Durante la invasión rusa de Ucrania, China ha conquistado Rusia sin pegar un solo tiro

Desde que el 24 de febrero de 2022, hace ya casi dos años, las tropas de Vladímir Putin invadieran Ucrania, muchas cosas han cambiado en el mundo, y también en la industria del automóvil, afectada en menor o mayor medida por un conflicto que condujo al cierre de algunas factorías de automóviles en territorio ruso, y a que la mayoría de marcas extranjeras pusieran fin, al menos temporalmente, a sus actividades en ese mercado. Eso provocó el colapso de las matriculaciones de vehículos nuevos en Rusia, que al cabo de ese fatídico 2022 habían caído un 58,8% en comparación con 2021, reduciéndose las ventas a solo 687.370 unidades.

Como consecuencia de ello, además, la participación de los constructores locales se disparó, y si en 2021 las marcas rusas habían copado solo el 26,4% de las ventas en su país, en 2022 su proporción creció hasta el 38,6%, tras incrementarse mes a mes, a medida que los coches de marcas extranjeras se agotaban en concesionarios y campas. De hecho, en diciembre de 2022, las marcas rusas supusieron un 67,6% de las matriculaciones en ese mercado, un valor no alcanzado desde el año 2004. Y los seis modelos más vendidos durante el año eran rusos, algo que tampoco ocurría desde hacía más de dos décadas.

En ese escenario, donde las principales marcas europeas, americanas, japonesas y coreanas protagonizaban una rápida retirada, los fabricantes chinos empezaron a frotarse las manos, pues sus coches gozaban ya de una tecnología muy superior a la de los veteranos automóviles rusos, algunos gestados en la era soviética, y sus gamas estaban sobradas de vehículos de carrocería SUV, la más demandada por el cliente ruso: en 2022 representaron un 48,7% de las ventas. Así las cosas, las marcas chinas coparon ya ese año un 18% del mercado, triplicando prácticamente la participación que tuvieron en 2021, del 6,9%. Y la invasión china de Rusia, a nivel automovilístico, no había hecho más que empezar, liderada por marcas como Chery (sexta plaza y 5,6% de cuota en 2022), Haval (octava posición y 4,9% de penetración) o Geely (novena en la clasificación ese año, con un 3,6% de cuota).

Del 18% al 47% en un año

Y es que el pasado 2023 marcó la definitiva conquista del mercado ruso por parte de la industria de automoción china, que de ese 18% de mercado en 2022, que ya parecía alto, saltó a un 47% de participación. Y no hay que pensar en ventas de coches reducidas a la mínima expresión por culpa de la guerra con Ucrania, pues las matriculaciones en Rusia se recuperaron bastante el pasado año: 1.058.708 coches nuevos vendidos, lo que supone un 69% de incremento frente al caótico 2022; aunque las cifras quedan muy lejos todavía del último año prebélico, pues en 2021 se matricularon 1.666.780 unidades.

Si en 2022 las marcas chinas habían logrado colocar 123.572 coches a los consumidores rusos, en 2023 multiplicaron por cuatro esa cifra, hasta las 498.000 unidades. Uno de cada dos automóviles vendidos en Rusia eran chinos, cuando solo un año antes la proporción no era ni uno de cada cinco. La desaparición de rivales fue decisiva, por más que los constructores locales, encabezados por Lada, aprovecharan también para seguir recuperando actividad y clientes. De hecho, Lada volvía a liderar su mercado, al crecer un 88,9% y elevar su cuota comercial del 27,9% en 2022 al 30,6% en 2023.

Pero por detrás de la marca rusa se situaron el año pasado seis fabricantes chinos, cuyas ventas se dispararon: Chery, segunda, creció un 203% y supuso el 11,2% del total; y los incrementos del resto de marcas del gigante asiático fueron mayores incluso: Haval, tercera del ránking, subió un 227%; Geely, cuarta, creció un 250%; Changan, quinta, se marcó un 1.773% de aumento; Exeed, sexta, ascendió un 247%, y la recién llegada Omoda, séptima ya del mercado ruso en 2023, experimentó una verdadera explosión al subir un 3.288%. Mientras tanto, las coreanas Kia y Hyundai caían un 49% y un 54%, respectivamente, y Toyota, que completó el top 10, bajaba también un 18%.

Por modelos, además, las marcas chinas colocaban, por vez primera, uno de sus coches en el podio, dos modelos en el top 5 y seis en el top 10, selección esta última donde los otros cuatro bestsellers eran rusos. Ni rastro, por tanto, de modelos que no fuesen chinos o rusos entre los diez más vendidos, encabezados por el Lada Granta, una asequible berlina local que copó el 18,5% de las matriculaciones y que ya había sido el coche más vendido en Rusia en seis ocasiones, la última en 2022. Pero por detrás, en una segunda posición ya significativa, se situó el Haval Jolion, un SUV del gigante chino GWM (Great Wall Motors) que mide 4,47 metros de largo y equipa un motor 1.5 de gasolina.

Otros dos veteranos de Lada, el todoterreno Niva Travel y el pequeño sedán Vesta, ocuparon, por este orden, las plazas tercera y cuarta el año pasado, pero en la quinta posición del mercado ruso encontramos otro producto chino, y también con carrocería SUV de talla media: el Chery Tiggo 7 Pro Max, de 4,51 metros, con motor 1.6 de gasolina y disponible en versiones de tracción delantera o total. Por detrás, en la sexta plaza, un viejo conocido del público español, el Lada Niva Legend (es el Niva de toda la vida, pero levemente actualizado), mientras que los cuatro puestos restantes, hasta completar el top 10, se los repartieron otros tantos modelos chinos: Geely Coolray, Omoda C5 (similar al Omoda 5 que empezará a venderse en España dentro de unos días), Chery Tiggo 4 Pro y Geely Monjaro.

Además, los analistas estiman que es solo el comienzo, y que la industria china de automoción seguirá ganando terreno en Rusia ante lo que consideran "incomparecencia del contrario". La práctica desaparición de las marcas tradicionales a causa de la contienda y la clara inferioridad en términos de diseño, calidad y tecnología de los fabricantes locales parece dejar el camino libre para que las firmas chinas continúen su expansión, como parte de una invasión comercial que también tendrá sus réplicas en otros bienes de consumo, más allá del automóvil.

Y mientras tanto en Ucrania...

Si el año pasado las ventas de automóviles nuevos en Rusia crecieron un 69% en comparación con 2022, año del inicio de las hostilidades, en Ucrania la recuperación del mercado fue muy similar, pues las matriculaciones aumentaron un 60,8%, hasta las 60.862 unidades, siendo Toyota la marca preferida por los consumidores por tercer año consecutivo, pese a que la firma japonesa vio reducir su participación del 18,3% al 16,8%. Por detrás, de nuevo, se situó Renault, mientras que Volkswagen escaló hasta la tercera plaza del mercado, por delante de Skoda y BMW, que completaron las cinco primeras posiciones. Y más atrás, repartiéndose los puestos del sexto al décimo, Hyundai, Mercedes-Benz, Suzuki, Mazda y Nissan; sin presencia relevante por ahora de marcas chinas, aunque algunas se hayan implantado también en este país durante la guerra.