Pere Pons (Chevez): "Somos mucho más que el despacho de abogados de los ricos mexicanos"
Con motivo de su quinto aniversario en España, el socio director de Chevez Ruiz Zamarripa en Madrid expone las claves de su proyecto y se fija como objetivo los 50 abogados y los 15 millones de facturación antes de 2028
Chevez Ruiz Zamarripa, uno de los despachos de abogados más importantes de México, cumple su quinto aniversario en España. Al contrario que la gran mayoría de firmas de origen iberoamericano que han aterrizado en el país en los últimos años, el bufete optó por entrar a competir en el mercado local, practicando derecho nacional e incorporando abogados españoles. En entrevista con El Confidencial, el socio director de su oficina en Madrid, Pere Pons, asegura que el balance en esta primera etapa es "muy positivo". Y no solo por la gran cantidad de empresas y familias de origen mexicano a quienes están asesorando en sus inversiones y operaciones en España, sino también porque ya cuentan con importantes clientes nacionales que ya confían en sus servicios. "Podríamos haber pisado el acelerador un poco antes, pero preferimos ir pasito a pasito", asevera un Pons que, tras casi 12 años en Uría Menéndez —los siete últimos enrolado en su oficina de Nueva York—, en 2018 aceptó la propuesta de Chevez para liderar su aventura en España.
Su última incorporación, Paula Hernández, nueva socia de Inmobiliario de Chevez, completa una nómina de cuatro socios en la que también se encuentran, además del propio Pons, Guillermo Bueno, especialista en M&A, y Miguel Bastida, en Fiscal. El número de abogados en España ronda ya los 25. El socio director de Chevez en Madrid se muestra ambicioso. Antes de los próximos cinco años confía en alcanzar los 50 profesionales y los 15 millones de euros de facturación. A nivel global, el partnership del bufete lo componen 64 socios y su plantilla alcanza los 720 empleados. Una firma completamente institucionalizada, explica Pons, que si bien tiene entre sus clientes a algunas de las más importantes fortunas de México y Latinoamérica, también es capaz de prestar servicio a grandes empresas, fondos e inversores. En su haber, además de sus recién estrenadas oficinas en el número 35 del paseo de la Castellana, en la misma ubicación que la antigua sede de DLA Piper, "un gran expertise" en materias que no siempre dominan a fondo los bufetes españoles, como la compra de aviones privados o la generación de club deals capaces de levantar importantes montantes de capitales en apenas días.
PREGUNTA. ¿Qué balance hacen de sus cinco primeros años en España?
RESPUESTA. No quisiera pecar de falta de humildad, pero lo cierto es que el balance es muy, muy positivo. Hemos seguido un ritmo de crecimiento que nos ha llevado ya a tener 25 profesionales y cuatro socios. La última incorporación, la de Paula Hernández, es un hito relevante porque nos permite abrirnos camino en un mercado tan importante para nosotros como es el Inmobiliario, al igual que en su momento Guillermo Bueno en M&A o Miguel Bastida en Fiscal. Estamos muy cerca de donde queríamos estar cuando iniciamos este proyecto y puedo asegurar que mantenemos la ilusión del primer día. El despacho está bien posicionado y trabajamos para construir una institución con vocación de permanencia aquí en España.
P. ¿Qué habría hecho diferente o qué piensa que pueden mejorar?
R. Siempre hay cosas a mejorar y es imposible no acordarse del esfuerzo que un proyecto así supone a nivel personal y familiar para todos los que conformamos este colectivo. Pero seguimos con muchas granas de crecer e ir tapando esos agujeros que inevitablemente siempre se quedan sin cubrir. Por mencionar algo que hoy identifico como un error, diría que quizás hemos sido un poco lentos, demasiado prudentes. Por ejemplo, creo que deberíamos haber incorporado Inmobiliario mucho antes, pero como decidimos ir pasito a pasito, pisando sobre seguro... Podíamos haber despegado antes. En cualquier caso, como decía, estamos muy satisfechos de cómo nos están yendo las cosas.
"Los empresarios mexicanos son especialmente hábiles en mercados en dificultades, porque ellos han sabido surcar todas las crisis"
P. En este tiempo, el despacho ha mantenido un perfil relativamente bajo, discreto. Permítame volver cinco años atrás. ¿Por qué toma Chevez la decisión de instalarse en España?
R. Para entenderlo hay que remontarse a la anterior crisis financiera, que estalla en 2008, pero que en España tiene su entrada en 2010. Dos años más tarde, en 2012, se produce una primera entrada especulativa de grandes capitales mexicanos. Posteriormente, en los ejercicios 15 y 16, lo que sucede es una entrada corporativa muy fuerte y un aterrizaje patrimonial extremadamente fuerte. En esos momentos se produce una visualización de oportunidades muy importantes. Hay que entender que los empresarios mexicanos son especialmente hábiles en mercados en dificultades, porque ellos han sabido surcar todas las crisis. Son unos gestores impresionantes. Finalmente, en 2018, con la elección del nuevo gobierno mexicano, se produce una expectativa de salida y movilidad de familias y capitales que termina por impulsar una tendencia que ya venía produciéndose en los años anteriores.
P. En ese contexto, Chevez toma su decisión.
R. Yo había estado conectado con el mercado mexicano desde hacía ya mucho tiempo y, en concreto, con Chevez había tejido una relación muy, muy estrecha. Este es un despacho que ya había participado en muchas operaciones con destino España como asesor mexicano. Hay que señalar que una de las notas distintivas de Chevez es que es una firma que tiene una gran capacidad de exportación de trabajo y, además, es una firma dominante en el mundo de las grandes familias y grandes empresas mexicanas. En ese contexto, en efecto, Chevez ve la oportunidad de abrirse camino acompañando a estos grandes clientes.
P. Y contactan con usted, que por aquel entonces estaba en la oficina de Uría Menéndez en Nueva York.
R. Así es. Por aquel entonces yo estaba buscando la manera de volver desde Estados Unidos a España. Y como había tejido una buena amistad personal y profesional con la firma, tomamos la decisión de unir nuestros caminos para abrir en Madrid. ¿Por qué el modelo de ejercer derecho español? Lo cierto es que nunca barajamos otra opción que no fuera constituir un despacho multi práctica que ejerciera derecho local. No queríamos ser una oficina de representación, como otros bufetes que han aterrizado en el país, sino que queríamos poner la semilla de una organización que creciera orgánicamente. Parte de la cultura de esta firma es el espíritu emprendedor, la ambición sana. Y ese impulso es lo que nos ha llevado a abrir en otras plazas fuera de Ciudad de México, como Monterrey, en donde domos muy dominantes, Querétaro, Houston y Nueva York.
P. ¿Es Madrid el punto de partida de un proyecto más grande a nivel europeo?
R. Siempre tuvimos claro que el punto de entrada para Europa tenía que ser claramente España; era la conexión natural para una firma como la nuestra y de nuestro origen. Con esto no quiero decir que vayamos a ir más allá, porque ahora mismo estamos concentrados aquí.
P. Para quien no conozca aún el despacho, ¿cuáles son los elementos característicos de Chevez: hacia qué tipo de trabajo se enfocan, cómo se organizan, cuáles son los elementos culturales que les distinguen de otras firmas...?
R. Chevez ha sido tradicionalmente una potencia en el ámbito tributario y fiscal en México. Ese es su origen, pero después se abrieron a otras prácticas con fichajes laterales muy potentes que nos están dando entrada en otras materias como laboral, bancario, mercantil, financiero, administrativo, inmobiliario o regulatorio. Ahora mismo somos un bufete full service que, además, tiene como característica que generamos profundas relaciones de confianza y de proximidad con nuestros clientes. Esa es una de nuestras notas distintivas. Acompañamos a nuestro cliente allá donde nos necesite.
Otro elemento relevante es la relación que en el pasado hemos tenido con las firmas auditoras. Nuestros tres socios fundadores provienen de una escisión de Andersen y eso explica toda la estructura de control, calidad y procedimientos en torno a los cuales funcionamos, que, si bien a veces pueden hacerse pesados, lo cierto es que nos impulsan en la búsqueda de la excelencia, la calidad, el rigor, de contar con carreras profesionales bien pautadas y de sentido de la institucionalidad, de trascender a nuestros fundadores.
P. Es un despacho, por tanto, ya institucionalizado.
R. Chevez fue de las primeras firmas de México en trascender de sus fundadores, los socios que le dan su nombre. Ellos mantienen algún cargo en la organización, pero, obviamente, por edad ya no están en la primera línea. No obstante, nos han legado unos valores y una cultura. Somos uno de los primeros despachos en el país que adoptó el sistema lockstep y también hemos sido pioneros en cruzar el Charco. Unas decisiones que hay que combinar con una cultura que busca la excelencia y el rigor jurídico, y una manera de entender la abogacía como el ser una suerte de consigliere de sus clientes, figura que cobra especial importancia cuando estos son grandes familias. En México, en torno a un 30% de nuestra práctica es el asesoramiento patrimonial y de familias.
Ello explica que nuestra manera de trabajar sea en el largo plazo, cuidando mucho a nuestra gente y con el objetivo de trascender. Por ello, le decía anteriormente, nuestro proyecto en España busca crear una organización que perdure en el tiempo. No vinimos buscando la rentabilidad inmediata del proyecto, aunque afortunadamente los resultados están siendo muy buenos, sino crear una institución que vaya más allá de quienes hoy la estamos liderando y sea heredada por quienes nos sucedan. Este es nuestro proyecto y el equipo lo ha recibido muy bien.
"Chevez es una de las primeras firmas mexicanas en adoptar el sistema 'lockstep' y en tomar la decisión de cruzar el Atlántico"
P. Chevez es una excepción dentro de las firmas que han aterrizado en Madrid procedentes de Iberoamérica. Ustedes practican derecho local, mientras que las demás han optado por ser oficinas de representación, no compitiendo con los bufetes ya implantados en España. ¿Cree que, a corto o medio plazo, algún otro despacho iberoamericano optará por seguir su camino?
R. No lo tengo claro y no puedo hablar por otros. Aunque, desde mi perspectiva, puedo asegurar que merece la pena y ha sido un ejercicio muy positivo para nosotros y para nuestros clientes. Para la organización, además, está siendo un proyecto muy lucrativo. También creo que estamos capturando valor y aportando valor añadido a nuestros clientes, que requerían de nosotros tener presencia en este país a través de un equipo integrado. A día de hoy, hay pocas firmas en España que cubran ese nicho que conforman España, México y Latinoamérica con nuestro nivel técnico, de ataque, de inmediatez y conocimiento de los mercados.
Por ejemplo, si hablamos de uno de los grandes dominadores del mercado inmobiliario actual, tenemos que tener a las primeras espadas de ese mercado. El año pasado constituimos seis fondos y club deals de entre 50 y 350 millones de euros. Entonces, yo necesito gente que pueda atender esas necesidades con inmediatez. No me sirve, por decirlo de alguna manera, pasarle el asunto a otro despacho y después hacer el control de calidad. Y, tampoco lo voy a esconder, la presencia de las firmas españolas en México confirma aún más el modelo por el que hemos apostado en España.
P. Hoy son cuatro socios y 25 abogados. ¿Con qué objetivo de crecimiento trabajan?
R. Quizás esto suene un poco agresivo, pero nuestro objetivo es llegar a los 50 abogados y, a partir de ahí, estabilizar un poco el terreno de juego. Ya cuando alcancemos esa cota nos detendremos y analizaremos cuál debe ser el siguiente nivel. La meta de los 50 letrados tenemos la capacidad de alcanzarla de forma relativamente rápida; a más tardar, dentro de los próximos cinco años. Esa evolución es algo que pueden digerir bien los números de la firma y nos permitirá posicionarnos donde creo que debemos estar. Debo confesar que tenemos algo de debate interno, porque siempre hemos optado por un perfil muy bajo: no tener ningún tipo de exposición ni publicidad es parte de la idiosincrasia de la firma, ni en España ni en México. Ahora bien, quizás ha llegado el momento de que eso cambie, porque el mercado está evolucionando y nosotros también debemos adaptarnos a las tendencias más modernas de mercado. En cualquier caso, cuando alcancemos nuestros objetivos y tengamos ese equipo que proyectamos, serán nuestros datos económicos quienes nos sitúen en un punto muy interesante.
P. ¿Qué facturación estima que pueden rondar cuando alcancen esos 50 abogados?
R. De nuevo, siendo un poco agresivo, con cincuenta abogados nuestra facturación debería ser, como mínimo, de 12 o 15 millones.
"Somos muy potentes en inmobiliario, M&A y fiscal. De cara al próximo ejercicio, mi duda es si debemos incorporar regulatorio o financiero"
P. ¿Qué papel ha jugado, en su plan de crecimiento, el traslado a Castellana 35? Porque hay quienes creen que las sedes son un gran activo de los despachos y quienes, en cambio, son más escépticos al respecto.
R. Debo reconocer que yo era de los segundos, pero me estoy convirtiendo en creyente poco a poco. Para nuestro traslado desde Hermosilla, había una razón obvia: ya no cabíamos. La mudanza, por tanto, se justificaba por una cuestión puramente operativa, de espacio. Ahora bien, admitiendo las dudas iniciales, ahora admito que ha sido un acierto en términos de posicionamiento y de cuidar al talento, porque les estamos ofreciendo un espacio mucho más diáfano y más cómodo.
P. Supongo que cuando hacen entrevistas, la ubicación y el entorno de trabajo también son un factor en que se fijan los candidatos.
R. Es cierto. Hemos construido un espacio en el que la gente está muy a gusto y que, además, nos ubica en un entorno privilegiado, con muchos otros grandes despachos alrededor. Un importante número de profesionales ya nos conocen, pero, quienes no, cuando vienen aquí y les explicamos el proyecto, nuestros objetivos, datos económicos y facturación por socio nos dicen: "Oye, pero esto es un bicho [por grande], ¿no?". Ahora me doy cuenta que esta oficina nos ayuda a lanzar ese mensaje.
P. Al margen del tamaño, tanto en términos de plantilla como de facturación, ¿cómo quieren ser reconocidos en el mercado?, ¿en qué materias quieren posicionarse de forma prioritaria?
R. Por el momento, tenemos cuatro áreas en las que somos muy potentes y a partir de ahí vamos a construir. Como mencionaba anteriormente, nos hemos posicionado muy bien con Paula Hernández en inmobiliario. En mercantil, nuestro foco no son las operaciones de más de 500 millones, sino las de entre 25 y 500 millones. En ese sentido, estamos teniendo suerte porque es una franja del mercado que está sufriendo menos que las transacciones de mayor cuantía. Y, finalmente, en fiscal damos servicio tanto desde una perspectiva general, como desde un ámbito más patrimonial. Por nuestro perfil, siempre seremos más fuertes en aquellas operaciones que tengan un componente internacional y/o patrimonial. A estas cuatro áreas de práctica habría que sumar el derecho migratorio, que lo hacemos para un gran cliente privado. Con ello cerramos el círculo de servicio para una de nuestras grandes bases de clientes, tanto en Estados Unidos como Latinoamérica, que son tanto fondos como familias.
P. ¿Y cuál sería el siguiente paso de Chevez en España?
R. Estas cuatro áreas nos van a ayudar a crecer y sonar fuerte en el mercado. De cara al futuro, y anticipándonos a las tendencias de mercado, mi duda está en si apostar por el regulatorio o el financiero. Creo que las cuestiones financieras van a tener mucha importancia en 2024. Hay monedas latinoamericanas, como sucede ahora con la mexicana, que están muy fuertes. En cuanto se cierre el gap que existe entre la oferta del comprador de una moneda fuerte y la expectativa del vendedor español, pensamos que vamos a tener un túnel de operaciones muy importante. Esto ya está sucediendo en Real Estate, y por eso vemos una entrada tan fuerte de inversores mexicanos. De hecho, tenemos hasta cuatro mandatos de compra de hoteles y algo similar en varios sectores industriales para que, en cuanto exista una oferta razonable, daremos la luz verde a la operación. Nuestros clientes mexicanos tienen el pulmón necesario, solo necesitan que el vendedor español tome conciencia de la situación y ajuste un poco el precio.
P. Mencionaba el fichaje de Paula Hernández. ¿Qué responden los abogados en España a los que se aproximan?, ¿conocen el despacho?, ¿qué es lo primero que le preguntan sobre el proyecto?
R. Podríamos hacer una distinción. Por un lado están los abogados que se mueven en un entorno más internacional. Esos identifican claramente lo que es Chevez desde hace mucho tiempo, bien porque han sido contraparte, bien porque hayamos ido de la mano en alguna operación o, simplemente, porque conocen nuestra fuerza en el mercado. Aunque es cierto que hay otros, quizás de un perfil más joven o menos enfocados en el ámbito internacional, que aún no están familiarizados con nuestra organización. En una entrevista, por ejemplo, pregunté a un candidato: "¿Qué conoces de Chevez?". Y me dijo: "Es el despacho de los ricos mexicanos y latinoamericanos". Que, hasta cierto punto, puede tener razón, pero no solo somos eso. Con 800 profesionales solo en México, como comprenderá, hacemos muchas otras cosas.
"Somos conocidos, lo que sí puede pasar es tener que explicar que somos una firma de 43 años de historia, completamente institucionalizada"
P. ¿Ha evolucionado el conocimiento que el mercado tiene del despacho en estos cinco años?
R. Sí, sin duda. Poco a poco nuestro nombre ha ido adquiriendo una relevancia que nos facilita esos primeros contactos. Lo que sí puede suceder, en cualquier caso, es que tengas que explicar cómo es el funcionamiento de un despacho mexicano, pues pocos imaginan que estamos ante una firma de 43 años de historia, completamente institucionalizada.
P. ¿Qué es lo que convence a los profesionales de la propuesta de valor de Chevez?
R. Tres factores. En primer lugar, la fuerza que tiene esta organización; en segundo término, la ilusión que ahora mismo destila este proyecto, y, finalmente, la apertura. Es probable que, a día de hoy, este sea uno de los proyectos en el sector legal con mayor grado de apertura a la tropa. Todo aquel que quiera incorporarse con nosotros tiene la oportunidad real de desarrollarse o, si ya están en su madurez profesional, de ampliar su potencial. ¿Por qué? Porque somos una estructura joven, en construcción, y nuestra cultura es la de dar toda la confianza a quien se une a nosotros. Si quieres liderar proyectos o empujar una idea, aquí tenemos todo el campo abierto. México no nos está dando ni una sola instrucción de en qué dirección debe crecer este proyecto. Queremos profesionales con garra y valentía; a cambio, les vamos a dar flexibilidad y libertad para desarrollarse.
P. ¿Qué relación tiene la oficina de Madrid con la matriz mexicana?, ¿se organizan como una única firma?
R. Sí. De hecho, los cuatro socios que conformamos Chevez en España tenemos voz y voto en el partnership. Somos todos parte de la misma estructura.
P. Y al margen de quienes ya les conocen de México, ¿qué reacción han tenido de los clientes o potenciales clientes españoles cuando se sientan con ellos?
R. Ha habido dos etapas. En un principio teníamos mucho éxito con los clientes americanos y latinoamericanos, pero nos costaba un poco más penetrar en el mercado español. Eso, sin embargo, ha cambiado. De hecho, ya antes de la llegada de Paula [Hernández], el mayor cliente de esta oficina era español y captado posteriormente a nuestra apertura en Madrid; es decir, que no era heredado. La lectura que hago de esta circunstancia es que, con humildad, pero estamos haciendo las cosas bien y nuestro nombre ya circula. Quiero pensar que la gente aprecia que intentamos dar el 100% y que en nuestra cultura está muy arraigado el estar al lado de nuestros clientes y no ponernos de perfil cuando vienen mal dadas. Esa dinámica está generando un runrún de esos mágicos, un boca-oreja de "esta gente lo hace muy bien" y tiene un gran expertise en materias que aquí no están extendidas, como comprar aviones privados, generar club deals que levantan 125 millones en una semana... Eso es un campo de juego muy distinto al habitual en el mercado español y nos está generando referencias súper interesantes.
P. Como exabogado de Uría Menéndez y tras haber pasado una larga estancia en Nueva York, es un buen experto en la cultura y la forma de trabajar y organizarse de los despachos españoles y anglosajones. Para quien no conozca los bufetes y el sector legal mexicano, ¿cuáles diría que son sus notas predominantes?
R. La cultura legal mexicana, por proximidad, por mercado y por formación de sus profesionales, está súper americanizada. Los abogados, al haberse formado muchos de ellos en universidades estadounidenses, hablan un inglés impecable o casi impecable. A nivel de management, ese influjo se traslada en estructuras y organizaciones muy prácticas y muy basadas en lo numérico. Por ejemplo, nosotros no nos medios por facturación, sino por cobranza. O, dicho de otra manera, lo que no son cuentas, son cuentos. Ahora bien, de la proximidad cultural entre México y España, nacen otras características de los despachos mexicanos, como la facilidad para integrarse en sus equipos, la empatía y la humanidad. En ese sentido, de hecho, Chevez se organiza en torno al sistema de lockstep, que no es tan frío o competitivo como el eat what you kill habitual de las firmas estadounidenses. En ese tipo de despachos hay socios que ni siquiera se hablan entre ellos; nosotros somos un equipo.
P. México es uno de los países en los que tienen presencia las grandes firmas españolas, como Cuatrecasas o Garrigues. ¿Cómo diría que lo están haciendo en un mercado tan grande y complejo?
R. México es un mercado enorme y en el que hay mucho recorrido. Los bufetes españoles han demostrado una inteligencia, una tradición y un saber hacer empresarial superrelevante. En cualquier caso, siempre es difícil penetrar un nuevo mercado; yo mismo lo estoy experimentando en España. Quizás el mayor problema que pueden tener las firmas nacionales en países como México es que se trata de economías aún muy cerradas, en el sentido de muy familiares. Incluso las grandes cotizadas están en manos de familias y, ahí, el componente de la tradición y la cercanía pesa mucho. En cualquier caso, están incorporando muy buenos profesionales. Es cierto que no estamos encontrando los mismos espacios de competición, pero les auguro un gran futuro. Les irá bien porque son firmas muy modernas, con gran inteligencia empresarial y que cuentan con gente súper capaz.
P. Volviendo al proyecto de Chevez en España, ¿cómo les afecta la crisis de talento que dicen padecer otros despachos?
R. Por nuestro momento, creo que no podemos compararnos con otros despachos más asentados en el mercado. Es cierto, como comentaba anteriormente, que en un inicio nos había costado fichar, pero conforme aumenta el grado de conocimiento de nuestra marca, cada vez recibimos más llamadas y currículums de gente interesada por incorporarse a nuestro proyecto, profesionales incluso de alto nivel. Ahora mismo, en Chevez no sentimos que estemos sufriendo una crisis de talento.
P. ¿Cómo impacta en las finanzas del despacho la inflación?
R. Lo cierto es que estamos llevándolo razonablemente bien. Tenemos un buen contrato de alquiler y, en lo que respecta a los salarios, la firma tiene como política el retribuir muy bien el talento. En ese sentido, no nos importa la inflación, pues siempre superamos de largo su evolución en nuestras escalas retributivas y bonos anuales que tenemos a partir del cuarto año. Es cierto que si sumas retribuciones y alquileres la estructura de costes es más pesada que hace unos años, pero, afortunadamente, tenemos un crecimiento que nos permite afrontarlo con suficiencia. Tengo que admitir que nuestras tarifas son elevadas, pues nos focalizamos en nichos de alto valor añadido, lo cual siempre ayuda a transitar con relativa tranquilidad situaciones como las que vivimos en la actualidad.
"El despacho tiene como política el retribuir muy bien el talento, siempre superamos la inflación en nuestras escalas retributivas"
P. Antes de verano se auguraba una fuerte reactivación del mercado en el último trimestre. Sin embargo, no parece que esté siendo así. ¿Cómo perciben en Chevez la actividad transaccional?, ¿son optimistas o pesimistas con lo que está por venir?
R. En el mercado se nota cierta lentitud de operaciones, es cierto. En nuestro caso lo estamos notando un poco menos, no sé si por nuestro enfoque de nicho o por la potencia de los clientes. Mi opinión es que en 2024 la actividad acelerará con nuevas tendencias, como operaciones de tipo distressed o transacciones complejas; en ese entorno se van a abrir ventanas de oportunidad. Lo que será importante va a ser jugar bien las cartas, entender bien los mensajes y saber jugar con los precios.
P. ¿Qué peso va a tener en España la inversión mexicana o de origen latinoamericano?
R. Normalmente se habla de trasvase de riqueza mexicana o latinoamericana hacia España, pero, en mi opinión, sería más acertado hablar de interconexión. La realidad es que se están entrelazando las economías en un plano casi de igualdad. México se ha estabilizado como el quinto o sexto inversor en España, después de haberse convertido en el segundo en 2018, solo por detrás de Estados Unidos. Ahora, lo lógico es que se estabilice como cuarto, quinto o sexto. Hay unas oportunidades brutales en las dos direcciones, pero hay que saber navegar una situación de incertidumbre y un ambiente regulatorio que puede plantear sus complejidades. En cualquier caso, ese flujo bidireccional, que ha venido para quedarse, es una enorme oportunidad para despachos como Chevez.
P. ¿Cómo puede influir en ese flujo bidireccional de inversiones y proyectos la situación política de ambos países?
R. Para mí es importante reflejar dos mensajes muy claros. El primero es que el dinero es móvil y algunos dicen incluso que cobarde. Por tanto, todo lo que sean marcos de estabilidad, seguridad jurídica, continuidad y pocas sorpresas siempre van a ser positivos. Y para el segundo utilizaré la frase que dijo un empresario mexicano: "Los gobiernos van y vienen, pero los empresarios permanecen". Es cierto que los cambios en la administración y determinados mensajes políticos asustan y dañan la reputación internacional de un país, pero también es cierto que las compañías, las que están en el día a día, tienen que descontar esa situación y seguir trabajando. El periodo de vida de las empresas es mucho más largo que el de los gobiernos. Sería todo más fácil, rápido y dinámico si desde la política se ahorraran determinados mensajes, pero creo que el empresario de toda la vida sabe lo que tiene que hacer. Y esto lo digo tanto por la parte mexicana como por la parte española.
P. En los últimos meses estamos hablando mucho de tecnología y de inteligencia artificial. ¿Qué papel piensan en Chevez que pueden jugar estos avances?
R. Estamos convencidos de que se trata de una tendencia que hay que abrazar inmediatamente y que debemos ser de los primeros. De hecho, tenemos un comité que está estudiando las medidas a tomar. Pensamos que la inteligencia artificial es un instrumento que nos ayudará a potenciar nuestro trabajo. No escondo, en todo caso, que ello plantea también un debate sobre el modelo de despacho, el tamaño y el volumen de contratación anual, así como en otros ángulos de gestión de la firma que pueden verse impactados. No obstante, a grandes rasgos creemos que es algo que nos va ayudar, sobre todo, porque tenemos confianza plena en el tipo de trabajo que hacemos, que es de alto valor añadido. Porque, aunque seamos grandes, nuestro apalancamiento es pequeño. Con las máquinas seremos más fuertes, en ningún caso van sustituir el tipo de asunto y asesoramiento que nosotros realizamos.
P. Dice que la inteligencia artificial les plantea algunos debates. ¿Cuál es el gran reto que identifican derivado de esta tecnología?
R. Creo que el gran problema lo van a tener los despachos o los equipos que hagan trabajo de menor valor añadido. Ellos se verán muy, muy afectados. Por otro lado, a las estructuras más voluminosas les van a surgir nuevos competidores, pues equipos más pequeños van a poder hacer cosas más grandes. Afortunadamente, ninguno de los dos es nuestro modelo, pues trabajamos con equipos poco apalancados. Nuestra ratio es de cuatro asociados por cada socio.
"La IA va a permitir que, en M&A, operaciones para las que necesitabas un equipo de 20 personas, ahora las puedas hacer con cinco"
P. ¿En alguna firma se plantean si tendrán que introducir cambios en la formación de los abogados más jóvenes?
R. Es cierto que a nivel de escritura, redacción o visualización de documentos quizás pueda verse afectada. Pero, a cambio, vas a poder utilizar toda su inteligencia o potencial para tareas de valor añadido. Entonces, cabría preguntarse: ¿van a aprender menos si puedes dedicarlos desde mucho antes a cuestiones más sofisticadas? Creo que, más allá de reenfocar algunos aspectos de la formación, no va a producirse un problema real.
P. ¿A qué se refiere con que equipos o bufetes más pequeños van a poder competir por asesorar en asuntos grandes?
R. En el M&A, por ejemplo, hay que gastar mucho tiempo en redactar actas o revisar documentos, un trabajo al que los bufetes más pequeños no pueden aspirar por falta de recursos o equipo, porque tendrían que trabajar a pérdida. Entonces, si para lo que antes necesitabas un equipo de 20 profesionales ahora lo vas a poder hacer solo con cinco, se va a ampliar mucho el abanico de firmas a las que puede encargarse una operación. Por otro lado, lado, si tienes una estructura muy pesada, también se va a ver resentida la rentabilidad de las transacciones. Si yo fuera un despacho enorme, estaría asustado, pero afortunadamente en Chevez estamos relativamente poco apalancados. No es descartable que se produzcan concentraciones de firmas o que algunas se reestructuren para seguir siendo competitivas. Como peligro, diría que también se corre el riesgo de commoditización y que se pierda calidad, pero, en cualquier caso, será una buena noticia para los clientes para que van a tener más donde elegir.
Chevez Ruiz Zamarripa, uno de los despachos de abogados más importantes de México, cumple su quinto aniversario en España. Al contrario que la gran mayoría de firmas de origen iberoamericano que han aterrizado en el país en los últimos años, el bufete optó por entrar a competir en el mercado local, practicando derecho nacional e incorporando abogados españoles. En entrevista con El Confidencial, el socio director de su oficina en Madrid, Pere Pons, asegura que el balance en esta primera etapa es "muy positivo". Y no solo por la gran cantidad de empresas y familias de origen mexicano a quienes están asesorando en sus inversiones y operaciones en España, sino también porque ya cuentan con importantes clientes nacionales que ya confían en sus servicios. "Podríamos haber pisado el acelerador un poco antes, pero preferimos ir pasito a pasito", asevera un Pons que, tras casi 12 años en Uría Menéndez —los siete últimos enrolado en su oficina de Nueva York—, en 2018 aceptó la propuesta de Chevez para liderar su aventura en España.
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