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"Es el pequeño Nicolás de la guerra": el 'mercenario' español que combate en Israel había trucado sus fotos
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Asegura estar desplegado en Israel

"Es el pequeño Nicolás de la guerra": el 'mercenario' español que combate en Israel había trucado sus fotos

Un español cuenta que está apoyando a las tropas israelíes en los Altos del Golán y Gaza como miembro de una PMC (compañía militar privada) por 3.900 euros semanales. La historia no era real

Foto: Pedro Díaz, un español que asegura haber combatido en Ucrania y ahora en Israel. (Foto compartida en sus redes sociales)
Pedro Díaz, un español que asegura haber combatido en Ucrania y ahora en Israel. (Foto compartida en sus redes sociales)

Hay un español, de nombre Pedro, que dice haber combatido en Ucrania e Israel, sufrido heridas de gravedad y destapado en redes sociales las mentiras de otro voluntario español que le había escamoteado los focos, Juan el Legionario. Cansado del barro, agotado el idealismo y bendecido por una aparente recuperación milagrosa, este joven de 27 años ha cambiado la nieve del Donbás por la arena de Oriente Medio. Ahora se juega el pellejo en Gaza como mercenario en apoyo de Israel. O al menos eso asegura. ¿El problema? En Ucrania nadie lo reconoce, en Israel las fotos que comparte son robadas y manipuladas. La guerra, esa gran mentira si te llamas Pedro Díaz.

La construcción del personaje de Díaz empieza con la invasión rusa, pero estalla en Israel. Empezaremos por el final.

26 de septiembre de 2023. Algún lugar indeterminado en Ucrania. Dos imágenes y dos frases: "Se acabó". "Me han herido en el frente, heridas de mortero, esto lleva a la metralla en su gran mayoría. No he querido mostrar otras heridas debido a su gravedad (gran parte de la espalda y piernas)", detallaba Pedro a sus más de 200.000 seguidores en Instagram. Atendiendo a las preguntas de sus preocupados followers, Díaz afirmó que sucedió en una operación con muchos muertos y heridos, entre ellos otro español. El susto le quitó la idea de volver a la primera línea por un buen tiempo. Por delante, una difícil recuperación "de tres meses a un año".

Cuatro semanas después de lo que parecía una honrosa retirada del frente de Ucrania, y habiendo eliminado el rastro —físico y virtual— de las heridas, compartió su primera fotografía enfundado en el uniforme de la Policía Militar israelí.

Foto: Juan, en una visita del presidente ucraniano Volodímir Zelenski al hospital donde estaba siendo tratado. (EFE/Igor Glushchenko)

“Me he venido por economía, por dinero. Pagan muy bien, ofrecen una buena equipación y el trabajo es tranquilo. Son 3.900 euros semanales, misiones complementarias aparte”, declaró la semana pasada a El Mundo, en una entrevista en la que aseguró estar contratado por grupos paramilitares dedicados a proteger convoyes de armamento y a las propias tropas israelís. Siempre según su testimonio, Díaz estaría desplegado en los Altos del Golán y en el muro que separa Israel de Gaza, como si no hubiera más de 250 kilómetros entre ambos lugares.

Tanto la policía israelí como las FFAA han desmentido la información. “Las Fuerzas de Defensa de Israel no tienen ningún tipo de conocimiento de este caso. Nadie sabe quién es. Somos un ejército ordenado. Es una mentira”, asegura Roni Kaplan, portavoz de las IDF, tras una petición oficial de El Confidencial.

Fotos trucadas

Pero no son solo las declaraciones del Ejército, las distancias improbables o la inverosímil recuperación física eliminada de su perfil, sino las imágenes que compartía orgulloso. Siempre hábil en el retoque para dificultar la identificación y rastreo de sus movimientos, un vídeo en Twitter del pasado 15 de septiembre ha delatado lo que cada vez más usuarios sospechaban: él no es el protagonista de las fotos que comparte.

placeholder A la izquierda, la fuente original de la foto, publicada el 15 de septiembre. A la derecha, compartida por Pedro Díaz. (Redes sociales)
A la izquierda, la fuente original de la foto, publicada el 15 de septiembre. A la derecha, compartida por Pedro Díaz. (Redes sociales)

Hacia finales de octubre, Díaz compartió una captura del vídeo, con una banderita de la estrella de David y junto a otros mensajes en los que afirmaba que había decidido trasladarse a Israel a defender el país. “Se trata de un vídeo enviado por los combatientes [Policía Militar de Jerusalén] en vísperas de la festividad para dar a los israelíes una sensación de seguridad. Fue antes de la horrible masacre”, explica a este periódico Yedidya Epstien, que publicó el vídeo en la red social X (antes Twitter), aunque también puede encontrarse en canales de Telegram. Unas fechas en las que Pedro aún no había mostrado su cuerpo perforado y atravesado por la metralla en algún lugar de Ucrania.

“No está en Israel, eso seguro”, insiste Epstien. “Fíjate en las cejas que publica aquí y en Ucrania. No son las mismas”. Apreciaciones que otros policías y militares israelíes en el frente sur del país llevan más allá. Como Naim, al que le sorprende su call sign, o parche identificativo, en hebreo. “Es imposible que sea él”, zanja. La conversación se repite en cada check point entre Netivot y Kfar Aza, y en esta zona no son pocos.

Pero hay más. El medio israelí Walla encontró este domingo por la tarde una nueva evidencia de fotografías trucadas. La imagen compartida por el español con el rostro destapado junto a otros seis compañeros —y que cedió a El Mundo, asegurando su autoría— era en realidad una fotografía robada a unos miembros de la policía de fronteras. Díaz le aplicó un efecto espejo y pegó su cara con un software de edición.

placeholder A la izquierda, la fotografía original. A la derecha, el tuit de Pedro Díaz con la fotografía trucada con su cara, que entregó a 'El Mundo' como si fuera suya. (Redes sociales)
A la izquierda, la fotografía original. A la derecha, el tuit de Pedro Díaz con la fotografía trucada con su cara, que entregó a 'El Mundo' como si fuera suya. (Redes sociales)

En busca del paracaidista en Irak

¿Cuáles eran las aspiraciones de este joven, supuestamente de Herencia, un pueblo de Ciudad Real? ¿Dinero? ¿Atención? ¿Un futuro negocio alrededor de una empresa paramilitar? ¿La venta de su nutrida cuenta de Instagram? La respuesta es una incógnita, pero parece que Pedro no calculó bien el impacto de la noticia que se traduce de su pequeña historia, en un momento en que toda la atención del mundo, ya sea con odio, ya sea con pasión, está en Israel.

Medios internacionales en diferentes idiomas (se ha publicado en inglés, francés, italiano, turco, árabe, hindi), así como cuentas propalestinas y de la izquierda política española, se han hecho eco de la presunta necesidad de Israel de apoyarse en mercenarios extranjeros para llevar a cabo su ofensiva en Gaza. Un extremo que hasta el momento siempre habría negado Tel Aviv (que ha movilizado a 300.000 reservistas de sus propias filas) y que de pronto quedaba al descubierto casi por descuido en una entrevista a un mercenario en un medio español.

Se daba, además, la paradoja de que Pedro Díaz había compartido música de grupos ultraderechistas y lucido un parche con el símbolo de las SS. Un presunto nazi combatiendo mano a mano con los hijos de David. Era un cóctel perfecto para viralizarse en internet, lo tenía todo. Tan solo le faltó ser real.

Ahora que el relato se resquebraja, las dudas sobre su pasado se extienden. Orgulloso exmiembro de la Brigada Paracaidista, curtido en Irak, El Mundo escribió haber visto documentación donde se distinguía su rango. Pero en la intranet del Ejército español no figura información alguna sobre Díaz Flores o Díaz-Flores. Tampoco añadiendo el apellido Corrales, que alguna vez ha utilizado. "Los contratos militares son de dos y tres años. Si entró en 2015 (18-19 años), tendría que aparecer hasta 2017 o 2018, y no hay datos", explica una fuente castrense a El Confidencial, tras revisar el historial. Tampoco figura su nombre en años posteriores, ni en los integrantes de la Brigada Paracaidista entre 2015 y 2020.

“Él, desde su trinchera, lucha contra los mentirosos que están recabando dinero y beneficios falseando sus misiones y hazañas”, decía el reportaje de El Mundo. Una apreciación alimentada con hechos: Díaz fue de los primeros que desnudaron a su némesis, Juan el Legionario (Juan Lucena Carmona), a quien señaló con dureza en internet por engañar y utilizar la causa ucraniana para enriquecerse.

Foto: Voluntarios en un ejercicio militar en Kiev de la Legión Georgiana. (Reuters/Serhii Nuzhnenko)

Díaz fue, hasta su desliz israelí, más cauteloso. Primero evitando la exposición televisiva y después limitando el uso de redes sociales. Sus mensajes de WhatsApp se borran a los siete días de ser enviados y a sus seguidores les contesta en stories de Instagram que desaparecen 24 horas después. Más listo, o menos “oligofrénico”, dice un voluntario militar español bregado en Ucrania. Este país es el enlace de toda la historia.

Allí, ningún español contactado por este diario y que viajara para frenar la invasión rusa coincidió con él. Aun así, las mentiras de Israel están siendo una sorpresa para muchos. Pedro Díaz compartía teléfonos, e-mails y contaba con una coartada sólida. Lo suyo no eran los disparos —aunque meses atrás enseñó un orificio de bala en su cuerpo— o las fotos luciendo fusil, sino una red de contactos y conocimiento profundo, teóricamente trabajando para el GUR, la inteligencia militar ucraniana.

placeholder Captura de una 'story' del Instagram de Díaz en la que asegura que sus heridas lo invalidan del frente mínimo por tres meses. La 'story' la subió el 26-27 de septiembre.
Captura de una 'story' del Instagram de Díaz en la que asegura que sus heridas lo invalidan del frente mínimo por tres meses. La 'story' la subió el 26-27 de septiembre.

“Lo de Israel me ha dejado loco”, reconoce un voluntario español sirviendo actualmente en Ucrania. “Me mandó el nombre de la empresa [de Israel] y me escribieron, pero no sé si él está allí realmente. Ya no sé qué pensar sobre Ucrania. La verdad es que tiene pocas fotografías para el tiempo que ha estado”.

Y ni siquiera todas son suyas.

"A ver, a ver. Esa foto es de ****", escribían este mayo en un grupo de WhatsApp de soldados españoles en Ucrania, al ver en las redes sociales de Pedro Díaz la imagen de un uniforme lleno de barro junto a un pequeño fuego en una trinchera. “Nos la envió a nosotros diciéndonos que la cosa estaba re-mala por el frío. Y él no podía comer. Y estaba en los huesos porque no le daba el hambre”.

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Díaz la subió hasta en tres ocasiones, revelando que el uso de fotos trucadas, como en Israel, es más bien un modus operandi. Las declaraciones no encajan, las fotos no concuerdan y ahora las personas que han interactuado con él se preguntan si quizás el nombre también es falso.

El pequeño Nicolás

Pruebas difícilmente comprobables sin su colaboración. En 2023, Díaz rehuyó las propuestas de este medio para concertar una cita en Kiev, Dnipro, Zaporiya, Járkov y el Donbás. Acababa de conceder otra entrevista a El Mundo, en la que aseguraba estar en la región de Dnipropetrovsk, recuperando terreno y quemando banderas de Wagner. En privado, reconoció haber mentido respecto a la sorprendente ubicación, “por una cuestión de seguridad”.

Este jueves, El Confidencial volvió a ofrecer un encuentro en cualquier punto de Israel, pero, por primera vez en mucho tiempo, no contestó. Tampoco lo hizo el domingo, ofrecido a dar su versión. El lunes por la mañana, un último mensaje llegó a destino. Poco después, Pedro Díaz decidió borrar sus redes sociales.

“Qué puto amo, qué puto amo”, escribe irónicamente otro voluntario español que sí combatió en el frente ucraniano. “El pequeño Nicolás de la guerra”. Un tipo que llamó “legendario” y “mentiroso” a Juan el Legionario, y que escribió durante casi dos años su propia leyenda. Herido una vez, dos o ninguna, parece que al nuevo pícaro nacional se le olvidó el refranero español, por más que en la guerra digital pillar a un mentiroso sea más difícil que borrar fotografías de Instagram.

Hay un español, de nombre Pedro, que dice haber combatido en Ucrania e Israel, sufrido heridas de gravedad y destapado en redes sociales las mentiras de otro voluntario español que le había escamoteado los focos, Juan el Legionario. Cansado del barro, agotado el idealismo y bendecido por una aparente recuperación milagrosa, este joven de 27 años ha cambiado la nieve del Donbás por la arena de Oriente Medio. Ahora se juega el pellejo en Gaza como mercenario en apoyo de Israel. O al menos eso asegura. ¿El problema? En Ucrania nadie lo reconoce, en Israel las fotos que comparte son robadas y manipuladas. La guerra, esa gran mentira si te llamas Pedro Díaz.

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