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El terror de la retaguardia rusa: el arma más deseada por Ucrania por fin llega al frente
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ucrania ya ha utilizado los ATACMS

El terror de la retaguardia rusa: el arma más deseada por Ucrania por fin llega al frente

Estados Unidos vuelve a cruzar la enésima línea roja que se había trazado para evitar una escalada con el Kremlin que pudiera llevar a una confrontación directa con la OTAN

Foto: Lanzamiento de un misil ATACMS desde un sistema M270. (US Army)
Lanzamiento de un misil ATACMS desde un sistema M270. (US Army)

Ha sido durante meses el oscuro objeto de deseo de las Fuerzas Armadas ucranianas. Más solicitados que los carros de combate, más esperados que los F-16. Son los misiles tácticos ATACMS (Army Tactical Missile System), de gran precisión, alcance y poder destructivo, con los que Kiev puede alcanzar nuevos objetivos en la retaguardia rusa. Con esta decisión, Estados Unidos vuelve a cruzar la enésima línea roja que se había trazado para evitar una escalada con el Kremlin que pudiera llevar a una confrontación directa con la OTAN.

El propio presidente Volodímir Zelenski confirmó esta semana que sus tropas habían utilizado por primera vez estos proyectiles en uno de los ataques más importantes contra la infraestructura aérea empleada por los rusos en el frente oriental. Los ucranianos aseguraron haber destruido al menos nueve helicópteros, un sistema de defensa antimisiles, depósitos de munición y otros activos militares en los aeródromos de Berdiansk y Lugansk; así como docenas de efectivos rusos fuera de combate. La llamada operación Libélula golpeó al enemigo a más de 160 kilómetros de la línea de contacto y una zona ocupada que, hasta ahora, era considerada refugio para el invasor.

"Los ucranianos [finalmente] consiguieron los ATACMS y los han utilizado con efectos devastadores. Impactaron el aeródromo de Berdiansk y destruyeron un gran número de helicópteros, equipos especializados y personal. Podría ser el ataque individual más devastador para la aviación rusa desde el comienzo de la guerra", valoró el analista Phillips O'Brien, profesor de Estudios Estratégicos de la Universidad St. Andrews, en un post en la red social X [Twitter]. "Los que aseguran que no marcarán una diferencia en el frente, no saben de lo que están hablando", agregó.

Los helicópteros han sido importantes para que las tropas rusas pudieran frenar los primeros avances de la contraofensiva ucraniana con blindados occidentales, incluyendo las famosas imágenes de una columna de varios Leopard 2 y Bradleys ardiendo en el frente de Zaporiyia a principios de junio. En sus versiones de ataque, sus principales misiones son dar apoyo a las tropas en tierra —con cohetes no guiados y cañones automáticos— y salir a cazar activamente blindados y vehículos enemigos con misiles anticarro (aunque una particularidad en este conflicto ha sido el uso de misiles no guiados contra objetivos terrestres, lo que exige un vuelo a muy baja cota, pero permite alejarse del blanco).

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"Los rusos van a tener que replantearse muchas cosas que habían organizado conforme al alcance máximo disponible para los ucranianos (el de las GMRLS de 80 kilómetros). Ucrania se lamentaba, porque asegura que conoce, por diversos medios, el emplazamiento de puestos de mando, centros de comunicación, nodos logísticos y bases rusas en esa franja más allá de los 80 km. Esto abre la veda para golpear ese segundo y tercer escalón ruso", comenta Jesús Pérez Triana, experto militar y director de OSINT Sahel.

Una entrega atípica

Mientras que otras entregas de armas y equipo militar, como las baterías Patriot o los carros de combate Abrams, se han hecho públicas mucho antes de ser despachadas a la guerra, la llegada de los ATACMS ha estado rodeada de secretismo y discreción. La idea era pillar a los rusos por sorpresa y dar una ventaja táctica a los ucranianos, que siguen avanzando lentamente en su contraofensiva, desplazada ahora de los focos por el conflicto en palestino-israelí. Un guiño de Washington a Kiev en momentos en que muchos temen que un conflicto prolongado o extendido en Oriente Medio pueda drenar los vitales recursos occidentales para la causa ucraniana.

"Hoy expreso una especial gratitud a Estados Unidos", dijo Zelenski el martes en su habitual alocución vespertina, quien había conseguido meses antes la promesa del presidente estadounidense, Joe Biden, de que estas armas llegarían. "Nuestros acuerdos con el presidente se están implementando. Y, además, se están implementando con precisión. Los misiles han cumplido", aseguró

Estos poderosos misiles del fabricante Lockheed Martin, de gran poder destructivo y difíciles de interceptar (vuelan a más de Mach 3) son lanzados desde los sistemas de artillería de alta movilidad Himars con los que los ucranianos llevan mortificando rutas logísticas, puestos de comando y otros objetivos militares rusos desde junio del año pasado. Algunas versiones tienen un alcance de hasta 300 kilómetros, aunque fuentes militares estadounidenses han asegurado que los enviados a Ucrania tienen un menor alcance (unos 165 kilómetros) y capacidad de cargar bombas de racimo (efectivas contra la infraestructura y el material enemigo).

Esta es la segunda vez que Washington provee a Ucrania con esta polémica munición, prohibida por gran parte de la comunidad internacional (pero no por EEUU) debido su potencial efecto indiscriminado contra civiles. En julio, el Departamento de Defensa autorizó el envío de munición de 155 mm que lleva dentro 73 miniproyectiles, diseñada para destruir blindados y tropas enemigas. En este caso, se trataría de la vieja munición M74, que mete en cada disparo casi 1.000 pequeños proyectiles.

Foto: Lanzamiento de un misil ATACMS desde un sistema M270. (US Army)

"Creemos que esta entrega proveerá un impulso significativo a las capacidades de combate de Ucrania sin poner en riesgo nuestra disponibilidad militar", explicó la portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Adrienne Watson, al confirmar el martes la entrega de un variante particular de estos equipos más vieja, conocida como APAM (antipersonal y antimaterial). Los ATACMS llevan en operación desde 1991, en la guerra del golfo Pérsico.

Una línea roja menos

Los ATACMS llegan meses después de que Reino Unido (Storm Shadow) y Francia (SCALP-EG) hayan entregado sus propios misiles de largo alcance a las tropas de Kiev y que han sido clave en algunos de los principales golpes asestados contra los rusos (como en el espectacular ataque contra el cuartel de la Flota del Mar Negro el mes pasado). Zelenski llegó a afirmar en una rueda de prensa en agosto que la efectividad de las unidades recibidas ha sido del 100%.

"Ya nos hemos saltado todas las líneas rojas que nos autoimpusimos en Occidente, el temor a una reacción imprevista o incalculable de Rusia —que recordemos, incluye en su doctrina militar utilizar armas nucleares incluso contra enemigos que no las posee— se está desvaneciendo. En la lista de la compra ya no quedaba nada: los carros de combate llegaron, los cazas F-16 ya han sido autorizados y los misiles de crucero ya se han entregado (faltaría la versión de 300 km y los Taurus alemanes). Pero los tabús se han roto", explica Triana.

Foto: Vehículo de lanzamiento del misil balístico estratégico ruso Topol en Moscú. (EFE / Maxim Shipenkov)

El Pentágono ha preferido no divulgar detalles sobre el número de unidades que entregará, ni el cronograma, lo que podría mostrar que en Washington todavía se teme que un paso en falso pueda hacer que el conflicto con Rusia se derrame fuera de las fronteras ucranianas. Medios estadounidenses han asegurado, citando fuentes, que el arsenal comprometido hasta la fecha es pequeño, en torno a 20. Y con el compromiso de no atacar en territorio ruso. Mucho o poco, y sean de la versión que sean, la línea roja se ha cruzado. Y en el Kremlin han tomado nota.

"Esto es otro error de Estados Unidos (...). No ayudarán a Ucrania, tan solo prolongará su agonía", dijo el propio Vladímir Putin el miércoles, poco después del ataque sin precedentes con los ATACMS. "Por supuesto que son una amenaza, eso por descartado. Pero lo que importa aquí es que son completamente incapaces de cambiar la situación drásticamente en la línea de contacto. Es imposible", agregó el mandatario ruso durante una visita oficial a China.

Ha sido durante meses el oscuro objeto de deseo de las Fuerzas Armadas ucranianas. Más solicitados que los carros de combate, más esperados que los F-16. Son los misiles tácticos ATACMS (Army Tactical Missile System), de gran precisión, alcance y poder destructivo, con los que Kiev puede alcanzar nuevos objetivos en la retaguardia rusa. Con esta decisión, Estados Unidos vuelve a cruzar la enésima línea roja que se había trazado para evitar una escalada con el Kremlin que pudiera llevar a una confrontación directa con la OTAN.

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