Las amenazas nucleares de Putin van por temporadas. Si a lo largo de 2023 el líder ruso parecía haberse olvidado de su arsenal nuclear, 2024 ha empezado ya con dos referencias al uso de armas de destrucción masivas. En febrero ventiló el riesgo de "destruir la civilización" si Occidente envía tropas a Ucrania. En marzo advirtió que Rusia está preparada para una guerra nuclear. Los documentos revelados por el Financial Times sobre planes para el uso de armas nucleares tácticas, desentrañan la disposición de Rusia a emplear su arsenal atómico bajo umbrales preocupantemente bajos, incluyendo escenarios específicos mucho más allá de la mera respuesta a ataques nucleares o amenazas convencionales graves.

Esta postura encuentra un reflejo en la estrategia de la OTAN durante los años de la Guerra Fría. En un plan militar aprobado en 1968, ya se había contemplado el uso combinado de armas nucleares y convencionales desde 1968 como medida disuasoria, especificando distintos grados de respuesta nuclear en función de la escalada del conflicto. La actualidad muestra una Rusia que no solo ha mantenido la posibilidad de un conflicto nuclear en su estrategia, sino que también ha desarrollado simuladores para entrenar a sus tropas en condiciones de guerra nuclear, evidenciando una continuidad de la mentalidad de la Guerra Fría.  Un dispositivo que había sido construido por la Unión Soviética y que acabó en desuso. Ahora las Fuerzas Armadas rusas sostienen que han conseguido crear un nuevo modelo múcho más sofisticado.