Llega a España el Invicta Spartan, el todoterreno eléctrico más peculiar del mercado

A lo largo de 2023 han llegado al mercado español coches 100% eléctricos de todos los colores y segmentos, desde compactos, berlinas y SUV hasta comerciales, pero los vehículos todoterreno puros totalmente eléctricos son rara avis. Sin embargo, la firma española Invicta Electric acaba de iniciar la comercialización en nuestro país del Invicta Spartan, un 4x4 que toma como base el UAZ Hunter ruso, fabricado desde 1999 hasta la actualidad, y que ha sido reconvertido a eléctrico, una transformación que, sin lugar a dudas, lo convierte en el todoterreno eléctrico más peculiar del momento. Producido por el fabricante MW Motors en Štěnovice (República Checa), es un coche creado "como una verdadera herramienta de trabajo que puede con las tareas más duras", afirman los responsables de Invicta. De hecho, el sistema de tracción puede enviar la potencia al eje delantero, al trasero o a ambos, y además cuenta con reductora.

Su propulsor original, que es diésel o de gasolina, pues UAZ comercializa el Hunter con esos dos tipos de mecánica, ha sido sustituido por un motor eléctrico síncrono de imanes permanentes de 120 kW (163 CV), con nada menos que 600 Nm de par máximo, que le permite alcanzar una velocidad punta de 130 km/h. Una mecánica refrigerada por agua, ya que dispone de un flujo de enfriamiento de entre ocho y 10 litros por minuto, con lo que se asegura siempre una temperatura óptima de trabajo. No obstante, el Invicta Spartan está homologado como vehículo N1 y, según la legislación española, únicamente puede circular a una velocidad máxima de 90 km/h. Pero este modelo, gracias a las destacadas capacidades todoterreno que anuncia, está ideado para lidiar con terrenos complicados, "características que hacen de él un perfecto aliado para empresas agrícolas, forestales o de minería subterránea", apuntan desde Invicta.

El motor se alimenta de una batería de 62 kWh de capacidad compuesta por celdas de iones de litio, que le otorga una autonomía media homologada de 262 kilómetros. Diseñadas para restar el menor espacio posible, están empaquetadas en embalajes metálicos estancos y situadas principalmente bajo los asientos traseros, pues otros dos grupos de celdas se colocan en ambos laterales del vehículo. Una configuración realizada para asegurar una adecuada distribución de pesos, y que prácticamente no interfiere en el espacio del habitáculo, además de evitar problemas a la hora de vadear corrientes de agua de hasta medio metro de profundidad. Además, el Invicta Spartan puede recuperar energía al frenar y, para ello, cuenta con tres modos distintos de conducción: Autopista, Campo y Ciudad.

En cuanto a sus dimensiones, este todoterreno eléctrico mide 4.100 milímetros de largo, 1.730 de ancho y 2.025 de alto. Para ponerlo en contexto, un Dacia Duster tiene unas cotas de 4.341 milímetros de longitud, 1.804 de anchura y 1.693 de altura. Y del resto de características del Spartan, hay que destacar una distancia entre ejes de 2.380 milímetros, la citada profundidad de vadeo de 500 milímetros, un peso en vacío de 1.965 kilogramos y una capacidad de carga de hasta 735 kilogramos, así como una capacidad de remolque de hasta 2.500 kilogramos.

Con estética retro

Al primer vistazo, ya sea por fuera o por dentro, el Invicta Spartan nos traslada inmediatamente a los antiguos todoterrenos rusos, pero con la modernidad que supone la conversión a la era eléctrica. Así, nos encontramos con volúmenes cuadrados y cortos voladizos delante y detrás, con la posibilidad de incorporar múltiples opcionales como el cabrestante Warn o la parrilla protectora, cerrada por no requerir refrigeración al ser eléctrico, y que se prolonga hasta los bajos. Además, los estribos reforzados con dos vigas transversales son capaces de resistir que levantemos el vehículo con un gato en caso de quedarnos atascados. También se puede equipar la escalera y una baca, elemento este que amplía la capacidad de carga en caso necesario.

En el interior, se mantiene el aspecto original, con un volante de gran tamaño y las clásicas manetas para poner los intermitentes o activar los limpiaparabrisas. No hay cuadro de instrumentos, ni clásico ni digital, pero sí una pantalla central con una información fija donde se encuentran los testigos del coche, el kilometraje, la velocidad, la autonomía restante o el porcentaje de batería. El salpicadero es metálico y todos los elementos interiores están diseñados para una limpieza sencilla, pues hasta los pedales pueden utilizarse con seguridad incluso calzando botas de agua embarradas. En el habitáculo solamente hay una opción de tapicería, pero, para el exterior, Invicta ofrece cuatro colores distintos: blanco, negro, verde y marrón.

Bajo la pantalla hay una serie de botones para activar distintas funciones, como las luces de emergencia, el aire acondicionado o las luces antiniebla. Se mantienen la palanca de cambios y la de la reductora originales, y para poner en marcha el Spartan hay que seguir tres pasos: primero, quitar el freno de mano manual; después, engranar la quinta marcha, pues se corresponde con la posición D; y, por último, pulsar el botón D desde la botonera de la consola central. También, lógicamente, se puede seleccionar N (punto muerto) y R (marcha atrás).

Una vez conocido el interior, y visto cómo poner en marcha el Spartan, tuvimos ocasión de conducir el todoterreno de Invicta por un camino durante unos 20 minutos. Una pequeña ruta que combinaba subidas, bajadas, zonas rotas, tramos embarrados y numerosos charcos por las lluvias de la mañana, pero que el Spartan cruzó sin despeinarse. Fuese cual fuese la dificultad, el Spartan la atravesaba con pasmosa facilidad. Pero el interior tiene la calidad justa, y eso se nota. Porque suena todo, desde los crujidos del asiento o la amortiguación, hasta la dirección. Esta última se percibe algo suave, y cuenta con un volante que llama la atención por su elevado diámetro. Además, a la hora de tomar curvas en llano, se notan claramente los movimientos de la carrocería.

No obstante, ya sea por sus altas capacidades todoterreno o por la estética espartana del habitáculo, el Spartan nos transmite constantemente, con sus sensaciones, que nos encontramos ante un coche especial. En nuestra pequeña prueba no pudimos obtener datos de consumo, pero sí comprobamos que sus 163 CV eléctricos permiten ganar y recuperar velocidad con facilidad, meritorio porque estamos ante un conjunto de casi dos toneladas de peso. Una vez que salimos del camino, recorrimos un par de kilómetros por carretera hasta llegar al punto de partida, y ahí pudimos rodar casi a 90 km/h, sin mucha complicación pero con algún sonido extraño cuya procedencia no pudimos descifrar. Sin duda, necesitaríamos más tiempo para sacar datos en claro.

Su precio en España

El Invicta Spartan tiene un precio en nuestro país de 58.302 euros, antes de incluir posibles ayudas públicas. Si se resta el máximo incentivo del Plan Moves III, la deducción del 15% en el IRPF y el descuento de la marca por financiación, la factura puede reducirse hasta los 44.902 euros.

“En Invicta Electric escuchamos a nuestros clientes y seguimos ampliando nuestra gama para satisfacer sus necesidades de movilidad 100% eléctrica, sin emisiones y con un precio razonable. Incluso en un sector tan especializado como el del todoterreno profesional, donde ofrecemos una garantía excelente para un vehículo de este tipo: tres años o 100.000 kilómetros para el vehículo, y cinco años para las baterías”, explica Julián Alonso, presidente del Grupo Invicta Motor.