¿Qué ha aprendido el ejército Rusia en un año de guerra? Poco o nada si miramos al fracaso de Vuhledar. En esta ciudad minera del Donbás, situada en la primera línea del frente, se ha producido uno de los mayores choques entre tanques. Desde finales de enero, las tropas rusas han intentado avanzar durante más de tres semanas.

La batalla de Vuhledar ha sido uno de los mayores esfuerzos de la nueva fase de la ofensiva rusa, pero aquí también, como en las fases anteriores de la guerra, el avance se ha deshecho frente a la resistencia de ucrania. El ejército de Moscú habría sufrido entre 150 - 300 bajas diarias y las perdidas de 130 tanques, según la versión de Kiev.

Sin embargo, la estrategia de Rusia se está viendo condicionada por la reducción de su arsenal, que está obligado a racionar el uso de municiones y a incorporar algunas de las tácticas empleadas por el Grupo Wagner en Bakhmut. El largo asedio, empezado el pasado agosto, ha mermado los recursos del ejército privado de Prigozhin que ha tenido que reducir sus formaciones a escuadrones de asalto cada vez más reducidos. Esto ha garantizado un avance mínimo pero constante al precio de numerosas vidas humanas. Las principales víctimas se contarían entre los expresidiarios reclutados para la guerra a cambio de la promesa de la libertad. 

Ahora, según la foto de un manual de guerra ruso publicada por un milblogger ucraniano en Twitter y analizada por el Instituto para le Estudio de la Guerra, el ejército ruso habría reordenado el despliegue de sus tropas en unidades de asalto más pequeñas que irían a sustituir el batallón de combate táctico o BTG, la formación estándar de batalla. Una de las principales diferencias es que cada compañía, en lugar de disponer de tres tanques, solo contaría con un tanque relegado en una posición más retrasada con tarea de fuego de soporte. El avance recaería así sobre los soldados, en su gran mayoría reservistas.

 

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, un ejército ruso estructurado en formaciones más pequeñas, con menor experiencia y escasez de equipamiento, difícilmente llevará a progresos significativos y rápidos. De hecho, podría significar que los generales asumen, o apuestan, a una estabilización del frente a la espera de nuevas tropas y como forma de ahorrar armamento a la espera de nuevos suministros. Sacrificar la vida de sus ciudadanos para proteger tanques es, en definitiva, la apuesta a largo plazo de Putin.

Tribuna Internacional