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El gran reto de Alfonso Rueda: el delfín de Feijóo se la juega a todo o nada el 28-M
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La prueba del PP de Galicia

El gran reto de Alfonso Rueda: el delfín de Feijóo se la juega a todo o nada el 28-M

El nuevo presidente del PP gallego trata de confirmar su liderazgo en unas elecciones poco favorables. Su partido reina con mayoría absoluta en la comunidad, pero no gobierna ninguna gran ciudad

Foto: Alfonso Rueda. (EFE/Xoán Rey)
Alfonso Rueda. (EFE/Xoán Rey)

La sombra de Alberto Núñez Feijóo se proyecta sobre su sucesor en Galicia, Alfonso Rueda, nueve meses después de su proclamación en el PP nacional. El nuevo presidente autonómico carga con el hiperliderazgo de su antecesor, que ejerció un control absoluto en el partido y en la Xunta durante más de una década. Ni el congreso exprés con el que asumió el PPdeG ni la elección sin urnas para la presidencia del Gobierno gallego han contribuido a apuntalar su figura, que afronta en 2023 su primera prueba de fuego. Será en unas municipales a todo o nada, un desafío complicado ante las perspectivas extremadamente negativas con que se presentan para los populares gallegos.

Los comicios de mayo son una gran oportunidad de Rueda para ganar carisma, la gran carencia que sus contrincantes, incluso en su partido, opusieron a su irrupción como sucesor de Feijóo. Pero son también un grave riesgo, si se tiene en cuenta que las municipales son históricamente las elecciones que peor se le dan a los populares en Galicia. Hasta tal punto que en 2019, con Feijóo todavía al frente, quedaron fuera de las siete ciudades y de tres de las cuatro diputaciones. Solo Ourense permaneció en manos del Partido Popular, gracias a un polémico pacto con Democracia Ourensana que entregó la alcaldía de la capital provincial al controvertido Gonzalo Jácome.

"Todos los que van a perder ya están haciendo cálculos para ponerse a gobernar", avisa el PP

Con ese reto encima de la mesa, el PP ha sido el primer partido en activarse en Galicia de cara a las municipales. La del 28 de mayo de 2023 es una fecha marcada en rojo desde el mismo día que Rueda tomó el mando del partido, el pasado mayo. Este octubre lanzó oficialmente la larga carrera hacia las elecciones con la presentación de los candidatos para las siete ciudades, en un acto en Santiago ante un millar de militantes y simpatizantes. El lema elegido, "Somos mayoría", es un guiño a la amplia mayoría que necesitará el Partido Popular para gobernar en los grandes municipios, donde la hasta ahora nula representación de Vox y escasísima de Ciudadanos le aboca a conseguir más de la mitad de las concejalías en disputa para formar gobiernos.

"Todos los que van a perder ya están haciendo cálculos para ponerse a gobernar", advirtió Rueda al público del Multiusos do Sar compostelano, donde se celebró el acto. Es una antigua queja que arrastra el PP desde tiempos de Feijóo: los pactos que arrebatan alcaldías a la lista más votada, a los que Rueda aseguró no resignarse. "Pero son las reglas", asumió, por lo que hizo un llamamiento a alcanzar ventajas cómodas que permitan formar gobiernos municipales del PP: "Solo vale ganar por mayoría absoluta".

El fracaso del PP en las municipales del 2019 se fraguó pese a salir como partido más votado en el conjunto de la comunidad autónoma. Lo fue con un insuficiente 33,35% de los votos emitidos, apenas medio punto más que el PSOE, (32,76%), lejos de los casi 10 puntos de distancia que le metió a los socialistas en 2015. Consciente de la necesidad de cambios, esta vez Rueda ha renovado a cinco de los siete candidatos y ha abandonado la antigua tradición de tirar de conselleiros como aspirantes a las principales alcaldías. De los siete, solo uno, el de Ferrol, José Manuel Rey, ha pasado por el Gobierno gallego. En 2015, cinco de ellos habían rodado su candidatura como conselleiros, para quedarse finalmente sin alcaldía ni cartera en el Ejecutivo.

Alfonso Rueda y su partido tienen casi medio año por delante para enderezar el rumbo, pero de momento la cosa no cuaja

Rey en Ferrol y Rafael Domínguez en Pontevedra son los únicos candidatos que repiten respecto a 2019. Esta vez, en Vigo, la renovación pasa por la exdelegada de la Xunta en la ciudad, Marta Fernández Tapias, para hacer frente a Caballero, en lo que parece una jugada a largo plazo pensando en un futuro retiro del exministro de Transportes. En A Coruña el partido ha apostado por el senador Miguel Lorenzo, mientras que en Santiago lo hace por el diputado autonómico Borja Verea. En Lugo será candidata Elena Candia, líder provincial del partido, que presidió la Diputación lucense durante cuatro meses de 2015. Y en Ourense, por último, los populares recuperan a Manuel Cabezas, regidor de la ciudad entre 1995 y 2007.

Rueda y su partido tienen casi medio año para enderezar el rumbo, pero de momento la cosa no cuaja. Al menos eso es lo que se desprende de la primera encuesta hecha pública tras la presentación de los candidatos, que pese al enrarecido clima político estatal y al efecto Feijóo en el PP nacional prevé resultados tan pobres como los de 2019. Según el sondeo de Sondaxe para La Voz de Galicia, los populares solo gobernarían en Ferrol, la menor de las siete ciudades, y lo harían de forma muy ajustada. En el resto de plazas, la previsión es continuidad: Abel Caballero seguirá arrasando en Vigo y al PSOE le saldrían las cuentas en A Coruña, Santiago y Lugo, lo mismo que al BNG en Pontevedra y a Jácome en Ourense.

La consecuencia más previsible de un liderazgo débil en el PP gallego sería un anticipo electoral coincidiendo con las generales de 2023

El fracaso que vaticinan las encuestas no es una amenaza en todo caso para el futuro de Rueda a corto plazo, a pocos meses de las generales y a apenas un año de las autonómicas. Sin tiempo para cambio alguno, el presidente autonómico llegaría, eso sí, profundamente tocado a la gran cita de las elecciones al Parlamento gallego, su prueba de fuego definitiva, en las que Feijóo dejó un altísimo listón en 2020 de 42 diputados —cuatro por encima de la mayoría absoluta— y 47,96% de los votos.

La consecuencia más previsible de un liderazgo débil en el PP gallego sería, según el cálculo más extendido en círculos políticos, un anticipo electoral que haga coincidir las autonómicas gallegas con las generales de 2023, con Rueda a la sombra de Feijóo en el cartel electoral. Pero al presidente de los populares de Galicia le quedan todavía cinco meses para disipar las dudas.

La sombra de Alberto Núñez Feijóo se proyecta sobre su sucesor en Galicia, Alfonso Rueda, nueve meses después de su proclamación en el PP nacional. El nuevo presidente autonómico carga con el hiperliderazgo de su antecesor, que ejerció un control absoluto en el partido y en la Xunta durante más de una década. Ni el congreso exprés con el que asumió el PPdeG ni la elección sin urnas para la presidencia del Gobierno gallego han contribuido a apuntalar su figura, que afronta en 2023 su primera prueba de fuego. Será en unas municipales a todo o nada, un desafío complicado ante las perspectivas extremadamente negativas con que se presentan para los populares gallegos.

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