En el mar de la economía global, los buques mercantes juegan un papel crucial. Transportan bienes a lo largo del planeta, conectan mercados, impulsan el comercio internacional y aseguran que los recursos, desde materias primas hasta productos acabados, lleguen a sus destinos. Sin embargo, muchos de estos colosos del mar —casi uno de cada dos buques— eligen ondear la bandera de Panamá o de Liberia, en lugar de la bandera de su propio país. Este fenómeno, conocido como "bandera de conveniencia", ha transformado completamente el comercio naval. Ofrecen incentivos económicos y regulaciones flexibles, pero esta práctica es muy cuestionada por razones de seguridad, ética laboral y sostenibilidad ambiental.

Esta práctica, que se originó a principio del siglo XX, ha crecido significativamente y es utilizada por casi la mitad de los buques mercantes globales. De hecho, existe una discrepancia entre los países de propiedad de los buques y los registros bajo los cuales operan. Y si Grecia, Japón, China, Estados Unidos y Noruega son los países con la mayor flota del mundo, Panamá, Islas Marshall y Liberia tienen los registros con una flota mucho más grande en tonelaje. En 2023, Liberia ha superado a Panamá como el principal registro mercantil del mundo. Pero las ventajas de ondear una bandera de conveniencia van mucho más allá de una simple desregulación fiscal o laboral. Muchos buques europeos, por ejemplo, se registran en un país africano para poder disfrutar de mejores condiciones, acuerdos entre los dos países africanos son mucho más laxos.

A todo esto se añade que también algunos países sin salida al mar, como Mongolia, Bolivia, Moldavia y Suazilandia, también han comenzado a abrir registros marítimos, aprovechando la oportunidad para participar en el comercio global. Esta práctica ha generado un complejo panorama de regulaciones internacionales, donde la identidad y la jurisdicción de los buques a menudo quedan ocultas detrás de estructuras corporativas complejas, facilitando actividades ilícitas y la evasión de responsabilidades en casos legales o ambientales. De hecho, en el caso de Suazilandia, dos de los trece buques registrados bajo su bandera han sido acusados de ayudar Rusia a evitar las sanciones internacionales por la invasión de Ucrania.