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Así se resucita un gigante: la hoja de ruta de Andersen para reconquistar Europa
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El crecimiento plantea retos y riesgos

Así se resucita un gigante: la hoja de ruta de Andersen para reconquistar Europa

Andrea de Vecchi, socio codirector europeo de la firma heredera de Arthur Andersen, desvela sus planes: "Queremos ofrecer los servicios de una Big Four, pero con la calidad de una 'boutique'"

Foto: La sede de Andersen en Madrid. (Cedida)
La sede de Andersen en Madrid. (Cedida)
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Andersen es uno de los despachos del sector legal español que ha demostrado mayor ambición de crecimiento en los últimos años. Desde 2018, de hecho, la firma surgida de la integración de Ollero Abogados en la marca heredera de Arthur Andersen ha multiplicado por tres su tamaño, hasta asaltar el puesto 19 del último top 25 de El Confidencial, el ranking de facturación de los mayores bufetes en nuestro país. Sus casi 32,5 millones de euros en ingresos en 2021 —un 22,4% más que un año antes—, sin embargo, no parecen haber saciado la ambición que muestran sus socios codirectores en España, José Vicente Morote e Íñigo Rodríguez-Sastre, que trabajan con el objetivo de situarse en el top 10 del mercado jurídico nacional. Una meta que esperan alcanzar "en dos o tres años", como aseguraron en una reciente entrevista en este diario.

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La progresión de Andersen en España, no obstante, no solo responde al empuje de la dirección que comandan Morote y Rodríguez-Sastre. La estrategia europea y global de la organización pasa por que, a medio plazo, Andersen se convierta en una de las cinco principales firmas de servicios profesionales del mundo. Eso sí, con sello propio. Según explica su socio codirector en Europa, Andrea de Vecchi, en su hoja de ruta se encuentra el ser capaces de ofrecer a sus clientes la más amplia gama de servicios, como lo hacen las Big Four, pero con la especialización y calidad de una boutique legal y fiscal. Ello, sin descartar la incorporación de otras prestaciones que pueden dar un salto cualitativo en su acercamiento a los clientes.

El tiempo dirá si los planes de Andersen en el Viejo Continente, desarrollados de la mano de la dirección global, situada en Estados Unidos, son excesivamente ambiciosos, pero la evolución del despacho en los últimos siete años obliga, al menos, a no perderles la pista. Tras el resurgir de la marca al otro lado del Atlántico, la firma abrió sus dos primeras oficinas en territorio europeo en 2013. Una década después, cuenta con presencia en 40 países y su organización está integrada por 450 socios, 2.400 profesionales y tiene operativas 24 líneas de servicio. Una vigorosa evolución —no exenta de riesgos— de la que pueden presumir pocas estructuras. No obstante, Andersen quiere más.

Foto: José Vicente Morote (izquierda) e Íñigo Rodríguez-Sastre (derecha), socios codirectores de Andersen en España. (Isabel Blanco)
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"Geográficamente, nos hemos asentado en todas las jurisdicciones. Lo que nos falta es crecer en algunas de ellas, como Alemania, en donde debemos ser mucho más fuertes, y en Inglaterra, en donde estamos satisfechos con Tax, pero en donde queremos desarrollar la rama de Legal. Asimismo, en Francia estamos en proceso de consolidar nuestro acuerdo de colaboración con Squair, una alianza muy interesante que esperemos que dé los mejores resultados", explica De Vecchi, en conversación con El Confidencial, durante su estancia en Madrid con motivo de la reunión del equipo europeo de Corporate/M&A de la firma, encuentro que congregó en la oficina de Madrid a un centenar de profesionales de Andersen, de hasta 20 nacionalidades.

placeholder Andrea de Vecchi (izquierda) y José Vicente Morote (derecha).
Andrea de Vecchi (izquierda) y José Vicente Morote (derecha).

La presencia de españoles en este grupo —su coordinador es Ignacio Aparicio y la subcoordinación recae sobre Javier Bustillo, en colaboración con Paolo Trevisanato—, así como la propia celebración del evento en la capital, muestran el peso creciente de nuestro país en la estructura europea de Andersen. "España está teniendo un desarrollo espectacular; es un ejemplo de best practice, como Italia, Polonia, Portugal, Grecia o Suiza", indica De Vecchi, quien, no obstante, no solo destaca los resultados logrados por el despacho que encabezan Morote y Rodríguez-Sastre, también la forma de conseguirlos. "Nuestros abogados españoles han demostrado una capacidad de trabajar en equipo superior a la de otras jurisdicciones. Crear esos lazos y ese buen ambiente, en un contexto de fuerte crecimiento como el de los últimos años, con muchos profesionales nuevos, no es fácil", resalta el socio codirector europeo del despacho.

Homogeneizar servicios

Los retos a los que se enfrenta Andersen en Europa tienen precisamente que ver con la gestión del crecimiento. "Hay que combinar las ganas de expandirnos con la homogeneización de nuestros servicios en todos los países en los que estamos presentes", manifiesta De Vecchi; "no es posible que Italia ofrezca un producto que, sin embargo, no podemos brindar en Eslovenia, por poner un ejemplo". En este empeño, asevera, son fundamentales los grupos de trabajo, en primer término, europeos, y, más allá, globales. Esta comunicación, asimismo, debe permitir el desarrollo de productos o servicios a nivel europeo.

Pero la homogeneización de servicios no solo tiene que ver con hacer reconocible el sello Andersen en cualquier jurisdicción. También con el crecimiento del negocio. El target con el que trabaja la firma es el de empresas del mid market, con vocación de internacionalización. "Nos interesa mucho ese mercado", indica De Vecchi, porque son corporaciones que permiten el máximo aprovechamiento del cross-selling (la venta de servicios de otras áreas) y la contratación transfronteriza con otras oficinas de Andersen. "Gran parte de nuestro volumen de negocio actual tiene su origen en esos servicios adicionales y en la internacionalización de clientes que encuentran en nuestra red la tranquilidad de que obtendrán el mismo servicio en su país que en cualquier otro". En las próximas semanas, el bufete celebrará en Atenas un encuentro con todos los directores de las distintas líneas de negocio, precisamente, para seguir avanzando en la coordinación entre equipos y oficinas.

Foto: José Vicente Morote, Juan Ignacio Alonso Dregi e Íñigo Rodríguez-Sastre.

Estructurado en torno al modelo de swiss verein, José Vicente Morote subraya que el modelo de bufete al que aspira Andersen está lejos de ser el de las grandes firmas norteamericanas o inglesas. "Queremos ser un despacho full service de cliente, no de transacción", explica; "no queremos que Laboral o Privacidad sean áreas de apoyo a la gran operación, sino que sean equipos grandes, capaces de generar y desarrollar sus propios asuntos". Eso sí, enfatiza, con un nivel de especialización y sofisticación, y con la cercanía al cliente que prestan las boutiques. El despacho con el que se sienten más cercanos, aún subrayando sus diferencias, sería DLA Piper, antes incluso que Baker McKenzie, exponen ambos. "Queremos parecernos a lo que fue Arthur Andersen en su momento. Una firma de máxima calidad, que esté en el día a día de sus clientes, ya sean empresas o personas físicas, no solo en sus deals", resaltan.

"A diferencia de otros despachos americanos o ingleses, en los que su sede central impone su criterio, en Andersen existe mucho diálogo"

La colaboración con la dirección global, radicada en Estados Unidos, en donde Andersen solo tiene el servicio de Fiscal —"Pero pronto tendrá también Legal", explica De Vecchi—, es fluida y horizontal. "A diferencia de otros despachos norteamericanos o ingleses, en los que su sede central impone su criterio, en Andersen existe mucho diálogo. Evidentemente, la organización allí es mucho más grande y eso se nota, pero la relación es cercana y colaborativa", describe.

En relación con el papel que juega la marca, De Vecchi asegura que es un facilitador con profesionales y clientes. "Andersen mantiene toda su fuerza; lo cierto es que nos abre muchas puertas", subraya. El mercado percibe su sello como una garantía de calidad en el trabajo y de una cultura en donde la ética juega un papel fundamental. Unos valores que complementan con el cuidado de sus profesionales. Por ello, incluso con su ambiciosa estrategia de expansión, concluye, la organización selecciona con mucho "cariño" a quién integra en su estructura. "Buscamos despachos que tengan una mentalidad parecida a la nuestra: seriedad, compromiso, calidad y vocación internacional, algo que no siempre es fácil de encontrar. Una vez lo encontramos, trabajamos juntos durante dos o tres años y, es entonces, cuando decidimos dar el paso", resume.

Andersen es uno de los despachos del sector legal español que ha demostrado mayor ambición de crecimiento en los últimos años. Desde 2018, de hecho, la firma surgida de la integración de Ollero Abogados en la marca heredera de Arthur Andersen ha multiplicado por tres su tamaño, hasta asaltar el puesto 19 del último top 25 de El Confidencial, el ranking de facturación de los mayores bufetes en nuestro país. Sus casi 32,5 millones de euros en ingresos en 2021 —un 22,4% más que un año antes—, sin embargo, no parecen haber saciado la ambición que muestran sus socios codirectores en España, José Vicente Morote e Íñigo Rodríguez-Sastre, que trabajan con el objetivo de situarse en el top 10 del mercado jurídico nacional. Una meta que esperan alcanzar "en dos o tres años", como aseguraron en una reciente entrevista en este diario.

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