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Orbán cede y la UE abre negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia
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Hace horas, parecía complicado

Orbán cede y la UE abre negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia

Un paso que solamente unas horas antes parecía muy complicado por el veto impuesto por Viktor Orbán, primer ministro de Hungría. La decisión se debía tomar por unanimidad

Foto: El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. (EFE/Olivier Matthys)
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. (EFE/Olivier Matthys)

Los Veintisiete han aprobado este jueves la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, un paso que solamente unas horas antes parecía muy complicado por el veto impuesto por Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, que bloqueaba tanto este paso en la ampliación como la canalización de 50.000 millones de euros a Kiev a través del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto europeo que cubre de 2021 a 2027 y que ahora afronta su revisión intermedia. La decisión se debía tomar por unanimidad. Fuentes europeas explican que cuando se ha presentado la propuesta para abrir negociaciones, nadie se ha opuesto.

Orbán ha abandonado la sala en el momento en el que había que tomar la decisión, evitando así tener que votar a favor, algo que le ha propuesto Olaf Scholz, canciller alemán. Esto no significa que Ucrania vaya a entrar pronto en la Unión, ya que las negociaciones de adhesión son muy largas, capítulo a capítulo, y pueden durar décadas. Las conversaciones no empezarán hasta primavera, cuando los líderes tendrán que aprobar de vuelta el marco negociador.

El primer ministro húngaro había adelantado su negativa a la apertura de negociaciones con Ucrania durante semanas. Esta misma semana, fuentes europeas y diplomáticas se mostraban pesimistas sobre las negociaciones de adhesión, señalando que el veto de Orbán había sido muy claro, aunque desde el equipo de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, se había pedido al resto de líderes europeos que trataran de hablar con el primer ministro húngaro y trataran de convencerlo. Esa “ofensiva de encanto”, un intento de convencer a Orbán por la vía de las buenas palabras, ha incluido una cena en el Elíseo con Emmanuel Macron, presidente francés, y también un encuentro esta mañana antes del Consejo Europeo con los líderes de Francia y Alemania, además de Michel y de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

“Agradezco a todos los que trabajaron para que esto sucediera y a todos los que ayudaron. Felicito a todos los ucranianos en este día”, ha escrito Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, en un mensaje en redes sociales. El propio Zelenski planteaba pocas horas antes su discurso ante los líderes europeos, ante los que ha hablado por videoconferencia, en otros términos, sabiendo que iba a ser una cumbre larga y dura. “Hoy es un día especial. Y este día pasará a la historia. Ya sea bueno o malo para nosotros, la historia lo capturará todo. Cada palabra, cada paso, cada acción e inacción. Quién luchó por qué”, señalaba pocas horas antes el líder ucraniano.

Foto: El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se dirige al Parlamento en Budapest. (Reuters /Bernadett Szabo)

Orbán ha asegurado que la apertura es “un sinsentido completo” e “irracional”, una “decisión equivocada en estas circunstancias”. “Por eso Hungría no va a cambiar su posición. Por otro lado, 26 países insisten en que es lo que hay que hacer. Por eso hemos decidido que si quieren hacerlo, lo hagan a su manera. No queremos formar parte de esa mala decisión”, ha explicado el primer ministro húngaro en un vídeo subido a sus redes sociales. Alexander de Croo, primer ministro belga, ha sido muy duro con las palabras de Orbán, explicando que si no vetas una decisión, “después tienes que mantener tu boca cerrada”. “No debería de haber dicho eso”, ha admitido rápidamente el político belga.

Los noes de Orbán

Las razones para la negativa de Orbán eran varias. Por un lado, Budapest aseguraba que había una razón estratégica de fondo, que no había manera de convencerles de cambiar de posición porque consideraban que Kiev no cumplía con las condiciones mínimas para esa apertura de negociaciones. Incluso Orbán llegó a pedir a Michel que sacara el asunto de la agenda de la cumbre. También había una razón de intereses. La Comisión Europea sigue manteniendo congelados unos 22.000 millones de euros a Hungría por dudas respecto a su Estado de derecho, y Orbán y sus aliados querían que Bruselas entregara esos millones de euros antes de que se tomara ninguna decisión sobre Kiev.

Foto: Von der Leyen y Orbán, en una imagen de archivo. (Reuters)

Este miércoles, en la víspera del Consejo Europeo de diciembre, la Comisión Europea desbloqueó 10.200 millones de euros de fondos de cohesión que mantenía congelados a Hungría. Desde hacía semanas, fuentes comunitarias explicaban que este movimiento llegaría pronto, pero el momento ha generado muchas opiniones en Bruselas, donde algunos lo ven como una cesión de la Comisión Europea al “chantaje” planteado por Budapest.

Michel ha explicado ante los medios de comunicación que la Unión Europea ha lanzado “una señal política poderosa” y ha enviado un mensaje al “pueblo de Ucrania”: “Estamos de su lado y esta decisión por parte de los Estados miembros es importante para la credibilidad de los Estados miembros”. La idea de que la Unión no abriera negociaciones de adhesión en esta cumbre generaba mucho nerviosismo en algunas capitales. Una fuente diplomática explicaba horas antes del inicio del Consejo Europeo que fracasar en esta misión sería "un serio golpe diplomáticamente".

Nadie sabía exactamente qué quería Orbán, cómo convencerlo de cambiar de opinión. El primer ministro húngaro ha amenazado en el pasado con vetar decisiones sobre Ucrania, como por ejemplo en varios paquetes de sanciones a Rusia, pero siempre acababa cediendo, una y otra vez. En esta ocasión, la sensación general era de que el primer ministro magiar iba en serio, que tenía poco que perder, que sabía que por mucho que planteara un chantaje no podía obtener todo el dinero bloqueado por Bruselas, aunque por el camino ha obtenido los 10.200 millones liberados este miércoles.

Foto: El presidente Volodímir Zelenski sujeta la bandera de la Unión Europea junto a la presidenta del Europarlamento, Roberta Metsola. (Reuters)

Sin embargo, de vuelta, Orbán, aislado y sin aliados en la habitación, ha acabado cediendo mucho más rápido de lo que nadie esperaba. Solamente unas pocas fuentes apostaban en los días a que la presión del resto de líderes doblegarían al primer ministro húngaro cuando se encontrara encerrado en la habitación con ellos, a que volvería a ser incapaz de mantener un veto que responde más a una estrategia política doméstica, en la que se presenta como un freno a las tendencias federalistas de Bruselas. Cuando se queda solo ante el resto de líderes de los Estados-nación que él dice representar, ese bloqueo se hace más difícil de sostener incluso para la narrativa política interna.

Problemas de dinero

La cumbre no ha terminado todavía. Queda pendiente otro de los grandes puntos de la cita: la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto europeo que cubre del 2021 al 2027, en el que se planeaba una ayuda de 50.000 millones de euros a Ucrania. Orbán también ha estado vetando esta partida, al considerar que mientras que Hungría tenga fondos europeos congelados no puede destinarse dinero del presupuesto común a Kiev.

Los diplomáticos y enviados de los Veintisiete llevan días trabajando en qué hacer si no se convence a Orbán de que el dinero se canalice a través del MFP. "No hay un plan B, hay varios. Si hace falta llegaremos hasta el Z", explicaba una fuente diplomática poco antes de que comenzara la reunión. La idea es que si no es posible hacerlo por la vía del presupuesto europeo se cree un marco de asistencia macrofinanciera en el que puedan participar todos los Estados miembros menos Hungría, y así sortear su veto. Los 'sherpas' de los jefes de Estado y de Gobierno, es decir, sus negociadores personales, han pasado la tarde negociando una nueva versión del MFP, haciendo importantes recortes a la propuesta original de la Comisión Europea, que pedía 66.000 millones de euros de nuevas aportaciones por parte de los Estados miembros. Según fuentes europeas, en estos momentos se trabaja sobre una propuesta en la que las nuevas aportaciones se limitan a 22.500 millones de euros.

"No hay dinero gratis", resumía otra fuente europea en los días previos a la cumbre

Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguran que en estos momentos toda la atención está puesta sobre la propuesta en la que esta ayuda a Kiev se canaliza a través del MFP, aunque con cambios sustanciales respecto a la primera versión que se había conocido en verano, cuando Bruselas solicitó 66.000 millones de euros de nuevas contribuciones por parte los Estados miembros. La cifra que había puesto Bruselas sobre la mesa era “loca”, aseguraba una fuente diplomática de uno de los Estados miembros que desde el primer momento dijeron a la Comisión que si necesitaba financiar nuevas prioridades buscara el dinero dentro de sus propios bolsillos, redirigiendo fondos de otras partidas.

“No hay dinero gratis”, resumía otra fuente europea en los días previos a la cumbre. Los jefes de Estado y de Gobierno estudiaron una primera negobox (caja de negociación) en el que el dinero fresco ya se había reducido a unos 22.500 millones de euros. Tras unos primeros intercambios los sherpas, los negociadores personales de los líderes, se reunieron por separado y continuaron con sus tiras y aflojas respeto a las cifras.

Los Veintisiete han aprobado este jueves la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, un paso que solamente unas horas antes parecía muy complicado por el veto impuesto por Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, que bloqueaba tanto este paso en la ampliación como la canalización de 50.000 millones de euros a Kiev a través del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto europeo que cubre de 2021 a 2027 y que ahora afronta su revisión intermedia. La decisión se debía tomar por unanimidad. Fuentes europeas explican que cuando se ha presentado la propuesta para abrir negociaciones, nadie se ha opuesto.

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