En este vídeo explicativo nos acercamos a uno de los problemas más delicados —y ampliamente ignorado— de la defensa en los países occidentales: en la mayoría de los ejércitos faltan soldados.

La movilización parcial de los reservistas en Rusia ha puesto de manifiesto las pocas ganas de combatir de una población acostumbrada al servicio militar obligatorio, que nunca se suspendió en la ex URSS. Enfrentados a la posibilidad de morir en la guerra en Ucrania, decenas de miles de jóvenes rusos han desertado la llamada a filas y han huido a Georgia, Armenia o Kazajistán.

Sin embargo, no solo Rusia tiene problemas con los soldados. En Estados Unidos, 50.000 soldados abandonan cada año las fuerzas armadas para volver a la vida civil. Este mismo año, con la mayor crisis militar desde el final de la Guerra Fría en curso, por primera vez en años, el Ejército de EEUU no ha conseguido cumplir con las previsiones de alistamiento y 15.000 plazas se han quedado vacantes.

En Europa también se ha reducido el tamaño de los ejércitos. En primer lugar, por la decisión de casi todos los países del continente de eliminar el servicio militar. El ejército de masas ha sido sustituido por un ejército profesional, más preparado y eficaz.

En este vídeo de El Confidencial, Vincenzo Bove, profesor de Ciencias políticas de la Universidad de Warwick (Reino Unido), explica que la abolición de la mili obligatoria ha aumentado la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Pero la trasformación de las fuerzas armadas, la reducción del personal y el adelgazamiento del presupuesto militar han dejado a Europa y Estados Unidos con ejércitos altamente preparados pero numéricamente insuficientes para enfrentarse a un escenario de guerra.