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Una Galicia a dos velocidades, costa e interior, también para votar
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ELECCIONES EN GALICIA

Una Galicia a dos velocidades, costa e interior, también para votar

El rural gallego cobra especial peso en campaña porque sus escaños cuestan menos votos y son decisivos para dar o quitar mayorías. La Galicia interior centra los esfuerzos del PP por retener la Xunta contra el vuelco al BNG en la Galicia atlántica

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, realiza una visita a una explotación agraria en Lalín. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, realiza una visita a una explotación agraria en Lalín. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)
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Hay una Galicia a dos velocidades partida en dos mitades: costa e interior. Hay una frontera invisible entre las dos provincias litorales, A Coruña y Pontevedra, y las de montaña, Ourense y Lugo. La mitad atlántica es la más poblada, joven e industrial. También la más turística y la mejor conectada por tierra, mar y aire (con tres aeropuertos). La Galicia interior, más dispersa y rural, con menor renta, servicios y peores conexiones internas, cobra una especial importancia durante las campañas autonómicas, pero se disipa durante el resto de la legislatura, y el 18-F no es una excepción.

¿Por qué? Porque tiene más peso electoral en el reparto de escaños. Aunque son menos electores (693.534 frente a los 2.000.090 de la costa), eligen al 37% del Parlamento gallego (75 escaños) y la partida se juega, muy a menudo, entre los 28 diputados que reparten Ourense (14) y Lugo (14). Alberto Núñez Feijóo sabe bien —y lo aprendió de Manuel Fraga— que no se llega a la presidencia de la Xunta sin patear el rural, los pueblos y villas medianas del interior. Y por eso se ha arremangado “como un militante más” para recorrer con especial intensidad el eje interior haciendo campaña por la Galicia que funciona para su sucesor, Alfonso Rueda, con un escenario más ajustado en las encuestas de lo que se preveía en uno de los bastiones de los populares.

El desembarco de Feijóo en la campaña gallega el pasado viernes 2 tuvo un itinerario peculiar con mucho foco en Lugo que sorprendió en Madrid, pero un escaño en la provincia puede ser la diferencia entre la mayoría absoluta (38) o la oposición a un Gobierno con la nacionalista Ana Pontón como presidenta y el PSOE como escudero.

El presidente del PP empezó su camino en Pedrafita do Cebreiro, el primer puerto gallego del Camino francés a Santiago. Siguió su paseo por Monforte y Mondoñedo y este último fin de semana repitió con mucho foco en la provincia de Lugo con actos en otras tres localidades con mensaje: Sarria —de donde es natural Ana Pontón—, Viveiro, donde gobierna el PSOE, y Outeiro de Rei (con poco más de 5.000 vecinos).

¿Por qué Lugo? Para movilizar todo el voto posible —fue la provincia con mayor apoyo porcentual de España al PP en las generales del 23-J, con el 50,35%— y para contrarrestar el posible efecto Besteiro. El candidato del PSdeG fue concejal en Lugo y presidió la Diputación provincial, y su grado de conocimiento es mucho mayor allí que en otras provincias. También porque confían en que Ourense siga siendo el gran granero de votos del PP en toda España (49,92% el 23-J) con la incógnita de lo que pueda rascar Democracia Ourensana, del siempre imprevisible Gonzalo Jácome, que aunque no se presenta, hace suya la campaña en X.

Foto: Alfonso Rueda, en Lugo este sábado. (EFE/Lavandeira jr.)

“Un solo diputado en una provincia pequeña que reparte pocos diputados puede ser decisivo matemáticamente, pero lo determinante para un vuelco es que haya corriente de cambio y que ese voto se concentre en Pontevedra y A Coruña”, señala un veteranísimo politólogo que tomó parte en infinidad de campañas, amasó coaliciones y medió entre partidos. "Si el BNG lograse concentrar ahí el voto y se coloca segundo más cerca del PP de lo que se preveía, en consecuencia, la Ley D'Hondt podría no favorecer al primero", valora. Todo pasa, pues, por la participación y la concentración de papeletas en la franja atlántica con el peso determinante del voto interior y el reparto fragmentado entre Sumar, Podemos y Democracia Ourensana que podrían dar o quitar la mayoría al PP, que se la juega, sobre todo, en cómo respondan sus votantes en Ourense y Lugo.

Escaño de costa o de interior

Los datos: Galicia es la quinta comunidad en población, la segunda más envejecida y la undécima en renta per cápita. Tres de cada cuatro gallegos (2,6 millones) viven en la costa, donde también se concentra la industria (astilleros, puertos, eólicos…).

Foto: El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, disfrazado de astronauta. (EFE/Democracia Ourensana)

La Galicia de costa y su mitad interior también llevan velocidades diferentes en cuestiones estructurales como la distribución de la población — 209 habitantes por km cuadrado en Pontevedra, frente a los 32,9 de Lugo o los 41,8 de Ourense— o el saldo vegetativo: Lugo fue la única de las cuatro provincias que perdió habitantes en 2023, de acuerdo al INE. Otro ejemplo, de Madrid a Ourense (500 km) son dos horas de AVE, pero de Ourense a Lugo son otras dos horas para recorrer 90 km. Tampoco están terminadas las autovías de Santiago a Lugo (A-54) o de Lugo a Ourense (A-56).

Vamos con los votos. ¿Cuánto cuesta un escaño por Lugo? Pues más o menos la mitad de votos que por A Coruña. En las elecciones gallegas del 12 de julio de 2020 —en plena pandemia y con la abstención en el 51%—, para lograr un escaño por Lugo bastaron 9.918 sufragios, frente a los 18.806 votos en A Coruña o los 17.471 de Pontevedra, casi el doble. Por Ourense, un escaño supuso 10.377 papeletas.

Otra particularidad de la Galicia interior es que también es la mitad que más emigra. Un tercio del voto se decide fuera: el 30% en Ourense y el 20% en Lugo, frente al 15% de A Coruña y Pontevedra, con un total de 476.514 residentes en el exterior, un 17,69% del censo total. Nunca había sido tan elevado. En 2009, el voto exterior restó un escaño a la primera mayoría de Feijóo (38) que fue al PSdeG. Uno menos, y hubiera perdido la Xunta. El candidato popular, Alfonso Rueda, tomó nota. La primera semana de campaña se reunió en Vigo con un grupo de emigrantes retornados mientras Ana Pontón envió a su eurodiputada, Ana Miranda, a trabajarse al colectivo gallego de Suiza.

Hay una Galicia a dos velocidades partida en dos mitades: costa e interior. Hay una frontera invisible entre las dos provincias litorales, A Coruña y Pontevedra, y las de montaña, Ourense y Lugo. La mitad atlántica es la más poblada, joven e industrial. También la más turística y la mejor conectada por tierra, mar y aire (con tres aeropuertos). La Galicia interior, más dispersa y rural, con menor renta, servicios y peores conexiones internas, cobra una especial importancia durante las campañas autonómicas, pero se disipa durante el resto de la legislatura, y el 18-F no es una excepción.

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