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"Creo que Ucrania tendrá que aceptar la pérdida de territorio, pero no veo cerca las negociaciones"
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ENTREVISTA

"Creo que Ucrania tendrá que aceptar la pérdida de territorio, pero no veo cerca las negociaciones"

Una de las mayores expertas en Rusia, Angela Stent, se entrevista con El Confidencial para despejar todas las incógnitas de la invasión a gran escala, que ya supera los 600 días

Foto: La analista sobre Rusia y escritora de 'El mundo de Putin', Angela Stent. (Cedida)
La analista sobre Rusia y escritora de 'El mundo de Putin', Angela Stent. (Cedida)
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Angela Stent está considerada una de las principales expertas del mundo en Rusia y su política exterior. Su libro más reciente, El mundo de Putin, es descrito por William Burns, actual director de la CIA y exsubsecretario de Estado, como "la guía definitiva para comprender la enredada historia de la Rusia posterior a la Guerra Fría". El título también ha ganado el premio de la Facultad Fletcher de Derecho y Diplomacia al mejor libro sobre las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.

Actualmente, es miembro sénior no residente de la Brookings Institution, donde copreside el Foro Hewitt sobre Asuntos Post-Soviéticos. También es asesora principal del Instituto Estadounidense para la Paz. Anteriormente dirigió el Centro de Estudios Rusos, Euroasiáticos y de Europa del Este en la Universidad de Georgetown y trabajó en la Oficina de Planificación de Políticas del Departamento de Estado de Estados Unidos.

PREGUNTA. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no ha logrado avances para conseguir la tan necesaria ayuda militar en su reciente viaje a Washington. Se ha topado con el muro del escepticismo republicano.

RESPUESTA. El problema es que en los Estados Unidos la prioridad ahora es lidiar con la crisis migratoria en la frontera sur. Los republicanos presionan a los demócratas para que acepten reglas mucho más estrictas. Pero la mayoría de los demócratas se oponen. Hay muchas negociaciones al respecto y ya han dicho que no seguirán adelante con la financiación a Ucrania hasta que eso se resuelva. Se trata de un asunto de política interna. Los republicanos no quieren que Biden se salga con la suya. Es más importante para ellos no llegar a un compromiso con Biden, tal vez sin darse cuenta de que eso es darle una victoria a Putin. Veremos qué ocurre el próximo año cuando el asunto se retome. Pero, por el momento, parece que la financiación futura para Ucrania está en el aire.

Foto: El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. (EFE/Olivier Matthys)

P. En Bruselas, la sensación es agridulce. Por un lado, en la última cumbre europea se ha decidido iniciar conversaciones formales para el posible ingreso de Ucrania al bloque. Pero, por otro lado, el líder húngaro Viktor Orbán no ha levantado su veto al envío de nueva ayuda para Kiev, por lo que no ha sido posible mandar 50.000 millones de euros.

R. El voto positivo de la UE para permitir que Ucrania comenzara las conversaciones de adhesión fue simbólicamente muy importante, particularmente después de la visita de Zelenski a Washington cuando no pudo conseguir financiación estadounidense. Diez años después del comienzo de la revolución Euromaidán, esto supuso un importante impulso moral para Ucrania, aunque el camino hacia la membresía plena será largo y desafiante. Sin embargo, el tema de la financiación obstaculizará la capacidad de Ucrania para seguir con sus operaciones. De hecho, cuando Zelenski estuvo en Washington, la Heritage Foundation, un think tank de la derecha vinculado a Donald Trump, celebró una conferencia con participantes húngaros sobre cómo dejar de financiar a Ucrania.

"Putin y sus aliados se regodean porque ven el apoyo menguante en Estados Unidos hacia Kiev"

P. ¿Podemos hablar entonces de una "Ucraniafatiga" en Occidente?

R. Sí existe cierta fatiga. Y debido a que la última contraofensiva de Ucrania no logró los objetivos esperados, se complica la financiación a Kiev. Si la contraofensiva hubiera tenido más éxito, sería distinto. Por lo tanto, en 2024 será mucho más difícil entregar esos fondos a Ucrania. Y mientras tanto, ves a un Vladímir Putin que parece cada vez más seguro de sí mismo. En la rueda de prensa maratoniana del jueves, recalcó que va a seguir luchando hasta conseguir sus objetivos que, según él, son la desnazificación y la desmilitarización de Ucrania. Putin y sus aliados se regodean porque ven el apoyo menguante en Estados Unidos hacia Kiev y, hasta cierto punto, en Europa. Están muy contentos con lo que está sucediendo, particularmente en los Estados Unidos.

P. ¿Por qué no funcionó como se esperaba la contraofensiva ucraniana de verano?

R. Parte del problema fue que los rusos tuvieron todo un año para prepararse y habían llenado todos estos territorios con minas muy sofisticadas, por lo que a los ucranianos les resultó difícil avanzar. Algunos en Estados Unidos creen que uno de los errores fue que los ucranianos deberían haberse centrado en un área que querían recuperar, en lugar de las tres líneas de ataque diferentes que tenían. Otros creen que todavía hay una discrepancia entre el tipo de consejos que se da a Kiev en términos de guerra moderna y lo que luego se hace. Ucrania tiene su propia visión, probablemente como un vestigio de la época soviética. Habrá varias razones por las que la contraofensiva no tuvo tanto éxito. Pero probablemente no estuvo tan bien concebida como debería antes de comenzar.

Foto: Soldados ucranianos combaten cerca de Avdiivka. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)

P. Más allá de la financiación, también está el problema de suministro armamentístico. El Wall Street Journal aseguraba recientemente que el propio Reino Unido solo tiene cerca de 150 tanques desplegables y quizá una docena de piezas de artillería de largo alcance utilizables: ¿cómo se maneja la falta de armamento?

R. Tanto en Estados Unidos como en varios países europeos, literalmente nos estamos quedando sin municiones. No tenemos existencias para venderlas o dárselas a Ucrania. Creo que muchos países no estaban preparados para una guerra así. Incluso en Estados Unidos, que ha estado librando más guerras que los europeos en los últimos 20 años, no tiene suficiente munición. Y este es un problema real que llevará tiempo en solucionarse hasta que se pueda aumentar la producción.

P. Más allá de la fatiga de Occidente, en la propia Ucrania también parece que se está acabando la luna de miel política para Zelenski... Algunas voces sugieren que Ucrania puede convertirse en una pequeña Rusia y Zelenski en un pequeño Putin. ¿Está usted de acuerdo?

R. No estoy de acuerdo. Ucrania es una democracia, no un estado autoritario. Creo que lo que estamos viendo es algo inevitable, teniendo en cuenta que la guerra va a cumplir dos años, y sobre todo que la última contraofensiva no ha ido como se esperaba. Probablemente Zelenski sea ahora más popular en varios países occidentales que entre algunos ucranianos, aunque sus cifras de popularidad siguen siendo más bajas que hace un año. Pero el motivo por el que ha descartado las elecciones el próximo año es por la actual ley marcial. Con una guerra en marcha, creo que sería muy difícil celebrar comicios. ¿Qué pasaría con los ucranianos que viven en territorios ahora ocupados por los rusos? ¿O con aquellos que están fuera del país? Creo que va a ser cada vez más difícil mantener la unidad interna en Ucrania en el futuro. Pero no creo que Zelenski se esté convirtiendo en un pequeño Putin.

P. ¿Estamos, por tanto, en un punto de inflexión en la guerra? ¿El punto más importante desde que comenzó?

R. Creo que estamos en un punto de estancamiento dinámico, es decir, tenemos una guerra de desgaste. Todo indica que, en 2024,Ucrania recibirá menos apoyo de Occidente que antes. Por lo tanto, puede que no sea un punto de inflexión, pero las cosas parecen más favorables para Rusia en este momento, comparadas con hace seis meses o un año. Si los ucranianos y los países occidentales no son capaces de resolver estas cuestiones de apoyo ahora, creo que será mucho más difícil para Kiev seguir atacando a los rusos.

P. ¿No hay ninguna posibilidad, por tanto, de que Putin esté interesado ahora en negociar?

R. Putin ahora cree que probablemente pueda conseguir aún más cosas. Anexionó cuatro territorios ucranianos, pero no los controla por completo. Y espera poder llegar a controlarlos. Creo que Putin está esperando a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre del próximo año y que Donald Trump sea elegido. También está pendiente de otras elecciones de 2024 en otros países donde podrían ganar partidos menos afines a Ucrania. Así que no creo que en este momento esté interesado en la negociación. Solo lo haría si Ucrania realmente no tuviera otra opción que aceptar las concesiones territoriales.

"Putin ahora cree que probablemente pueda conseguir aún más cosas, no creo que esté interesado en negociar con Ucrania"

P. ¿Cuál sería el impacto real de una victoria de Trump?

​El propio Trump ha dicho que si es elegido podría poner fin a la guerra en 24 horas. No puede obligar a rusos y ucranianos a negociar. Pero lo que probablemente sucedería es que, si todavía existiera el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, para enero de 2025 eso probablemente terminaría por completo. Estados Unidos podría intentar presionar a los ucranianos para que negocien. Por otra parte, el tipo de coalición transatlántica que Biden ha trabajado arduamente para formar, probablemente se desvanecería, porque sabemos que Trump es muy crítico con la OTAN y con varios aliados europeos, particularmente Alemania. Y creo que eso cambiaría radicalmente la situación. Ahora bien, dicho esto, si nos remontamos a la primera administración Trump, a pesar de todo lo que dijo, sí proporcionaron a Kiev armas letales que la administración Obama no había suministrado. Y sí impusieron muchas sanciones a Rusia, aunque el propio Trump tal vez no las apoyó. No sabemos qué pasará en las próximas elecciones estadounidenses. Así que hay que tener precaución. Pero creo que, en general, si gana Trump, se podría esperar una disminución del apoyo a Ucrania y una reanudación de los contactos con Rusia.

Foto: Un soldado ucraniano, en el frente de Avdiivka. (Reuters/Serhii Nuzhnenko)

P. ¿Hoy por hoy, cuál cree que podría ser el desenlace de la guerra?

R. Parece que Ucrania no podrá expulsar a los rusos de todo el territorio ocupado, ni siquiera hacer que regresen a donde estaban el 23 de febrero de 2022. Pero tampoco parece que Rusia pueda apoderarse de toda Ucrania. Creo que eventualmente veremos algún tipo de negociación y un alto el fuego. Sin duda, esto podría implicar que Ucrania tenga que aceptar la pérdida de algo más de territorio. Pero en ese caso, el mejor escenario sería al menos que Ucrania obtenga garantías de seguridad muy sólidas y que sea capaz de reconstruir su economía y funcionar como un estado soberano independiente. E incluso habiendo dicho eso, va a ser un gran desafío, porque mientras Putin o alguien como él esté en el Kremlin, probablemente no renunciará al objetivo de apoderarse de una mayor parte de Ucrania y de cambiar el régimen. Moscú quiere que el Gobierno en Kiev esté subordinado a Rusia.

P. ¿Este escenario de negociación podría pasar en 2024?

R. No lo creo. Lo veo para más adelante.

P. ¿Cómo está afectando el actual conflicto en Oriente Medio a la guerra en Ucrania?

R. Creo que ha tenido un impacto importante. En primer lugar, la atención mediática se ha desviado a Oriente Medio. Se presta mucha menos atención a Ucrania, lo cual ha sido fantástico para Putin. Asimismo, Moscú ha abandonado la posición más equilibrada que tenía en Oriente Medio, adoptando ahora una posición propalestina, con el objetivo de alinearse con electorados en Oriente y Medio Oriente e incluso más allá, en el Sur Global. Son precisamente esos electores los que Putin busca ganar en su campaña por un nuevo orden mundial para diluir la influencia estadounidense.

P. En efecto, con la guerra en Ucrania ha sido más evidente que nunca los apoyos que Putin ha recabado durante los últimos años, desde Latinoamérica hasta Sudáfrica. Parece que Occidente no ha hecho sus deberes y su despreocupación por el Sur Global le puede salir ahora muy cara.

R. En Occidente pensamos que estos países del Sur Global estarían consternados con la invasión de Rusia a otro país sin provocación, y que temerían que Rusia se saliese con la suya, ya que verían amenazada su propia integridad territorial y soberanía. Pero la realidad es que muchos del Sur Global se preguntan qué es lo que está llevando a Rusia a actuar así y si está actuando de manera diferente a lo que hizo Estados Unidos en Vietnam, Irak o Afganistán. Creo que los rusos han aprovechado muy hábilmente el escepticismo de varios países del Sur Global respecto a Estados Unidos. En este sentido, Rusia se presenta como el salvador de los pueblos oprimidos. Sudáfrica es un ejemplo extremo de un país que ve muy favorablemente a Rusia. La ven como la heredera de la Unión Soviética, que apoyó al Congreso Nacional Africano, a diferencia de Estados Unidos, durante el apartheid. Creo que Occidente subestimó la influencia que Rusia tiene en muchas partes del Sur Global.

P. ¿Cómo ve la relación amor-odio de Rusia y China?

R. No estoy segura de que sea amor-odio. Creo que es una asociación que realmente se ha fortalecido, particularmente desde 2014, cuando Rusia anexó Crimea. Aunque, hasta donde sabemos, China no está suministrando armas a Rusia, ciertamente está suministrando componentes que se utilizan en algunas de estas armas para la guerra en Ucrania. La relación económica entre Moscú y Pekín también se ha fortalecido. Y aunque es una relación asimétrica y podría haber sospechas mutuas, ambos países se necesitan mutuamente para perseguir sus políticas anti estadounidenses, por lo que la cooperación militar ha ido aumentando en los últimos años. No significa que las tensiones que han tenido en los últimos años hayan desaparecido, pero por una serie de razones muy pragmáticas seguirán necesitándose mutuamente. China no quiere que Rusia pierda esta guerra. Le preocuparía la salida de Putin y la llegada de otra persona en el Kremlin que pueda revisar sus relaciones con Occidente. La relación, hoy por hoy, es bastante fuerte.

Foto: Asistentes a una feria de videojuegos y 'e-sports' celebrada recientemente en Suiza. (EFE/EPA/Peter Schneider)

P. ¿Es Putin ahora más fuerte que nunca? Al comenzar la guerra en Ucrania, se habló de una posible rebelión dentro del Kremlin. Pero ahora las cosas son muy distintas.

R. Creo que ha consolidado su poder. Sobre todo tras paralizar la rebelión del Grupo Wagner en verano. Debido a que ha introducido tantas leyes represivas, es muy difícil para una oposición sobrevivir en Rusia. La gente está encarcelada todo el tiempo. Y hasta ahora, parece haber persuadido a la gente que lo rodea y a las élites económicas de que no tienen más opción que apoyarlo hasta que esta guerra termine. Así que ahora mismo parece fuerte. Definitivamente, más fuerte de lo que era hace un año. Se está preparando para unas elecciones, entre comillas elecciones, en las que quiere obtener al menos el 80% de los votos. Su equipo quiere demostrar que es popular y que la guerra fue lo correcto. Ahora bien, dicho esto, siempre podemos sorprendernos. Analizando la historia de Rusia, todo parece estable hasta que deja de serlo. Pero yo diría que en este momento definitivamente parece más poderoso de lo que ha sido en mucho tiempo.

P. Usted asegura que Putin está lejos de ser un maestro en estrategia. ¿Cómo ha logrado entonces acumular tanto poder?

R. Creo que es muy hábil en aprovechar las oportunidades que presentan los errores cometidos por otras personas. Practica el judo y por eso sabe cómo aprovecharse de un oponente que podría ser más popular que él cuando está distraído. El apoyo occidental inicial a Ucrania y la unidad transatlántica posiblemente lo sorprendió. Pero claramente ha visto que eso comienza a decaer. Y sabe aprovechar la situación.

Angela Stent está considerada una de las principales expertas del mundo en Rusia y su política exterior. Su libro más reciente, El mundo de Putin, es descrito por William Burns, actual director de la CIA y exsubsecretario de Estado, como "la guía definitiva para comprender la enredada historia de la Rusia posterior a la Guerra Fría". El título también ha ganado el premio de la Facultad Fletcher de Derecho y Diplomacia al mejor libro sobre las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.

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