externa. Putin está ganando su apuesta", advierte el eurodiputado francés Raphaël Glucksmann, de los socialdemócratas
Bruselas aún saboreaba y disfrutaba la (casi segura) marcha del Partido Ley y Justicia (PiS) en Polonia cuando un nuevo huracán ha llegado de forma inesperada. La victoria incontestable de la extrema derecha en Países Bajos, comandada por Geert Wilders, se produce en un momento clave para el proyecto europeo. Quedan poco más de seis meses para las elecciones al Parlamento Europeo y en los próximos meses la Unión está llamada a tomar decisiones trascendentales para su presente y futuro, como son la entrada de Ucrania, la reforma de los tratados o la revisión de sus presupuestos. Y el líder del Partido de la Libertad (PVV) ya marca su camino en Ámsterdam: un referéndum sobre la salida de Países Bajos de la UE, tolerancia cero con la inmigración y fin de la ayuda a Ucrania.
“La Unión Europea está en peligro de muerte interna y externa. Putin está ganado su apuesta”, afirmaba el eurodiputado Raphael Glucksmann, de los socialdemócratas, en la televisión francesa. Más allá de los oxímoros, lo cierto es que el contundente golpe de la ultraderecha en el país de los tulipanes supone una amenaza para el proyecto comunitario y una importante señal de alarma. Entre el 6 y el 9 de junio se celebran las elecciones al Parlamento Europeo. Y por primera vez en más de 50 años la mayoría parlamentaria que han articulado populares y socialdemócratas está en peligro. La extrema derecha, con pocas excepciones como España, atraviesa un gran momento de forma en muchas capitales. Podría ser segunda fuerza en el Hemiciclo y contar con capacidad de bloqueo.
Este escenario se traduciría en más divisiones, parálisis o incapacidad de consumar consensos y lo hace en un momento de gran volatilidad en el globo. Una tensión en la capital comunitaria que sacará más de alguna sonrisa en el Kremlin. La guerra de Ucrania suma 21 meses en marcha. Con el estallido en Oriente Próximo, la atención mediática y política se está redirigiendo a Gaza. Y todo ello está generando una sensación de hastío que están explotando líderes como el recién aterrizado Robert Fico, populista y prorruso, en Eslovaquia. Esta semana, el húngaro Víktor Orbán ha enviado una carta a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, pidiendo la revisión de toda la política con Ucrania. Y con Wilders, que aboga por poner fin a la ayuda militar a Ucrania tras lo que califica como una “rusofobia histérica de Europa”, este eje suma un aliado. Países Bajos se había convertido bajo la batuta de Rutte en uno de los países más vocales con la ayuda a Kiev, liderando el entrenamiento de pilotos para manejar los cazas F-16.
Bandera del 'Nexit'
El discurso contra la inmigración continúa siendo una máquina de votos ocho años después de la crisis de refugiados. En Alemania, este tema está siendo el gran impulsor de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), que según todos los sondeos sería hoy la segunda fuerza del país. AfD ha pasado de ser invisible a pisar por primera vez el Bundestag en 2017 a superar este año a los socialdemócratas en intención de voto. En su campaña, Wilders ha repetido con ahínco “son inmigrantes, no refugiados”. Aboga por una política de fronteras completamente cerradas, de cero solicitantes de asilo y de deportaciones inmediatas a aquellos que cometan algún delito. De más policías y menos impuestos.
El escritor neerlandés Ben Coates recoge que su programa promete acabar con el libre movimiento de personas en la UE, exigir visados de trabajo a ciudadanos comunitarios, prohibir todas las escuelas islámicas y mezquitas y echar a Turquía de la OTAN. Está obsesionado con el Islam, al que tildó como “ideología fascista” y es un mago de las redes sociales. En 2014 fue condenado por vociferar cantos contra los marroquíes en una manifestación. Llegó a llamar a Mahoma “pedófilo” desatando la ira en países musulmanes. Y su posible aterrizaje como primer ministro neerlandes llega en plena tensión religiosa a causa de la guerra en Israel y Palestina. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, advirtió hace unas semanas que la guerra "está derivando hacia un conflicto entre el mundo musulmán y el cristiano”.
Desde Marine Le Pen en Francia hasta Giorgia Meloni en Italia, los populistas han abandonado en los últimos años la bandera del Frexit o Italexit. Su deseo ya no es abandonar el club comunitario, sino cambiarlo desde dentro a su imagen y semajanza. Es decir, convertirlo en un “club de naciones”. Pero Wilders, un admirador y simpatizante del Brexit, sí enarbola el 'Nexit'. Su ambición es cortar los fondos europeos hasta ese momento. Aunque en el camino para formar Gobierno se verá obligado a rebajar su tono para seducir a fuerzas pro-europeístas.
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"La Comisión Europea, tal y como se esperaba, ha sacado su tradicional "no hacemos comentarios sobre resultados nacionales". Pero su portavoz principal, Eric Mamer, sí ha dejado en esta ocasión un mensaje: "Países Bajos es un país fundador, un miembro fuerte de nuestra Unión. Las elecciones ocurren de forma habitual en los Estados miembros y ello no significa en sí mismo el abandono de un país de la UE. Seguimos confiando en la fuerte participación de Países Bajos en nuestra Unión". Tras la Italia de 2018, gobernada por La Lega y Movimiento 5 Estrellas, Países Bajos se convierte en el segundo país fundador de la UE donde se imponen en las urnas las fuerzas euroescépticas.
La extrema derecha europea se congratula
Una ola populista recorre Europa y se extiende a otras partes del globo. El ultraliberal Javier Milei ganó la semana pasada en Argentina. Pocos días después lo ha hecho Wilders. Y todas las miradas se ciernen ya sobre las elecciones estadounidenses del próximo año y el posible triunfo de Donald Trump. El republicano fue de los primeros líderes en entonar el ‘America First’, que ha sido replicado en todos los rincones del globo. El último en hacerlo y probar su efectividad ha sido el propio Wilders, cuya campaña ha pivotado sobre una agenda nacionalista y contra los inmigrantes.
The winds of change are here! Congratulations to @geertwilderspvv on winning the Dutch elections! pic.twitter.com/yh9LVcuP5J
— Orbán Viktor (@PM_ViktorOrban) November 22, 2023
Las fuerzas de extrema derecha del resto del continente han vitoreado los resultados en tierras neerlandesas. “Cada vez más europeos exigen en la calle y en las urnas que se defiendan sus naciones, sus fronteras y sus derechos”, ha celebrado Santiago Abascal, líder de Vox. “Se respiran tiempos de cambio”, ha aplaudido el húngaro Víktor Orbán. “Hay personas que se niegan a ver apagada la antorcha nacional, la esperanza del cambio sigue viva en Europa”, coincide la francesa Marine Le Pen. “Una nueva Europa es posible”, ha clamado el italiano Matteo Salvini. En Portugal, André Ventura advierte: el próximo será su país, que celebra elecciones el 10 de marzo de 2024.
Bruselas aún saboreaba y disfrutaba la (casi segura) marcha del Partido Ley y Justicia (PiS) en Polonia cuando un nuevo huracán ha llegado de forma inesperada. La victoria incontestable de la extrema derecha en Países Bajos, comandada por Geert Wilders, se produce en un momento clave para el proyecto europeo. Quedan poco más de seis meses para las elecciones al Parlamento Europeo y en los próximos meses la Unión está llamada a tomar decisiones trascendentales para su presente y futuro, como son la entrada de Ucrania, la reforma de los tratados o la revisión de sus presupuestos. Y el líder del Partido de la Libertad (PVV) ya marca su camino en Ámsterdam: un referéndum sobre la salida de Países Bajos de la UE, tolerancia cero con la inmigración y fin de la ayuda a Ucrania.