Sánchez y Feijóo buscarán "el jaque mate" al rival en las elecciones gallegas
Ferraz apunta a que el líder del PP se juega el "ser o no ser", mientras que desde Génova confían en infligir una abrumadora derrota al presidente como enmienda a la amnistía
Segunda vuelta de las generales del 23 de julio. La campaña electoral de las elecciones gallegas arranca en clave nacional. Tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo medirán en estos comicios el crédito de su liderazgo. Al presidente del Gobierno, el 18 de febrero le servirá como termómetro del desgaste que para el PSOE suponen la ley de amnistía y las cesiones a Carles Puigdemont. Paradójicamente, el popular se juega más. Su sucesor, Alfonso Rueda, parte como favorito con unas encuestas en las que la horquilla va desde una abultada victoria hasta poner en riesgo la mayoría absoluta, que se sitúa en 38 escaños. A Feijóo, jugar en casa le exige más. Los socialistas lo saben y desde Ferraz centrarán las próximas dos semanas en movilizar al electorado de izquierdas. No hay opciones de ganar, pero sí de echar al PP tras 14 años en la Xunta con un pacto con el BNG. “Sería un jaque mate a Feijóo”, adelantan en el cuartel general del PSOE.
En Génova también ven en Galicia la oportunidad de asestar un golpe definitivo al rival. El argumento se ha construido con base en las derrotas encadenadas de Sánchez desde las elecciones de Castilla y León en 2022 hasta las parlamentarias del pasado verano. “No ha ganado ni una sola vez”, explican desde la dirección nacional, donde recuerdan cómo el PSOE ha perdido la mayoría de su poder territorial en el último año. El denominador común de estas citas electorales, precisan, es que Sánchez está al frente del partido. Aunque ha habido debate interno sobre si nacionalizar o no la campaña, desde el equipo de Feijóo apuestan por confrontar modelos como baza electoral. El eje del discurso ya lo ha marcado el jefe con su “hace mucha más falta que la política nacional se parezca a la política gallega que llevar a Galicia todo lo que no le hace ningún bien a ningún español”.
Los populares no dejarán de lado los temas de la región, pero tampoco renunciarán a agitar un posible pacto BNG-PSdeG, que en su opinión exportaría el nacionalismo radical de Bildu o ERC, socios del Bloque en las europeas, a Galicia. El sentidiño vuelve a estar en el centro para pedir a los votantes que confíen en un cabeza de lista que no tiene el tirón de Feijóo. La agenda nacional a priori les favorece, dado que el presidente del Gobierno está en pleno pulso con Puigdemont para reconducir un acuerdo que dé luz verde a la norma que regula la medida de gracia para los independentistas.
El líder se volcará en la campaña. Así se lo ha pedido su sucesor, que será quien baje al territorio. Los sondeos que manejan los partidos reflejan que hay una mayoría de gallegos que aprueba la gestión en la Xunta. Quizás el dato más importante es que casi siete de cada 10 no ven expectativas de cambio de signo político. La continuidad se impone en el análisis de los politólogos consultados por El Confidencial que a priori no esperan “sorpresas” si en la campaña no se produce ningún hito relevante.
El PSOE cree que hay partido. José Ramón Gómez Besteiro es una apuesta “muy personal” de Sánchez. Le va a arropar durante toda la contienda. En Ferraz restan importancia a los efectos de la amnistía. “Creemos que no va a pesar en Galicia”, aseguran fuentes de la formación, que aventuran que la clave gallega “va a primar sobre otras”. En sus cálculos, el cambio está “a tiro de dos escaños” que se pelearán, insisten, “hasta el último minuto”. Mantenerse como tercera fuerza sería una victoria si se suma con el BNG. La verdadera alternativa al PP es Ana Pontón, la líder del BNG, con opciones de ser la primera presidenta nacionalista de la historia de Galicia.
“Feijóo se juega el ser o no ser estas elecciones”, repiten desde Ferraz, donde pondrán el foco en el líder de la oposición bajo la teoría de que puede ser el protagonista de la “peor operación política que se recuerda en décadas: dejar la Xunta para ser presidente del Gobierno de España, no lograr la presidencia y acto seguido perder la Xunta”. En la dirección nacional del PP asumen que si las cosas van mal el culpable será Feijóo, pero no ven riesgo para su liderazgo interno. Entre los cargos del partido hay menos optimismo.
El escenario de perder Galicia ni se contempla porque “sería letal para nosotros”, afirman sin ocultar que el precedente del 23-J pesa en el ánimo. El mal menor sería tener que pactar con la Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome, que según las encuestas podría estrenarse en el Parlamento gallego con un escaño. El PP repetiría el pacto de Ourense para seguir en el poder de la mano de los populistas. Vox tiene muy complicado entrar en la ecuación. Los sondeos no le dan representación y la campaña llega en un momento en que las crisis internas devoran a los de Santiago Abascal. Ni siquiera la última asamblea ha puesto paz en un partido que suma bajas y resta votos desde las andaluzas.
Yolanda Díaz es otra de las protagonistas con papel incómodo. Conoce bien la política gallega, donde se fajó, pero el BNG ha copado buena parte de su espacio, que además tendrá que disputar a Podemos. Pablo Iglesias ha pedido abiertamente el voto para los nacionalistas como parte de la guerra fratricida entre ambos. Si su candidata, Marta Lois, no logra escaño, se pondrá en duda el éxito electoral de Sumar, que paradójicamente aún no ha nacido oficialmente. La vicepresidenta necesita una victoria moral frente a Iglesias. En Galicia, arranca el ciclo electoral que examinará a los líderes nacionales.
Segunda vuelta de las generales del 23 de julio. La campaña electoral de las elecciones gallegas arranca en clave nacional. Tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo medirán en estos comicios el crédito de su liderazgo. Al presidente del Gobierno, el 18 de febrero le servirá como termómetro del desgaste que para el PSOE suponen la ley de amnistía y las cesiones a Carles Puigdemont. Paradójicamente, el popular se juega más. Su sucesor, Alfonso Rueda, parte como favorito con unas encuestas en las que la horquilla va desde una abultada victoria hasta poner en riesgo la mayoría absoluta, que se sitúa en 38 escaños. A Feijóo, jugar en casa le exige más. Los socialistas lo saben y desde Ferraz centrarán las próximas dos semanas en movilizar al electorado de izquierdas. No hay opciones de ganar, pero sí de echar al PP tras 14 años en la Xunta con un pacto con el BNG. “Sería un jaque mate a Feijóo”, adelantan en el cuartel general del PSOE.