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Alfonso Rueda: aproximación al hombre tras el político que pilota la Xunta
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ELECCIONES GALLEGAS 18-F

Alfonso Rueda: aproximación al hombre tras el político que pilota la Xunta

El candidato del PP a la presidencia de la Xunta afronta su primer examen en las urnas con dos retos: diferenciarse de su antecesor con perfil propio y ganar para pacificar al PP nacional

Foto: Rueda, informando de la convocatoria electoral. (EFE/Lavandeira Jr.)
Rueda, informando de la convocatoria electoral. (EFE/Lavandeira Jr.)
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Es Alfonso, no es Alberto. Es Rueda, no Feijóo. Directo, sincero, cercano, familiar, deportista y más empático y callejero. Son algunos de los adjetivos con los que lo definen media docena de amigos, empleados o colaboradores del candidato del PP a la Xunta de Galicia. Tras Manuel Fraga y Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda Valenzuela será el tercer rostro del PP en la cartelería en muchos años y, como le ocurrió a Feijóo en su día con el sempiterno presidente Fraga, tendrá que superar la sombra de su antecesor y tratar de igualar sus gestas electorales.

Para Alfonso Rueda, estas serán sus primeras elecciones autonómicas como candidato a la presidencia de la Xunta, a pesar de que lleva más de 14 años pilotando los controles del Gobierno gallego desde la sala de atrás. Después de dirigir varias campañas electorales con mayorías absolutas para el PPdeG, ahora tendrá que conducir la suya propia. Será su primer examen real en las urnas para tratar de revalidar una presencia que heredó de Feijóo en mayo de 2022. "Las primeras de Rueda, no las quintas de Feijóo", remarcan fuentes del PP gallego para marcar el punto de inflexión.

Y, para muestra, un spot en clave de humor. En su primer vídeo hacia el 18-F, Rueda se pone al volante de un bus que deja atrás a Feijóo, saluda a un Mariano Rajoy que sigue su camino y no se detiene ante el autoestopista Puigdemont.

A Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968) los entresijos de la Administración pública y la fontanería política no le pillan por sorpresa. El segundo de cuatro hijos de José Antonio Rueda, un ingeniero agrónomo oriundo de Jaén y afincado en la comarca del Deza, que se casó con Lola Valenzuela, ligados al pazo familiar de A Viña, en Bandeira.

Barajó la idea de ser médico, pero se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago. No tardó en enfocarse a la función pública y aprobó las oposiciones de Administración local como habilitado nacional. En su periplo, alquiló un bungaló finlandés en un camping de A Cañiza, pasó por la montaña lucense de Cervantes y aterrizó en Cambados como secretario municipal. Antes, vendió fondos de inversión puerta a puerta y le cogió el gusto a tratar con la gente, a pesar de los sinsabores.

Ya en el 93, con 25 añitos, presidía las Nuevas Generaciones de su partido en Pontevedra, desoyendo el consejo de su padre, que le imploró: "No te metas en política".

Foto: Alfonso Rueda. (EFE/Xoán Rey)

Su primer cargo público se lo dio Xesús Palmou, un exconselleiro de Manuel Fraga, como jefe de gabinete. Con 32 años, Rueda ya era director general de la Administración local de la Xunta —de 2000 a 2005—, y el salto a la primera línea política se produjo ya con Feijóo al mando de la oposición gallega contra el bipartito, cuando lo designó en 2006 secretario general del PP de Galicia.

En 2009 fue elegido diputado por su provincia y rápidamente ascendió a conselleiro de Presidencia —primero— y vicepresidente (2012). Y, así, durante una década hasta el 14 de mayo de 2022, cuando asumió, con naturalidad y sin turbulencias, la presidencia de la Xunta con la salida de Feijóo hacia la séptima planta de la calle Génova.

Familiar, 'runner' y directo

Casado desde hace 23 años con Marta Coloret, a quien conoció en la facultad, es el padre orgulloso de dos hijas rondando la veintena —Beatriz y Marta—, a las que se refiere como "sus críticas más implacables y también las favoritas", tal y como él mismo bromeó tras compartir una foto durante una escapada familiar en el puente de diciembre. Por ellas —que estudian Derecho y Relaciones Internacionales—, confesó que se había planteado "muchas veces" renunciar a la política para no perderse su infancia. "Adora a sus hijas, es una persona muy familiar y también empático. En seguida se engancha a hablar con cualquiera", comentan desde su entorno.

Foto: Adolescentes usando el móvil en el aula. (EFE/Marcus Fuerer)

"Es muy cercano, directo y sincero. Para lo bueno y para lo malo; lo que sea, te lo dice, no se anda con rodeos", cuenta un amigo, sabedor de que a Rueda le gusta rodearse de un círculo de confianza de probada lealtad. "Le gusta más la calle que a Feijóo, y escucha. Ser el segundo antes que el primero le hace estar más atento a la gente". Sus detractores le achacan que sea "un tanto gris, falto de carisma y obediente a Génova". "Está teledirigido desde Madrid", acostumbra a reprocharle la oposición.

Alfonso Rueda se reivindica a sí mismo desde la Xunta y ha ido preparando el terreno en los últimos meses con rebajas fiscales, amplias convocatorias de empleo público y bonos a la dependencia, al deporte o la gratuidad del transporte para los mayores de 65 años. También ha querido ir un paso por delante de otros territorios con medidas pioneras como prohibir las bebidas energéticas y el vapeo entre menores o en dar otra vuelta de tuerca, y más restrictiva, a los móviles en los colegios. Ya era una de las cuatro CCAA donde no se permitían en las aulas en horario lectivo, pero desde el 8 de enero tampoco podrán usarse en recreos, extraescolares, comedores o en la salida y entrada al centro educativo, ni en Primaria, ni en la ESO o Secundaria, salvo en las actividades didácticas que supervise el docente.

Mientras, Alfonso Rueda hace gala en sus redes de que le gusta respirar verde: senderismo por la montaña, carreras populares o el salitre de A Lanzada, todo al aire libre. Melómano confeso, es fácil verlo como un fan más en los festivales indies de música del verano, sin las estrecheces de la americana, más amable y relajado. También calzando zapatillas deportivas para participar en las carreras populares como la SinSon10K o en un entreno matutino por las calles aún somnolientas de Compostela, que repite "tres o cuatro veces por semana". Amigo de sus amigos, no dudó en presentarse el 23 de mayo, de madrugada y por sorpresa, en la discoteca donde su amigo José Manuel Rey Varela celebraba haber recuperado la Alcaldía de Ferrol para el PP, la única de las siete ciudades gallegas en las que gobiernan.

Pintar la mona en la TVG

Tampoco se ha descuidado en darse a conocer y sus apariciones en la TVG, donde se descolgó con soltura en un Meneíto con el Combo Dominicano, todo un referente en el país de las mil verbenas. Sabe Rueda que la televisión pública gallega —entre acusaciones de partidismo y férreo control— es la mejor ventana para colarse en las casas de las personas mayores en Galicia, llave del voto (y de la Xunta).

Tanto es así que ha multiplicado los anuncios al votante sénior (bus gratis para mayores de 65, programas de ocio y viajes, ayudas directas a la dependencia) y también sus apariciones en los formatos más distendidos —hasta se prestó a hacer de celestino entre un policía local y su pareja— para dar a conocer al hombre, y al nombre propio, que hay detrás del político.

Es Alfonso, no es Alberto. Es Rueda, no Feijóo. Directo, sincero, cercano, familiar, deportista y más empático y callejero. Son algunos de los adjetivos con los que lo definen media docena de amigos, empleados o colaboradores del candidato del PP a la Xunta de Galicia. Tras Manuel Fraga y Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda Valenzuela será el tercer rostro del PP en la cartelería en muchos años y, como le ocurrió a Feijóo en su día con el sempiterno presidente Fraga, tendrá que superar la sombra de su antecesor y tratar de igualar sus gestas electorales.

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