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Alemania pide recortes ante los apuros del presupuesto de casi 2 billones de la UE
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el alza de tipos ahoga el presupuesto

Alemania pide recortes ante los apuros del presupuesto de casi 2 billones de la UE

La Comisión Europea lanza la revisión del marco financiero plurianual (2021-2027), ahogado por los gastos extraordinarios y el aumento de los tipos de interés

Foto: Christian Lindner, ministro de Finanzas alemán. (Reuters/Fabrizio Bensch)
Christian Lindner, ministro de Finanzas alemán. (Reuters/Fabrizio Bensch)

La subida de los tipos de interés está ahogando el presupuesto europeo. La Unión, que buscará en los mercados 421.000 millones de euros hasta 2026 para financiar las subvenciones del Fondo de Recuperación acordado en 2020, esperaba que los costes de las emisiones rondara los 15.000 millones de euros a lo largo de todo el periodo en el que se extiende el presupuesto europeo de siete años, del 2021 al 2027, teniendo que pagar intereses que se esperaba que estuvieran entre el 0,55% y el 1,5%. Pero esas cifras han sido barridas por la subida de tipos de interés con las que el Banco Central Europeo (BCE) ha tenido que responder a la galopante inflación que ha vivido Europa en los últimos dos años.

Cuando la Unión emitió sus primeros bonos comunes a diez años para financiar el Fondo de Recuperación, en junio de 2021, los colocó al 0,09%. En la última emisión, en noviembre de 2022, según datos publicados en febrero por la propia Comisión Europea, los colocó a 2,85%, muy por encima del techo de lo que esperaba originalmente, y desde entonces la situación ha empeorado. Y los analistas no esperan que los costes de financiación se reduzcan mucho en los próximos años, lo que está poniendo en apuros a un marco financiero plurianual (MFP) que corre del año 2021 al 2027, y que alcanza cerca de los 2 billones de euros contando con el propio Fondo de Recuperación, aunque esto representa poco más del 1% del PIB de la Unión Europea en el periodo. Además, el presupuesto europeo se ha tenido que volcar en la crisis de Ucrania.

Originalmente, la Comisión calculó que el coste general del servicio de la deuda del MFP rondaría los 15.000 millones de euros en 2027, pero ahora el escenario base del think tank económico Bruegel, una institución de referencia en Bruselas, apunta a que el coste podría llegar a ser el doble, hasta cerca de los 30.000 millones de euros. "Como resultado, el coste de los intereses representará una parte importante del presupuesto de la Unión Europea, alrededor del 5,3% del presupuesto anual de 2027 y el 2,5% de todo el MFP entre 2021 y 2027", apunta el think tank en un documento publicado el pasado 31 de mayo. "La Comisión está trabajando actualmente en una previsión actualizada de los costes de endeudamiento previstos en el marco del instrumento de recuperación NextGenerationEU entre ahora y finales de 2027 en el contexto de la revisión intermedia" del MFP, explica a El Confidencial un portavoz del Ejecutivo comunitario.

El MFP es un paquete cerrado pensado para hacer más sencillas las negociaciones de los presupuestos anuales de la Unión Europea. Se guarda un cierto espacio para posibles emergencias, pero las partidas están encajonadas y ese espacio para emergencias se ha visto consumido por la guerra en Ucrania. El aumento repentino de los costes asociados a la deuda genera un estrés sobre toda la partida bajo la que se encuentran el pago de los intereses, la partida 2, en la que están también otras políticas como por ejemplo Erasmus+. Y esta situación solamente se puede resolver de dos maneras: o sacando dinero de otros programas para pagar los intereses, o bien aumentando las contribuciones al presupuesto.

Foto: El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, en la reunión de la eurozona.

La Comisión Europea tiene previsto solicitar este próximo 20 de junio a los Estados miembros precisamente que aumenten sus contribuciones al presupuesto de la Unión Europea para hacer frente a la nueva situación. Durante una charla esta semana con Bloomberg, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, adelantaba la dirección de la propuesta del Ejecutivo comunitario: "Necesitamos rellenar el presupuesto de la Unión Europea, porque muchas de las reservas fueron utilizadas durante los primeros años", señaló. El equipo del comisario de Presupuesto, el austriaco Johannes Hahn, sabe que la situación es compleja, y que políticamente el mensaje que deben lanzar la semana que viene es muy delicado. Y lo sabe porque incluso antes de hacer su propuesta, Bruselas se está enfrentando ya a un "no" firme de muchas capitales.

Esta semana, antes de una reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea, Christian Lindner, ministro del ramo, era preguntado por la revisión del MFP, y sobre si los Estados miembros debían sacar el dinero de otros programas existentes para pagar los intereses, a lo que contestó un escueto "sí, sí". Al ser repreguntado sobre si los países debían hacer nuevas contribuciones nacionales al presupuesto, el alemán se limitó a replicar: "no, no". Y sonrió. No había más que añadir. Sigrid Kaag, ministra de Finanzas de Países Bajos, ha señalado en la misma dirección.

La Comisión Europea tiene previsto solicitar que aumenten sus contribuciones al presupuesto de la Unión Europea

Ese "no" rotundo de Lindner a la segunda de las opciones, que es agrandar el presupuesto europeo a través de los presupuestos nacionales, deja solamente otras dos posibilidades. La primera es la ya mencionada: sacar dinero de otras partidas. Pero esta no es una opción para algunos de los Estados miembros que más se benefician de las partidas que se verían afectadas. Nadie está dispuesto a tener que asumir políticamente que le recorten lo que le corresponde, pero es lo que Alemania y otros Estados miembros exigirán. La segunda opción es agrandar el bote común por otra vía que no es la contribución nacional: los llamados "recursos propios" que bombean dinero directamente sobre el presupuesto europeo.

Recursos propios

Nadie puede decir que no esperara esta situación. Todos los Estados miembros sabían que habría que devolver el dinero que la Unión buscara en los mercados para financiar el Fondo de Recuperación. Pero en ese momento era un problema de los ministros de Finanzas del futuro. Lo que no podían esperar era que el futuro iba a llegar tan deprisa. La idea de aumentar los recursos propios se veía como el siguiente paso lógico por parte de muchos analistas, técnicos y políticos de Bruselas. Tras el "salto hamiltoniano" de acudir a los mercados juntos para emitir bonos a gran escala, llegaría el momento histórico de armar una estructura para devolver esa deuda. Era eso o asumir que en el futuro, el dinero destinado a otras partidas habría que redirigirlo al pago de la deuda. Era un debate esperado.

Por eso algunos Estados miembros, como España, consideran que ante el empeoramiento de la situación hay que mirar hacia adelante, evitar recortes y acelerar el desarrollo de esta vía de ingresos para el presupuesto. La Comisión Europea también presentará su propuesta para nuevos recursos propios esta próxima semana, junto a la propuesta sobre el MFP. Las fuerzas más europeístas en la Eurocámara también han solicitado ir en esa dirección. Pero ponerlos en marcha no es una operación sencilla ni rápida, y la Unión Europea tiene urgencia por solucionar esta situación.

Foto: Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. (EFE/EPA/Sergey Dolzhenko)

Los presupuestos europeos siempre son sensibles: todo el mundo quiere poner la mínima cantidad posible y recibir cuanto más mejor en los distintos programas del MFP. Eso lleva a negociaciones muy complejas, con el cuchillo entre los dientes, en el que cada euro cuenta y marca la diferencia entre la victoria y la derrota política. Es, en cierto modo, la negociación por excelencia de Bruselas. Un auténtico tablero de ajedrez en el que las delegaciones hacen cálculos de ganancias y pérdidas, buscan compromisos e intentan salvar los muebles de la mejor manera posible.

Es, además, un debate muy divisivo. Las trincheras son especialmente profundas en esta cuestión. Por un lado están los llamados "frugales", un grupo de Estados miembros que opinan que hay que moderar el gasto y que habría que recortar las partidas bandera para algunos otros países pero que tienen un espacio enorme dentro del presupuesto, como es por ejemplo la Política Agraria Común (PAC). Por el otro están otro grupo de capitales que intentan proteger algunas de las políticas estrella de la Unión Europea, y que se hacen llamar "amigos de la cohesión", en referencia a los fondos de cohesión, que defienden como un bloque los países sureños y Europa del este. En las próximas semanas volverán a chocar respecto a la revisión del MFP.

La subida de los tipos de interés está ahogando el presupuesto europeo. La Unión, que buscará en los mercados 421.000 millones de euros hasta 2026 para financiar las subvenciones del Fondo de Recuperación acordado en 2020, esperaba que los costes de las emisiones rondara los 15.000 millones de euros a lo largo de todo el periodo en el que se extiende el presupuesto europeo de siete años, del 2021 al 2027, teniendo que pagar intereses que se esperaba que estuvieran entre el 0,55% y el 1,5%. Pero esas cifras han sido barridas por la subida de tipos de interés con las que el Banco Central Europeo (BCE) ha tenido que responder a la galopante inflación que ha vivido Europa en los últimos dos años.

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