Diésel, híbrido suave e híbrido enchufable: probamos tres versiones del nuevo Skoda Kodiaq

El pasado octubre, Skoda presentaba la nueva generación del Skoda Kodiaq, segundo capítulo en la historia del SUV más grande de la marca checa, disponible con cinco o siete plazas, y que salió al mercado en 2016. Desde entonces se han vendido 866.000 unidades en 60 mercados de todo el mundo, siendo Alemania, Reino Unido y Chequia los países con mayor número de ventas. Y medio año después de ser desvelado, ya nos hemos puesto al volante de esta segunda generación, que presenta un aspecto más sofisticado, un interior más digitalizado, la última tecnología de la marca y una rica gama de motores que incluye versiones diésel, hibridación suave de gasolina y un híbrido enchufable también de gasolina; es decir, tres tipos de etiqueta ecológica: C, eco y cero. No obstante, es importante saber que el SUV grande de Skoda tendrá tres fases distintas de lanzamiento en nuestro país.

Desde el pasado mes de febrero ya se puede encargar el nuevo Kodiaq, pero las primeras unidades llegarán a partir de mayo. Y en un inicio, estarán disponibles las dos mecánicas diésel: 2.0 TDI de 150 CV, desde 44.300 euros, y 2.0 TDI de 193 CV, a partir de 47.400 euros. Pero también el motor de gasolina con hibridación suave 1.5 TSI m-HEV de 150 CV, que arranca en 50.450 euros y aporta por primera vez a este SUV la etiqueta eco. En cuanto a los acabados disponibles, al principio serán Selection y Design. Ya en junio, se abrirán los pedidos del híbrido enchufable (1.5 TSI PHEV 204 CV), primicia en un Kodiaq, junto al acabado Sportline. Y en diciembre llegarán las versiones más prestacionales, ambas de gasolina: un 2.0 TSI de 204 CV con tracción 4x4 y la variante RS, con el mismo motor e idéntica tracción, pero con una potencia de 258 CV. Sin embargo, del enchufable y de esas versiones de gasolina más potentes, Skoda aún no ha revelado su precio.

Si comenzamos por lo primero que vemos del coche, es decir su diseño exterior, el Kodiaq presenta una estética más sofisticada que el modelo anterior, con la presencia de elementos del nuevo lenguaje de diseño de la marca, denominado Modern Solid. Destacan el capó esculpido, una parrilla hexagonal, que puede iluminarse opcionalmente con 14 elementos luminosos, o numerosas mejoras respecto a su predecesor, ya que la nueva generación incluye retrovisores exteriores de diseño específico, paragolpes delantero y trasero rediseñados, llantas aerodinámicas o un alerón de techo ampliado. Skoda explica que, en el desarrollo de su nuevo SUV, los ingenieros se han centrado en optimizar la aerodinámica, ya que se ha reducido el coeficiente de peneración Cx de 0,34 a 0,282.

Por fuera, otro elemento destacado son los nuevos grupos ópticos Matrix Top Led, disponibles en opción. Estos faros contienen un 50% más de segmentos luminosos y ofrecen un 15% más de potencia luminosa que la primera generación. En el apartado de las llantas de aleación hay diferentes posibilidades de diseño, con un tamaño que va desde las 17 hasta las 20 pulgadas. Y en lo que refiere a colores, la gama está formada por nueve tonos, dos de ellos sólidos y siete metalizados, con algunas novedades.

Además, hay otro aspecto importante a tener en cuenta, y es que este nuevo Kodiaq es más grande que la primera generación. En concreto, 61 milímetros más largo (4.758 en total), aunque solo cuenta con tres milímetros extra de distancia entre ejes: 2.791. Pero también es 18 milímetros más estrecho (1.864) y 24 milímetros más bajo (1.659). La amplitud interior aumenta, ya que la tercera fila de asientos ahora dispone de 920 milímetros de altura al techo, es decir, 15 milímetros más que en el modelo anterior. Otro ejemplo está en el maletero, ya que la versión de cinco plazas alcanza hasta 910 litros, 75 litros más que su predecesor, medición en la que Skoda desplaza hacia adelante la banqueta trasera, que se puede mover en dos partes. Si se abaten los asientos traseros, la capacidad máxima ha aumentado en 40 litros, hasta los 2.105 litros. Y si miramos el Kodiaq de siete plazas, el maletero cuenta con 340 litros si hay ocupantes en las tres filas, 70 más que antes, y 845 litros con los asientos de la tercera fila abatida, lo que supone un aumento de 80 litros. Su capacidad máxima de carga es ahora de 2.035 litros, 30 más que en la primera generación.

Interior digital, mandos clásicos

En el interior, las primeras sensaciones son muy positivas, ya que nos encontramos acabados de calidad, que transmiten una buena percepción, en un espacio de conducción que combina las pantallas digitales con los controles manuales. Y es que esta segunda generación presenta la instrumentación digital Virtual Cockpit con 10 pulgadas de serie, al igual que la pantalla central multitáctil, también de 10 pulgadas, con control gestual y por voz, aunque puede ser de 13 pulgadas de manera opcional. Todo ello con un Head-up Display de calidad, que debuta por primera vez en el Kodiaq.

Y otra de las novedades del SUV checo son los controles manuales de la consola central. Se llaman Smart Dials, y son tres nuevos mandos multifuncionales situados bajo la pantalla central de infoentretenimiento. Con un aspecto similar a las ruletas clásicas, estas son hápticas, y cada una de ellas lleva una pantalla digital en color de 32 milímetros de diámetro. Su finalidad es acceder rápidamente a diversas funciones del vehículo, como el volumen del sistema de infoentretenimiento, la velocidad del ventilador o los modos de conducción, entre otros. En nuestra prueba, y aunque lógicamente requiere un período de aprendizaje, nos ha resultado una opción interesante, ya que permite no apartar la vista de la conducción, por ejemplo, a la hora de manejar el volumen o la climatización.

Al igual que el nuevo Skoda Superb, ahora la palanca selectora del cambio se ubica a la derecha de la columna de dirección, y en el habitáculo encontramos cuatro puertos USB-C, dos situados en la parte delantera y otros dos en la trasera, con una potencia de carga de 45 W, o un sistema de sonido que, de serie, equipa ocho altavoces en los paneles de las puertas y un altavoz central en el cuadro de instrumentos. Respecto a los asientos, el Kodiaq ha adoptado cuatro Desing Selections, ya vistos en la gama del eléctrico Enyaq, con cuatro combinaciones de colores y materiales en la tapicería. Como veremos más adelante, en cualquiera de las versiones probadas, los asientos resultan amplios, confortables y de buena calidad.

Primero, al volante del diésel

Nuestra prueba del Kodiaq tuvo lugar por Girona y los alrededores de la Costa Brava, localización elegida por Skoda para realizar la presentación internacional dinámica del nuevo modelo. Y la primera versión con la que nos ponemos en marcha es diésel, con motor 2.0 TDI de 193 CV, tracción 4x4 y cambio DSG de siete velocidades, ya que no hay opción a caja manual en toda la gama. En el puesto de conducción, ya sea en esta unidad de pruebas o en otro Kodiaq, es fácil encontrar la posición correcta. Y una vez que comienzan a pasar los primeros kilómetros, las sensaciones son positivas, ya que es un coche bien aislado, cómodo y no se percibe nada perezoso, pese a sus dimensiones o a los 1.792 kilogramos de esta versión diésel.

Sucede lo mismo en prestaciones, pues no son nada malas, ya que acelera de cero a 100 km/h en 7,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 220 km/h. Más que suficiente. El cambio DSG funciona de manera suave y agradable; aunque sí realizamos una conducción más deportiva, pese a no ser el enfoque del coche, añoramos cambios de marcha más rápidos. No obstante, el desempeño de la transmisión es más que suficiente para los usos habituales.

Respecto al consumo de esta variante diésel de 193 CV, el SUV checo homologa un consumo combinado de 6 l/100 km; y en nuestra prueba, tras más de 200 kilómetros, el gasto se movió por debajo de los siete litros. No obstante, en las carreteras secundarias de la Costa Brava nuestra conducción más dinámica incrementó el consumo, aunque nos agradó que no se disparara. Por lo tanto, en trayectos tranquilos y cotidianos, el resultado puede ser inferior.

En un trayecto breve, también tuvimos ocasión de ponernos al volante de la variante diésel 2.0 TDI de 150 CV, en este caso con tracción delantera. Comparte elementos con el diésel de mayor potencia, como la sensación de empuje gradual durante la marcha, pero con prestaciones inferiores. Esta versión acelera de cero a 100 km/h en 9,6 segundos, con una punta de 205 km/h. Cifras que permiten al SUV de Skoda moverse con soltura, aunque si cargamos a tope el coche, muchos conductores pueden echar de menos un poco más de brío en las aceleraciones desde parado, y tendrán que exprimir más el motor. En cuanto al consumo combinado, el dato homologado es de 5,3 l/100 km, y en nuestra prueba se movió en torno a los seis litros cada 100 kilómetros recorridos.

Turno del híbrido de gasolina

A continuación, la siguiente versión que probamos equipaba el motor de gasolina 1.5 TSI de 150 CV con hibridación suave m-HEV. Una mecánica protagonista por ofrecer por primera vez en el SUV la etiqueta eco, y en la cual la división de Skoda en España tiene muchas esperanzas puestas de cara a las ventas. De entrada, esta mecánica nos ha agradado por el escaso nivel sonoro que tiene, ya que los diésel son más ruidosos, aunque tampoco resulten molestos. Esta tecnología mild-hybrid utiliza un alternador de arranque de 48 voltios accionado por correa y una batería de iones de litio de 48 voltios. La energía recuperada durante el frenado puede ayudar al motor de combustión con un impulso de potencia eléctrica, o permitir que el SUV avance por inercia con el motor completamente apagado. Además, esta versión incorpora la tecnología de cilindros activos (ACT+), que desactiva dos de los cuatro cilindros para ahorrar carburante cuando no necesitamos mucha potencia, una operación que el conductor no percibe.

Esta versión no nos ha resultado nada torpe, y su dinámica nos ha parecido más redonda que la de las variantes diésel, pero sus prestaciones son ligeramente inferiores a las del 2.0 TDI de 150 CV, con un paso de cero a 100 km/h en 9,7 segundos y una velocidad máxima de 207 km/h. La tecnología híbrida suave permite tener un consumo homologado exactamente igual al del motor diésel de acceso, es decir, 6 l/100 km, aunque en la práctica nos dio cifras ligeramente superiores. No obstante, necesitaríamos realizar pruebas de mayor duración para sacar conclusiones certeras.

Y para terminar, el enchufable

La última versión probada ha sido la híbrida enchufable, también primicia en el modelo checo, ya que por primera vez se comercializa un Kodiaq con etiqueta cero. De hecho, Skoda bautiza a esta versión como Kodiaq iV, y "como el modelo más destacado de la segunda generación del SUV". Incorpora la última tecnología PHEV, al igual que otros modelos del grupo, como los nuevos Volkswagen Passat y Tiguan, o el nuevo Skoda Superb, que hemos probado recientemente. De este modo, cuenta con una batería de 25,7 kWh, que ofrece más de 100 kilómetros de autonomía, según la marca checa, que asocia a un propulsor de gasolina 1.5 TSI de 150 CV, junto a un motor eléctrico, ofreciendo una potencia combinada de 150 kW (204 CV) y un cambio DSG, en este caso de seis velocidades. La batería puede cargarse en dos horas y media, con una potencia máxima de carga de 11 kW en corriente alterna; y hasta 50 kW en corriente continua. En este caso, si se dan las condiciones óptimas, la batería se recargaría del 10% al 80% en 25 minutos.

En este caso, nuestra prueba tuvo un recorrido de 36 kilómetros, y constatamos que esta mecánica enchufable ofrece un rendimiento muy equilibrado, con un tacto de conducción suave y agradable. Cuando iniciamos la ruta, su batería estaba al 58% de capacidad de carga, e indicaba 50 kilómetros de autonomía restante. Después de esos 36 kilómetros, que principalmente discurrieron por carreteras secundarias y autopistas, dejamos el coche con el 24% de batería, y con 21 kilómetros de autonomía. Además, completamos ese recorrido con un gasto medio de un litro cada 100 kilómetros; resultado que, en conjunto, nos convenció. No obstante, para descubrir el alcance eléctrico real del coche sería necesaria una prueba de mayor duración que, por ejemplo, incluyera ciudad.