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El peso en oro de la diáspora gallega: 500.000 votos que pueden romper la balanza
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Arranca la campaña del 18-F

El peso en oro de la diáspora gallega: 500.000 votos que pueden romper la balanza

Representa el 18% del censo. El PP vence históricamente entre los emigrantes, pero el PSOE ganó en 2009, las últimas autonómicas sin voto rogado. El BNG desconfía de la eliminación de filtros burocráticos

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente del PP de Galicia, Alfonso Rueda. (EFE/Brais Lorenzo)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente del PP de Galicia, Alfonso Rueda. (EFE/Brais Lorenzo)
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Hablar de Galicia en términos electorales obliga a mirar más allá de sus fronteras. De los 2,7 millones de electores llamados a las urnas el próximo 18 de febrero, casi medio millón —476.514 personas, según los datos actualizados del INE— reside en el extranjero de forma permanente o temporal. Supone nada menos que casi el 18% del censo electoral. Se trata de un pastel demasiado jugoso como para que los partidos quieran dejar su destino al azar. No hay ninguna comunidad autónoma que iguale el récord de emigrantes gallegos.

La campaña electoral arranca esta medianoche con la primera polémica relacionada con el voto exterior. La Junta Electoral ordenó ayer al PP que retire de sus redes sociales una publicación en la que animaba a los gallegos emigrantes a votar. Su movilización será "crucial" para el resultado del 18 de febrero, era el mensaje. Hace cuatro años, el voto CERA decantó el último escaño en favor del PP. Feijóo sumó 42 escaños, su resultado récord.

El candidato popular, Alfonso Rueda, lleva meses sembrando el terreno con media docena de visitas al exterior (Argentina, Uruguay, Venezuela, México, Panamá y Suiza) en los veinte meses que lleva al frente de la Xunta. Aunque la izquierda también juega y aspira a romper desde fuera la balanza en una campaña que arranca con una ventaja del Partido Popular más ajustada de la prevista.

La estadística beneficia la opción conservadora. El PP se ha impuesto históricamente en el voto emigrante en Galicia. Lo hizo también en las elecciones generales del 23-J, en las que se eliminó las trabas burocráticas del voto rogado. Feijóo ganó en las cuatro provincias gallegas y logró algo más de 13.000 votos de residentes en el extranjero, casi el doble que el PSOE. Pero la izquierda puede aferrarse a un precedente. En 2009, el PSdeG se impuso al PP en el voto CERA con más de 40.000 sufragios. No alteró la mayoría absoluta de los azules en el primer año en que Feijóo aterrizó en la Xunta, pero sí abre una ventana a la esperanza socialista.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al candidato del PP a la Xunta, Alfonso Rueda. (Europa Press/Rosa Veiga)

La diáspora gallega podrá ejercer su derecho al voto sin la maraña de la burocracia tras 15 años de voto rogado. Ello facilita el incremento de una participación históricamente bajo mínimos. En 2020, el voto CERA se situó en el 1,2% —unas 5.400 papeletas—, aunque en 2009 participaron más de 70.000 residentes en el extranjero. Todo apunta a que ahora la participación subirá, como lo hizo el 23-J —pasó del 6,8% en 2019 al 10% en 2023—, pero el alcance es aún una incógnita.

El PP anunciará durante la campaña nuevos incentivos para los emigrantes que regresen a Galicia, que sufre un problema galopante de natalidad. Y sacará pecho de la cifra de retornados en 2022, que se elevó a 8.000 personas. A través de una secretaría general de emigración, que depende directamente de Presidencia, los populares han mantenido su publicidad en el exterior con un contacto directo con las comunidades gallegas repartidas por el mundo, con especial atención a Argentina, donde hay 167.000 inscritos para el 18-F. Le siguen, de lejos, Cuba (45.672), Brasil (45.391), Uruguay (37.165) y Suiza (34.114). Destaca la puesta en marcha de programas de becas para jóvenes universitarios o la reciente inversión de 1,3 millones de euros para el desarrollo y funcionamiento de las entidades gallegas en el extranjero.

Desde el BNG, por su parte, arrojan dudas sobre la supresión del voto rogado como único método "que ofrecía ciertas garantías democráticas" para evitar irregularidades en el proceso electoral. En el equipo de Ana Pontón recuerdan que fueron precisamente los escándalos por fraude en las elecciones gallegas lo que empujó hace trece años a instaurar el voto rogado, por lo que se muestran críticos a su supresión.

Foto: Pedro Sánchez, en el acto de Lugo. (EFE/Eliseo Trigo)

La candidata del Bloque ha visitado en los últimos años varios países de Sudamérica, pero las fuentes consultadas apuntan a que la del voto exterior es una batalla perdida en favor del PP, con un potente patrocinio gracias al control de la Xunta. Sí admiten que, con el fin de las trabas burocráticas, el impacto del voto exterior puede ser clave. "Esta vez sí tiene una gran capacidad de condicionar el resultado".

Fuentes del PSdeG apuntan que su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, trabaja también en un plan sobre la voluminosa diáspora gallega, y no se descarta la visita de algún representante de los socialistas gallegos a Argentina.

A Coruña y Pontevedra son las dos provincias con más emigrantes llamados a votar el 18-F

A Coruña y Pontevedra, las dos provincias más pobladas de Galicia, cuentan también con el mayor número de residentes en el extranjero llamados a las urnas, con 164.842 y 138.182 inscritos, respectivamente. Las sigue Ourense, con 103.832 posibles votantes, mientras que Lugo se sitúa en la última posición, con 69.658, según los datos del INE. Este reparto, como explica el politólogo Pablo Simón, provoca que las dos grandes capitales sean las que pueden tener más peso en el voto exterior y puedan llegar a mover escaños. No obstante, el sistema electoral gallego beneficia a las provincias interiores (Lugo y Ourense) que, con menor población, eligen a 28 de los 75 diputados, el 37% del Parlamento.

Si tomamos como referencia el comportamiento del voto gallego en el exterior durante las últimas elecciones generales, Pontevedra se situó también a la cabeza en participación, seguida por A Coruña, Ourense y Lugo, lo que demuestra la preeminencia del voto emigrante en las provincias más pobladas. Pontevedra fue también sinónimo de alegría para Alberto Núñez Feijóo en las autonómicas gallegas de 2020, ya que fue la circunscripción en la que logró el último escaño en liza tras el recuento del voto exterior. El margen es apretado y cualquier voto que llegue, desde dentro o fuera de la geografía gallega, será decisivo.

Hablar de Galicia en términos electorales obliga a mirar más allá de sus fronteras. De los 2,7 millones de electores llamados a las urnas el próximo 18 de febrero, casi medio millón —476.514 personas, según los datos actualizados del INE— reside en el extranjero de forma permanente o temporal. Supone nada menos que casi el 18% del censo electoral. Se trata de un pastel demasiado jugoso como para que los partidos quieran dejar su destino al azar. No hay ninguna comunidad autónoma que iguale el récord de emigrantes gallegos.

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