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ELECCIONES EN GALICIA

Por qué Yolanda Díaz no es profeta en su tierra (y se la juega)

La vicepresidenta se juega su capital político y el futuro del movimiento en unas elecciones gallegas en las que no se ha implicado a fondo. Un mal resultado debilitaría su posición en el Gobierno y con sus socios de Sumar

Foto: Yolanda Díaz en un homenaje a José Couso en Ferrol. (EFE/Kiko Delgado)
Yolanda Díaz en un homenaje a José Couso en Ferrol. (EFE/Kiko Delgado)

La última vez que Yolanda Díaz pisó la Praza Vella de Ferrol para un acto electoral fue el 22 de mayo del 2019. Entonces, acudió hermanada con Pablo Iglesias para apoyar al alcalde de Ferrol, de IU, en la campaña de las municipales. Las siglas de Podemos dominaban la escena. Díaz era una diputada emergente por A Coruña y los morados hacían la pesada digestión de la salida de uno de sus cofundadores, Íñigo Errejón, con el que hoy regresa a su ciudad natal.

Aquella foto se hizo añicos en cinco años y la estampa de este sábado será otra bien distinta. Yolanda Díaz (Fene, 1971) regresa a su casa. La personal y la política, directa desde el Vaticano. Lo hace como vicepresidenta segunda y líder de Sumar, después de esquivar la plaza ferrolana como escenario electoral. Será su primer acto en esta campaña gallega del 18-F, en la que se juega su capital político.

Las encuestas dejan fuera a Sumar. O al borde, a expensas de cómo se comporte el voto urbano y atlántico en A Coruña o Pontevedra, que es donde podrían arañar uno o dos escaños. No más. Galicia será el Rubicón para su personalísimo proyecto político.

¿Por qué Sumar tiene que concentrar sus esfuerzos en el arco atlántico? Tres de cada cuatro gallegos viven en estas dos provincias de costa donde, paradójicamente, cada escaño cuesta el doble que en el interior. También es donde se concentra el voto joven, verde, industrial u obrero, que en Vigo y Ferrol aún recoge los rescoldos de IU. También es en este eje donde mejor rédito cosecharon en su momento las mareas municipalistas que eclosionaron en 2015, una amalgama de siglas donde se agrupaba el espacio rupturista y que prácticamente desapareció ocho años después con el desencanto de sus votantes, hastiados de fricciones y facciones.

Foto: El candidato del PP de Galicia a la Presidencia de la Xunta, Alfonso Rueda. (Europa Press/Álvaro Ballesteros)

"Los gallegos creen que es imposible derrotar al PP en la Xunta. No es verdad. Podemos derrotar a Rueda mucho más que a Feijóo", proclamaba Díaz este mediodía desde Ferrol, su ciudad natal en un pequeño acto al aire libre junto al puerto. "Sé que tenéis dudas, pero cada escaño para Sumar expulsa al PP. No es politiqueo. Son datos", aseveró la vicepresidenta. Díaz hizo de la reducción de los tiempos de trabajo el eje de su próxima batalla política y recordó que la primera movilización de la historia en defensa de la una jornada de ocho horas fue promovida en 1890 por el primer Pablo Iglesias, fundador de UGT y del PSOE, también ferrolano.

"Ayer el papa Francisco me decía que era clave reducir la jornada laboral. Votar a Sumar es ganar tiempo de vida", manifestó en un acto al que acudió escoltada por Íñigo Errejón para apoyar a su candidata, Marta Lois.

Foto: El candidato socialista a la presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, participa en el acto de inicio de campaña. (EFE/Eliseo Trigo)

Galicia es la segunda cita electoral a la que concurre Sumar desde que se registró. La primera fueron las generales del 23 de julio, recién acuñado el movimiento, y lograron salvar el tipo en la comunidad gallega con 175.813 sufragios y dos escaños (10,94%). A estas autonómicas llegaron tarde y a trompicones, con la elección de Marta Lois. Si miramos a los resultados autonómicos del 2020, el precedente es pésimo. Entonces, y con una candidatura unitaria junto a Podemos y Anova donde también se implicó Díaz (ya como ministra), Galicia en Común solo logró 51.630 votos (3,94%). Una derrota sin paliativos.

Ser extraparlamentarios, como ya ocurrió en julio del 2020 con Antón Gómez Reino, quien acaba de abandonar Podemos, sería un mazazo para Sumar. Fuera de la Cámara autonómica y sin juego ni visibilidad en la legislatura. También sería una losa como socio de coalición de Pedro Sánchez. Quedarían en una posición de perenne debilidad para toda la legislatura, agudizando el seísmo que ya les supuso perder el control de los diputados de Podemos.

"Díaz ha tenido que sacrificar 'in extremis' a su mano derecha en el Congreso, Marta Lois, para hacerla candidata en el tiempo de descuento"

Yolanda Díaz ha tenido que sacrificar in extremis a su mano derecha en el Congreso, Marta Lois, para hacerla candidata en el tiempo de descuento, cuando las elecciones gallegas ya habían sido convocadas y Sumar tenía la casilla vacía tras las negativas de Teresa Táboas (exconselleira del BNG) y Martiño Noriega (exalcalde de Anova), que se reintegró en el BNG. En la misma maniobra, Díaz sustituyó a Lois por Errejón como portavoz de Sumar en el Congreso tras seis meses en el cargo, buscando una voz menos suave y más contundente en una legislatura que se le ha puesto muy cuesta arriba a la vicepresidenta.

Desde su equipo insisten en que su presencia en Galicia está garantizada en, por lo menos, cuatro actos en los próximos días. Pero la sensación que flota es que se ha puesto de perfil para desvincularse de un resultado negativo de una candidata que apenas ha tenido tiempo de desplegarse. Contrasta con la casi omnipresencia de Pedro Sánchez para arropar a José Ramón Gómez Besteiro (PsdeG) o las tres caravanas desplegadas por el PP en torno a Alfonso Rueda, Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy, que este sábado participan juntos en un gran acto en la plaza de toros de Pontevedra.

Ferrol, militar y obrera

Ferrol es una ciudad difícil y áspera. Un muro blanco separa el Arsenal del mercado, marcando la frontera de una urbe disociada entre lo militar y los astilleros. Un lugar que Yolanda Díaz conoce bien y a donde regresa a menudo. Pasea sin escolta, compra en sus comercios y para en los cafés de siempre. Respira salitre en la playa de Doniños.

Díaz debutó en política local como concejal del Ayuntamiento de Ferrol, entre 2003 y 2012. Fue teniente de alcalde en un pacto fugaz con el PSOE que acabó pronto y mal en 2008, y coincidió un tiempo con el portavoz popular, Miguel Tellado, entonces jefe de prensa del alcalde popular. Cuatro años después se estrenó como diputada autonómica de la mano de Xosé Manuel Beiras en un matrimonio mal avenido que también les dio muchas alegrías —y 9 escaños— del 2012 al 2016. Fue entonces cuando dio el salto del Parlamento gallego al Congreso de los Diputados y su figura —conocimiento y valoración— creció al frente del Ministerio de Trabajo.

La realidad es que su popularidad fuera de Galicia contrasta con la frialdad con la que la reciben en casa, particularmente en Ferrol. Su equipo de campaña es plenamente consciente, de ahí que siempre haya preferido A Coruña o Vigo como escenarios de batalla electoral, esquivando la ría ferrolana. Esta campaña vuelva a casa entre dudas.

La última vez que Yolanda Díaz pisó la Praza Vella de Ferrol para un acto electoral fue el 22 de mayo del 2019. Entonces, acudió hermanada con Pablo Iglesias para apoyar al alcalde de Ferrol, de IU, en la campaña de las municipales. Las siglas de Podemos dominaban la escena. Díaz era una diputada emergente por A Coruña y los morados hacían la pesada digestión de la salida de uno de sus cofundadores, Íñigo Errejón, con el que hoy regresa a su ciudad natal.

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