Jácome, el 'factor sorpresa' que tensa al PP en las elecciones gallegas

Gonzalo Pérez Jácome sale al ruedo autonómico con el objetivo de convertirse en "la llave del futuro Gobierno de la Xunta". No él personalmente, pero sí su marca, Democracia Ourensana (DO), a la que representará su teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ourense, Armando Ojea. El PP afronta la incipiente campaña con cierta tranquilidad. Sus enemigos en la izquierda están divididos. El PSOE no sube, el BNG se mantiene y los codazos entre Sumar, Podemos y Anova —escisión del Bloque Nacionalista Galego— permite a Alfonso Rueda sortear el vértigo de no revalidar la mayoría absoluta. Creen también que Vox no despegará y que su capacidad de atraer voto será prácticamente testimonial. Pero la ecuación tiene otra variable. ¿Qué pasa con Jácome?

Diferentes fuentes del PPdeG y de la cúpula nacional coinciden en que la candidatura del incombustible regidor de Ourense es el único factor que, de momento, escapa a su control. Cuando se les pregunta por Jácome, la mayoría se encoge de hombros. "Él quiere jugar un papel fundamental, pero no sabemos si nos restará votos a nosotros o a la izquierda", inciden fuentes de Génova.

En el equipo de Feijóo apuntan que, como mucho, Jácome les puede "restar votos", pero "no escaños". El problema que también se atisba a simple vista es que esa posible fragmentación del voto de la derecha entre DO y Vox, aunque finalmente no logren representación, puede tensar el objetivo de conseguir su primera mayoría absoluta. En el PPdeG aseguran que aún están pendiente de si su impacto en las encuestas es residual o es un factor a tener en cuenta.

Otras fuentes apuntan a "no dar la batalla por ganada" y observar muy de cerca la evolución del partido de Jácome por el temor a que les parpadee un escaño en Ourense. "Tiene mucha influencia en su provincia y no se le puede subestimar", apuntan otras voces, que no descartan que el partido logre su objetivo. "Si ese escaño es el que le falta a Rueda para llegar a la absoluta, Jácome logrará su objetivo, que es dotar a Ourense de más trascendencia".

Al alcalde más excéntrico de Galicia no parece haberle pasado factura las acusaciones de corrupción que han verbalizado todos sus rivales políticos. DO fue la fuerza más votada en las elecciones del 28-M en Ourense, con casi el 34% de los votos y diez concejales, y se hizo con el bastón de mando gracias al apoyo del PP. Nadie sabe de qué electorado bebe, aunque los más optimistas apuntan a que solo le pasará factura a la izquierda por la concentración de un voto "antisistema" y "joven", que no suele optar por la papeleta popular. Jácome no tiene socios preferentes. Siempre sostuvo que "pactaría con el diablo" con tal de dar un sitio a los intereses de su Ayuntamiento.

Alfonso Rueda afronta la batalla electoral del próximo 18 de febrero con algunos imprevistos con los que no jugaba Alberto Núñez Feijóo. No solo por la participación de un nuevo actor político cuya implantación autonómica es aún una incógnita. También por el vértigo de mantener el tipo tras 14 años de mayorías absolutas auspiciadas por su predecesor. El eterno delfín de Feijóo busca su propio perfil tras pasar diez años de vicepresidente y un cuarto de siglo en altos cargos de la Xunta. Rueda peleará con una campaña propia y diferenciada de la de Génova, que acudirá a Galicia con su propia caravana para evitar opacar al nuevo líder del PPdeG.

Perder la mayoría absoluta implicaría prácticamente la muerte de la histórica resistencia del PP en Galicia. Si DO y Vox no logran representantes, Alfonso Rueda no tendrá socios en los que apoyarse para mantener la Xunta. En el equipo del dirigente gallego apelan a la calma. No tiran las campanas al vuelo, pero sí aseguran que sus sondeos iniciales apuntan a que la mayoría absoluta —situada en 38 escaños— no está en peligro. "O gobierna el PP, o gobierna el independentismo", apuntan también en la dirección de los populares, que apuestan por el BNG como segunda fuerza más votada.

El PP afronta sus primeras elecciones en Galicia sin Alberto Núñez Feijóo desde el año 2009. Alfonso Rueda prepara una intensa campaña para llegar a todos los rincones de la región, y mantendrá la estrategia de su predecesor, apostando por su nombre más que por las siglas como principal atractivo electoral. El candidato popular se subirá a la ola de malestar social contra Sánchez por su agenda con el independentismo y en mitad de la tramitación de la ley de amnistía, pero busca una campaña más "pegada a la comunidad". La financiación autonómica, pendiente de reforma, será otra de las grandes banderas de la campaña.

La fragmentación del voto es uno de los factores que le puede costar a Rueda la presidencia. Además de Democracia Ourensana, al PP no se le escapa que la fuga de voto al "saco roto" de Vox puede privarles de lograr un último escaño en favor de la izquierda. En Galicia, los de Santiago Abascal predican por el desierto. No tienen estructura autonómica, ni diputados en el Congreso, ni candidato definido. Pero Vox volverá a presentarse a las gallegas e intentará jugar la baza del voto de castigo al PP y a Feijóo por abrir una vía de acuerdo con Sánchez y "legitimar" su "golpe a la nación".