Un filósofo ucraniano, contra la cultura rusa: "Es mi enemigo, es muy peligrosa y tóxica"
Vakhtang Kebuladze sostiene que la literatura rusa, desde Pushkin hasta Tolstoi y Dostoievski, ha contribuido a perpetuar el imperialismo de ese país y a legitimar sus crímenes
Estamos habituados a escuchar a los políticos repetir que la cultura une a los pueblos, que tiende puentes entre los países y las gentes, que contribuye a cimentar la convivencia y el respeto mutuo. Pero no todo el mundo opina así. El filósofo ucraniano Vakhtang Kebuladze (1972, Kiev, Kyiv en ucraniano, como él prefiere que se escriba) es uno de ellos. Para este experto en filosofía alemana moderna la cultura puede ser peligrosamente tóxica e incluso asesina.
PREGUNTA. ¿En qué se basa para decir que la cultura puede ser tóxica?
RESPUESTA. Me baso en Edward Said, quien decía que la cultura era un campo de batalla. Es fantástico que la cultura pueda unir a la gente, pero la cultura también puede ser un arma. El imperio ruso, y no solo la URSS o la Rusia de Putin, ha utilizado la cultura rusa como arma para manipular a la gente. Por eso hay que ser muy cuidadoso con la actitud que mostramos ante la cultura, y en especial ante la cultura rusa, porque la cultura puede ser un arma.
P. Ahora que Ucrania y Rusia están en guerra, ¿qué debemos hacer los europeos con la cultura rusa?
R. Eso es algo que debéis plantearos vosotros. Lo que yo le puedo decir es que para mí es absolutamente obvio que la llamada cultura rusa es mi enemigo, algo muy peligroso y tóxico tanto para mí como para mi familia. ¿Conoce el libro de Ewa M. Thompson titulado Imperial Knowledge: Russian Literature and Colonialism [Conocimiento imperial: literatura rusa y colonialismo]? Ahí está la respuesta a su pregunta. Ewa M. Thompson es polaca, pero trabaja en Estados Unidos, y ha analizado la cultura rusa desde sus orígenes, desde Pushkin primero y después Dostoievski y Tolstoi, hasta mediados del siglo XX. Y lo que demuestra es que la cultura rusa y la literatura rusa con sus narraciones imperiales han legitimado las guerras emprendidas por Rusia contra sus vecinos y contra la modernidad.
P. En Ucrania ahora mismo no se encuentran libros en ruso, no se escucha música rusa, la cultura rusa ha sido completamente cancelada. ¿No es empobrecedor?
R. Ucrania es un país libre, incluso aunque estemos en guerra. Así que si alguien quiere leer literatura rusa no hay ningún problema en que lo haga; si quiere oír a Chaikovski o a cualquier otro compositor ruso no pasa absolutamente nada. La pregunta es: ¿debemos tener en las universidades un departamento especial de literatura rusa? Yo creo que sí, pero considero que la función primordial de esos departamentos debe de ser investigar a la cultura rusa, escudriñarla. La cultura rusa debe de ser objeto de investigación, no sujeto de propaganda. Estuve en la Sorbona en París el pasado 24 de febrero, cuando se cumplió un año de la invasión rusa. Estaba también Oleksandra Matviichuk [abogada ucraniana al frente del Centro para las Libertades Civiles, organización que fue galardonada en 2022 con el Premio Nobel de la Paz]. El encuentro giraba en torno al concepto de libertad, en mi charla analicé la dimensión filosófica y existencial de la libertad. Pero lo que la mayoría de los asistentes se preguntaban era: ¿Qué vamos a hacer en Ucrania con la cultura rusa? Los ucranianos somos los mayores expertos del mundo en cultura rusa, porque hemos sido parte del imperio ruso. Yo he leído por ejemplo todas las novelas de Dostoievski y conozco a la perfección ese tipo de literatura.
Tolstoi ha creado una imagen de Rusia completamente irreal y que ha sido usada para legitimar los crímenes rusos
P. Pues explíqueme entonces cómo contribuye en su opinión Dostoievski a perpetuar el imperialismo ruso.
R. Tanto Dostoievski como Tolstoi son dos escritores perversos. Empecemos con Dostoievski: ¿cuál es el principal espíritu que anima sus novelas? El placer de la degradación, una dimensión muy importante de la literatura rusa hasta finales del siglo XX. Los libros de Dostoievski se deleitan con la degradación de las personas y la degradación de la sociedad, y encontrar placer en la degradación es algo muy, muy peligroso.
P. ¿Y por qué considera que Tolstoi es pernicioso?
R. Tolstoi es peligroso porque ha creado una imagen de Rusia que nunca ha existido, que es ideal. Es una imagen completamente irreal, pero el actual régimen político ruso, así como el régimen soviético y el imperio anteriormente, ha usado esa imagen de Rusia para legitimar los crímenes rusos. Es por eso por lo que creo que Tolstoi es peligroso para Ucrania y para todo el mundo libre, es por eso por lo que creo que debemos analizar la cultura rusa como raíz del imperialismo ruso.
Dostoievski es un escritor que se deleita con la degradación moral, tanto a nivel individual como de la sociedad, y eso es peligroso
P. Pero estará de acuerdo en que, más allá de la ideología que puedan transmitir, Tolstoi y Dostoievski son dos buenos escritores, ¿no?
R. ¿Qué entiende usted por “buenos escritores”?
P. Pues aquellos que escriben bien, que consiguen a través de su escritura trasladarte a su universo.
R. ¿Ha leído a Tolstoi o a Dostoievski en ruso?
P. No, no hablo ruso.
R. Yo sí. Y no estoy seguro de que en la actualidad las personas que viven en el mundo real, libre y moderno encuentren mucho placer en leer a Dostoievski en ruso o en leer el cuarto volumen de Guerra y Paz de Tolstoi. El cuarto volumen no es sobre la familia Rostov ni cuenta ninguna historia; ese cuato volumen es la visión de Tolstoi de la historia de la humanidad, su filosofía al respecto, y es absolutamente primitiva. A mí no me interesa nada, y hasta el estilo de la escritura me parece muy malo. Y tampoco estoy seguro de que a los lectores actuales les interese, por ejemplo, Los hermanos Karamázov de Dostoievski, una novela que, como le decía, se regodea en describir dolencias morales, que se deleita con la degradación moral.
P. ¿Y qué tiene contra Pushkin?
R. Pushkin es un xenófobo, solo hay que leer sus poemas sobre Ucrania para comprobarlo. ¿Ha leído Poltava, su poema sobre la batalla que suecos y ucranianos libraron contra Rusia? Ese poema ofrece una imagen terrible de los ucranianos, al describir a Ivan Mazepa como un traidor. En la historia de Ucrania es muy importante la figura de Mazepa, un noble que al principio apoyó al zar Pedro I, pero después luchó contra él tras aliarse con Carlos XII de Suecia. La imagen de Mazepa en la literatura europea es la de un héroe romántico, hay un poema de Byron que lo describe así y también varios ejemplos en la literatura francesa. Pero en la literatura rusa su imagen es muy diferente y muy negativa. Como comprenderá, para los ucranianos actuales es muy importante tener nuestra propia visión de la historia. ¿Sabía usted que en el siglo XIX en Ucrania estaba prácticamente prohibido leer literatura ucraniana? Y luego, en el siglo XX, tuvimos el Renacimiento fusilado [como se conoce a la generación de artistas y escritores ucranianos ejecutados por el régimen de Stalin en la década de 1920 y 1930]. Yo mismo he nacido en Ucrania y no he leído la mejor novela sobre Kiev, escrita por Valerian Pidmohilni y titulada Місто [La ciudad], hasta hace unos 15 años, porque no era fácil de encontrar. Hay escritores ucranianos excelentes y de los que no sabíamos nada, ni siquiera en Ucrania, porque estaban prohibidos.
Pushkin es un xenófobo, basta leer sus poemas sobre Ucrania para comprobarlo
P. Entiendo que la lengua ucraniana es fundamental para crear la identidad ucraniana, ¿no?
R. Benedict Anderson expone en Comunidades imaginadas, un libro muy importante para nosotros, la idea de que las naciones son narraciones. En ese libro Anderson cuenta la historia de la lengua indonesia, una lengua que fue creada artificialmente por los neerlandeses. Cuando los neerlandeses colonizaron Indonesia, en el territorio había diferentes personas que hablaban distintas lenguas, así que decidieron crear una artificial, una lengua que fuera mezcla del holandés y de una de las principales tribus indonesias. Esa lengua artificial empezó a usarse en los trámites burocráticos, en los colegios… Para la segunda generación criada en esa lengua era la lengua nativa de Indonesia, y usaron esa lengua como instrumento para emanciparse de los Países Bajos. Para nosotros, el ucraniano es un instrumento de emancipación de Rusia. Pero el ucraniano no fue creado por los rusos, es nuestra propia lengua, nació en este territorio. Junto a muchas cosas malas, algunos imperios europeos llevaron algunas cosas buenas a las colonias: lengua, religión, cultura, tecnología, infraestructuras… Pero Rusia no ha traído nada bueno a Ucrania, solo esclavitud, crímenes, regímenes totalitarios… Esa es una enorme diferencia entre lo que Gran Bretaña, Francia y España hicieron con sus colonias y lo que ha hecho Rusia
P. ¿Pero no cree que ese afán imperialista es achacable a Putin y no a todo el pueblo ruso?
R. No, no estoy para nada de acuerdo. Lo primero es que Putin no viene de otro planeta, nació en Rusia, es una criatura de Rusia. Y su sueño imperialista lo comparten muchísimas personas en Rusia, de hecho Putin es muy hábil en darle a esa gente lo que ellos demandan. No, yo no diría que esta es la guerra de Putin contra Ucrania, es la guerra de Rusia contra Ucrania. Es la guerra de los esclavos contra la gente libre, es una guerra contra la libertad, contra la dignidad. Me encanta que el nombre de nuestra revolución sea Revolución de la Dignidad y que el principal eslogan fuera “La libertad es nuestra religión”. Esos dos valores fundamentales de la civilización europea, la libertad y la dignidad de los seres humanos, son dos de los principales motivos por los que Rusia empezó esta guerra contra Ucrania, porque la libertad y la dignidad son valores peligrosos para Rusia. No para Putin, sino para todo el mundo ruso. Es por eso por lo que esta no es la guerra de Rusia contra Ucrania, sino la guerra de Rusia contra el mundo libre.
Estamos habituados a escuchar a los políticos repetir que la cultura une a los pueblos, que tiende puentes entre los países y las gentes, que contribuye a cimentar la convivencia y el respeto mutuo. Pero no todo el mundo opina así. El filósofo ucraniano Vakhtang Kebuladze (1972, Kiev, Kyiv en ucraniano, como él prefiere que se escriba) es uno de ellos. Para este experto en filosofía alemana moderna la cultura puede ser peligrosamente tóxica e incluso asesina.
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