El canal de Panamá se está muriendo. Se trata de una arteria vital del comercio mundial. Por aquí pasan cada año 14.000 buques portacontenedores, que cruzan el Atlántico al Pacífico sin tener que rodear América del Sur. El 6% del comercio mundial sigue esta ruta. Pero desde hace meses, a la entrada del canal, se está produciendo una acumulación sin precedentes de barcos que esperan su turno para cruzarlo.

El problema es que el canal tiene cada vez menos agua por la sequía que desde hace meses afecta al país. Una escasez de agua que está afectando también a la vida de los panameños, que sufren cortes de agua potable y para la agricultura. Una situación que empeora año tras año y que no solo amenaza el futuro del canal de Panamá, sino que puede tener consecuencias sobre el comercio mundial, provocando un aumento de los precios y retrasos en toda la cadena de suministro a nivel global. El declive del canal de Panamá ha impulsado la búsqueda de una alternativa muchos países de Centroamérica quieren aprovechar esta oportunidad