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Orbán pone precio a su 'sí': pide sus fondos congelados para desbloquear la ayuda a Kiev
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El dilema de la ayuda a Ucrania

Orbán pone precio a su 'sí': pide sus fondos congelados para desbloquear la ayuda a Kiev

El primer ministro húngaro bloquea el envío de ayuda urgente a Ucrania y pide que primero se liberen los fondos europeos congelados al país por dudas sobre la situación del estado de derecho

Foto: Archivo: el primer ministro húngaro, Viktor Orban, asiste a una cumbre de líderes de la Unión Europea, en Bruselas. (Reuters / Yves Herman)
Archivo: el primer ministro húngaro, Viktor Orban, asiste a una cumbre de líderes de la Unión Europea, en Bruselas. (Reuters / Yves Herman)

Los líderes europeos fracasaron este viernes de madrugada a la hora de intentar cerrar un acuerdo para la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP) del 2021 al 2027, que incluía un paquete de ayuda a Ucrania por valor de 50.000 millones de euros que Kiev necesita antes del mes de marzo. Eso les obliga a volver sobre el tema en una cumbre extraordinaria que se celebrará a finales de enero o principios de febrero. La razón es que hay un único líder que bloquea la decisión, que debe tomarse por unanimidad: Viktor Orbán, primer ministro húngaro.

El líder magiar había amenazado durante las semanas previas al Consejo Europeo con bloquear los dos grandes ejes de la cumbre, generando una fuerte preocupación en Bruselas y en otras capitales: la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y el envío de los 50.000 millones prometidos a Volodímir Zelenski, presidente ucraniano. Se trataban de dos decisiones cruciales desde el punto de vista diplomático para Europa, tanto de cara a Ucrania como de cara a Estados Unidos, que quiere ver a una Unión implicada en el apoyo a Kiev. Finalmente, Orbán cedió en el primero de los puntos, abandonando la sala para que el resto de líderes pudieran adoptar la decisión sin oposición, pero mantuvo su veto en el segundo de ellos, llevando a los Veintisiete a una situación muy sensible.

Las razones por las que Orbán bloqueaba la primera decisión eran poco claras. Había razones personales, políticas y de intereses. Su relación personal con Zelenski es muy mala, y también con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, contra la que ha lanzado una dura campaña en Hungría. Además, Budapest siempre ha arrastrado los pies en la cuestión de la guerra de Ucrania, retrasando en muchas ocasiones la adopción de sanciones contra Rusia, pero sin llegar a bloquearlas. Sin embargo, había pocas dudas sobre por qué el primer ministro húngaro vetaba la aprobación de la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto común europeo de 2021 al 2027, del que depende la partida de emergencia para Ucrania: porque la Comisión Europea mantiene congelados unos 22.000 millones de euros de fondos europeos dirigidos a Hungría, pero a los que Budapest no tiene acceso por las dudas que el Ejecutivo comunitario tiene sobre la calidad del estado de derecho en el país centroeuropeo.

Foto: El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. (EFE/Olivier Matthys)

Si quedaba alguna duda de las razones detrás del bloqueo húngaro a la revisión del MFP, Balasz Orbán, el director político de la oficina del primer ministro, con el que no guarda relación familiar, las ha despejado durante una charla con un buen grupo de periodistas en el Consejo Europeo. Ambos puntos "están directamente relacionados", ha asegurado el asesor del líder magiar, que ha señalado que cree que el Gobierno cumple "con todos los requisitos legales" para recibir "el 100% de los fondos". Lo cierto es que Budapest tiene que cumplir con 27 "superhitos" en materia de Estado de derecho para recibir esos fondos, de la misma manera que España tiene que cumplir con hitos referidos a la reforma de las pensiones o inversiones para la digitalización de las administraciones públicas si quiere obtener los distintos desembolsos del Fondo de Recuperación.

Balasz Orbán se ha referido a su país como un "contribuyente neto", es decir del grupo de países ricos de la Unión Europea que aportan más fondos al presupuesto común de los que reciben, señalando que Budapest ahora mismo hace contribuciones al MFP sin recibir los fondos que le habían sido asignados. Este miércoles, en la víspera del Consejo Europeo de diciembre, la Comisión Europea liberó unos 10.200 millones de euros de fondos de cohesión que mantenía bloqueados porque Hungría no cumplía con las horizontales enabling conditions necesarias para la recepción de estos fondos. Al aprobar una reforma judicial negociada con Bruselas, el Ejecutivo comunitario dio luz verde a ese desbloqueo, provocando algunas críticas desde la Eurocámara al considerar que el equipo de Von der Leyen había cedido al chantaje.

Sin embargo, todavía hay 21.000 millones restantes bloqueados del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), para los cuales Budapest necesita completar los mencionados "superhitos", y también unos 6.300 millones de euros de los fondos de cohesión, congelados por el conocido como mecanismo de condicionalidad, acordado por los Estados miembros en 2020 e ideado precisamente para casos como el de Hungría o Polonia.

"Ahora hay una ventana de oportunidad de dos o tres meses, dependiendo de cómo se organizan los líderes, para ver si hay apertura por parte de la Comisión Europea para solventar los problemas de Hungría. Si se abren a resolverlo, entonces el próximo Consejo Europeo no será un fracaso", ha asegurado Balasz Orbán en Bruselas. El asesor del primer ministro rechaza los ataques que hacen algunas fuentes diplomáticas o miembros de la Eurocámara, asegurando que "otros países llevan chantajeando a Hungría desde hace años" o incluso señalando a "líderes europeos" que atacan a Budapest "por motivos políticos".

Rodeado de periodistas, Balasz Orbán ha tenido que responder a una de esas sugerencias que a veces se hacen: ¿por qué no abandona entonces Hungría la Unión Europea? "Porque no queremos abandonar la UE, tenemos nuestros intereses, es una comunidad de distintas naciones, tenemos problemas que resolver, pero somos constructivos, como ayer, solamente queremos tener una buena preparación, liderazgo y soluciones efectivas", ha defendido el asesor del líder magiar.

Lo cierto es que algunos líderes ya no esconden su hartazgo. Preguntado por las críticas de Orbán a la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania tras haber permitido su aprobación ausentándose de la sala, Alexander de Croo, primer ministro belga, señaló que cuando uno no veta una decisión, luego debe "cerrar la boca", admitiendo segundos después que "no debería haber dicho eso". Evika Silina, primera ministra de Letonia, señaló directamente a Orbán al inicio del Consejo Europeo. "Tal vez llegue un momento en el que tengamos que negociar, ya no sobre Ucrania, sino sobre alguien más que no quiere avanzar", dejó caer ante los medios de comunicación.

Los líderes europeos fracasaron este viernes de madrugada a la hora de intentar cerrar un acuerdo para la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP) del 2021 al 2027, que incluía un paquete de ayuda a Ucrania por valor de 50.000 millones de euros que Kiev necesita antes del mes de marzo. Eso les obliga a volver sobre el tema en una cumbre extraordinaria que se celebrará a finales de enero o principios de febrero. La razón es que hay un único líder que bloquea la decisión, que debe tomarse por unanimidad: Viktor Orbán, primer ministro húngaro.

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