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El fin del voto rogado no es el remedio que todo lo cura: "Antes era tal el jaleo de papeles que ahora ni lo he intentado"
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"Voto rogado, voto robado"

El fin del voto rogado no es el remedio que todo lo cura: "Antes era tal el jaleo de papeles que ahora ni lo he intentado"

El 28-M serán las primeras elecciones en que los españoles residentes en el extranjero puedan votar sin aplicarse la ley del voto rogado

Foto: Oficina de Correos de Logroño. (EFE/Raquel Manzanares)
Oficina de Correos de Logroño. (EFE/Raquel Manzanares)

Tras más de 10 años, el Congreso de los Diputados y después el Senado pusieron fin al voto rogado. Una polémica ley que complicaba a los españoles residentes en el extranjero (CERA) ejercer su derecho a voto. Estas serán las primeras elecciones a nivel nacional en las que, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), 2.742.605 españoles podrán votar sin aplicarse esta ley.

Los españoles residentes en el exterior recibirán la documentación electoral sin tener que solicitarla y tendrán tiempo suficiente para ejercer su derecho al voto. Ayer acabó el plazo en los consulados para entregar la papeleta. Algunos emigrantes consiguieron entregar el voto, otros se perdieron en el proceso y muchos, recordando el infernal proceso que suponía el voto rogado, han decidido no participar por miedo a tener que enfrentarse de nuevo a los cientos de papeles que había que presentar en los consulados.

Uno de estos casos es el de Clara Herrero, natural de Monleras —provincia de Salamanca—, quien en conversaciones con El Confidencial asegura que no ha votado desde Australia. "Estoy muy desconectada del tema político", afirma. Pero con la derogación del voto rogado se animó a preguntar en el consulado la disponibilidad de participar en el sufragio, ya que en otras elecciones el proceso burocrático le había impedido entregar la papeleta. Tras acercarse a las oficinas, Clara cuenta que "al final tampoco pude en estas", y sobre otros españoles que residen en el país, afirma que "no he encontrado a nadie que haya votado".

Para Yolanda Rodríguez, residente en Estados Unidos, acercarse a la embajada ni siquiera fue una opción. Rodríguez recuerda una de las veces que se decidió a votar desde Londres, donde trabajó como profesora: "Antes era tal el jaleo de papeles, que ahora ni he intentado votar". Lo mismo sucede con otros españoles del círculo de la profesora.

"Antes era tal el jaleo de papeles, que ahora ni me he planteado intentar votar"

En el caso de Álvaro Delgado, fue más por cuestiones personales. "Recibí un sobre para votar por correo hace un par de semanas, no lo solicité, pero supongo que al estar censado en el consulado de Nueva York me lo mandan automáticamente. No voy a votar, pero en principio parecía fácil, incluía un sobre prepagado en el que meter tu voto", cuenta el emigrante. Asier Crispín, natural de Bilbao y residente en Alemania, tampoco se decidió a participar. La despreocupación política desde fuera de casa y los pasos extra para votar en el extranjero le hicieron tomar la decisión de no entregar la papeleta.

Por desinterés político, por miedo a la burocracia o por desconocimiento, un alto porcentaje de españoles no votará el 28-M desde el extranjero. En el caso de Galicia, por ejemplo, con un 17% de sufragios en el exterior, el voto desde fuera puede marcar la diferencia. Y en algunas ocasiones, puede ser decisivo. En las elecciones de 2019, un escaño de la provincia de Álava pasó de estar en manos del Partido Popular a ser del PSOE. No fue el único caso.

Foto: Feijóo deposita su voto en las últimas autonómicas celebradas en Galicia. (EFE/Salvador Sas)

A falta de conocer la participación, según ha publicado Vozpópuli, se apunta a que la participación desde el extranjero "será similar a la de 2019: un 3,7% del censo". Aunque desde la Oficina de Información Diplomática han asegurado que "los datos no se conocen hasta después de las elecciones". Y han confirmado que hasta el 27 no conocerán los datos de participación: "Los votos por correo llegan hasta el día 26", explican a este periódico.

"Voto rogado, voto robado", era un lema que se repetía en cada sufragio. El cántico se pronunciaba en las diferentes capitales del mundo. Este hacía referencia a que el voto rogado pretendía eliminar problemas y fraudes detectados en las votaciones de los residentes en el exterior, pero resultaba todo lo contrario. Además de impedir —por complicaciones o dificultades del proceso— ejercer el derecho a voto. Con la aprobación de la Ley del Régimen Electoral General, para la regulación del ejercicio del voto por los españoles que viven en el extranjero, el lema ha quedado obsoleto. "Se trata de responder a las demandas de la colectividad española en el exterior", publicaba el BOE.

¿Es más fácil ahora votar desde el extranjero? Izquierda Unida Exterior advierte sobre "las denuncias que llevan a cabo la emigración y sus movimientos sociales, como Marea Granate [colectivo transnacional en defensa de los derechos de los migrantes españoles], sobre multitud de retrasos en la llegada de la documentación a los domicilios, debido a diversos factores como impugnaciones de listas o demoras en los servicios postales", explican desde un comunicado.

Por otra parte, los residentes temporales en el extranjero (ERTA) también han experimentado complicaciones a la hora de votar. Asier Cuesta, un arquitecto que reside en París bajo la condición de residente temporal, ha encontrado muchas complicaciones en el proceso. "No he conseguido votar. El voto para las personas temporalmente ausentes es el más complicado de todos. Buscar y entender las instrucciones es complicadísimo. Yo tenía dudas y en el consulado no me lo supieron resolver", narra Cuesta. Tras un periodo de consultas con la embajada y la Junta Electoral Central, las papeletas nunca llegaron hasta el arquitecto.

Los que sí lo consiguieron

Los españoles registrados en el CERA (residentes permanentes en el extranjero) han sido los mayores beneficiados de la derogación de la ley del voto rogado, ya que en su mayoría han conseguido satisfactoriamente ejercer su derecho. Con tiempo previo y sin mayor complicación. "La principal diferencia que he notado es que no he tenido que buscar activamente la participación en el proceso electoral. Ese proceso se ha cambiado totalmente", explica Ignacio Rubio, residente en Alemania y votante en La Rioja. "Con el voto rogado, era muy complicado ejercer el derecho al voto. Creo que ahora, sin esta barrera, muchos emigrantes podrán desarrollar el voto efectivo", menciona el riojano y fundador del pódcast Inteligencia alemana.

"La principal diferencia que he notado es que no he tenido que buscar activamente la participación en el proceso electoral"

Rubio cuenta a este periódico, siempre desde su versión, el proceso y las facilidades que ha supuesto para él la eliminación del voto rogado. En primera instancia, Rubio recibió un sobre informativo en el que se explicaban las instrucciones para ejercer el derecho al voto, aparte de un certificado del censo electoral. En este, se certificaba que podía votar para las elecciones de La Rioja.

En un segundo paquete, se encontraban las papeletas para las votaciones. Una vez que pasó el plazo de impugnación de listas y se confirmaron los candidatos, se abría el periodo para entregar el voto. Si no se había recibido ese segundo sobre, existía un apartado dentro del boletín informativo del primer envío en el que se explicaba cómo descargar las papeletas e imprimirlas, siempre en caso de que por plazos no hubiera tiempo para presentarlas de manera ordinaria.

Una vez se tienen todos los documentos necesarios, se introducen las papeletas en el sobre, junto con el certificado del censo y una fotocopia del DNI. Para que no se origine ningún fraude. En comparación, Rubio resume su experiencia como mucho menos dificultosa en este proceso que en los anteriores.

Desde Tailandia, el usuario de Twitter The Road To Mana tampoco ha encontrado ninguna complicación para votar. "Gracias a la embajada de Tailandia por hacer tan fácil el voto estas elecciones para los españoles viviendo en Tailandia", escribía en un tuit.

Otra de las personas que agradecen el fin del voto rogado es Ramón Sanz, residente en Kuwait. "Las elecciones generales de abril de 2019 también me cogieron fuera, cuando estaba estudiando en Líbano. Entonces, el sistema de voto rogado estaba vigente, y pese a haber seguido todos los pasos del proceso al pie de la letra, me quedé sin poder votar", recuerda.

Sin embargo, en estas elecciones sí que ha conseguido votar. "El sistema anterior era complicado, ponía una enorme carga burocrática en los votantes e ignoraba limitaciones administrativas que existen en muchos países del mundo donde, por ejemplo, no existe un sistema de correos eficiente y fiable. El voto rogado desincentivaba y, en muchas ocasiones, impedía la participación. Era un auténtico dolor de cabeza. Tras su eliminación, votar desde el exterior es mucho más sencillo", cuenta a este medio. "Votar en estas elecciones desde el extranjero ha sido sin duda mucho más fácil y garantista. En estas elecciones, he podido votar desde Kuwait sin encontrar absolutamente ninguna dificultad", concluye Ramón Sanz.

"Era un dolor de cabeza. Tras su eliminación, votar desde el exterior es más sencillo"

"Desaparece esa yincana que los dos millones de españoles y españolas que vivís fuera de nuestras fronteras teníais que hacer para ir a votar. A partir de este momento, será mucho más fácil y con todas las garantías", dijo en su presentación el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Aunque parece que la resaca del voto rogado, a falta de conocer los resultados de participación desde el extranjero, pesa más que las nuevas facilidades de la ley.

Tras más de 10 años, el Congreso de los Diputados y después el Senado pusieron fin al voto rogado. Una polémica ley que complicaba a los españoles residentes en el extranjero (CERA) ejercer su derecho a voto. Estas serán las primeras elecciones a nivel nacional en las que, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), 2.742.605 españoles podrán votar sin aplicarse esta ley.

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