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El factor Jácome en las elecciones gallegas: ¿tendrá influencia o quedará en anécdota?
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DISPUESTO A "PACTAR CON EL DEMONIO"

El factor Jácome en las elecciones gallegas: ¿tendrá influencia o quedará en anécdota?

Democracia Ouresana tiene cierto peso en la región, tanto por su incidencia en el equilibrio de fuerzas como por las peculiaridades de su líder como socio parlamentario o de gobierno

Foto: El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome. (Europa Press/Rosa Veiga)
El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome. (Europa Press/Rosa Veiga)

"Democracia Ourensana (DO) concurrirá a las próximas elecciones autonómicas de Galicia. El objeto es ser decisivos en el futuro gobierno del parlamento gallego, para conseguir que la Xunta de Galicia aplique discriminación positiva en la provincia de Ourense". Este mensaje, que lanzó Gonzalo Pérez Jácome a través de sus redes sociales a principios de semana, sirvió para agitar el tablero político gallego. El anuncio muestra a las claras los objetivos de la decisión: vender cara la investidura de cualquier candidato a la presidencia de la Xunta. Si DO obtuviese representación parlamentaria en un Parlamento sin mayorías, una posibilidad en absoluto descartable, los aspirantes deberán pasar por el despacho de un político dispuesto a "pactar con el demonio" con tal de conseguir réditos para su ayuntamiento, como viene anunciando desde hace años.

Dicho de otra manera: nadie desprecia el efecto Jácome en las próximas autonómicas. Inicialmente por la revolución del tablero que puede provocar, pero también por las peculiaridades como socio parlamentario o de gobierno del político ourensano, acusado de corrupción por todos sus rivales. De momento, el anuncio tuvo un efecto inmediato en el Ayuntamiento de la localidad, donde el PP votó el miércoles por primera vez en este mandato en contra de una propuesta del grupo del alcalde, que fue investido con el apoyo de los populares. "A nadie se le escapa la relación de causa y efecto de este entorpecimiento. Arrieros somos", reaccionó Jácome.

Hacer quinielas antes de unos comicios no es una buena opción, pero por su condición de favorito en las elecciones y por la configuración de su electorado, el PP podría notar la decisión de un partido que fue el que más votos obtuvo en la capital ourensana en las últimas municipales, con un 33,83% de apoyos, además de casi el 11% del total provincial pese a presentarse solo en siete municipios. Para BNG y PSdeG —con la posible colaboración de Sumar si articula una propuesta con representación parlamentaria— se abre la posibilidad de quebrar la mayoría absoluta de los populares. Pero en la izquierda nadie se frota las manos, ante la espinosa cara b de tener que negociar con el incómodo Jácome.

Una prueba de la molestia que supone DO para los partidos en liza hay que buscarla en el pacto que firmaron DO y el PP tras las municipales de 2019, por el que se repartieron la presidencia de la Diputación y la alcaldía de Ourense, respectivamente. Para sellar aquel acuerdo, los populares arrancaron el compromiso de Jácome de mantenerse al margen en las elecciones autonómicas. La misma condición trataron de incluir los populares en el pacto firmado in extremis el pasado junio, a pocas horas de la constitución de los ayuntamientos, pero el alcalde no accedió a compromiso alguno sobre sus proyectos fuera de la provincia.

Foto: Pleno constitutivo del ayuntamiento de Ourense. Foto: Brais Lorenzo, EFE.

Tras aquel no rotundo, el PP estaba prevenido de las intenciones del regidor ourensano. Es probable que el propio Alfonso Rueda las conociese de primera mano tras la reunión que mantuvo con él, en calidad de presidente de la Xunta, el pasado 4 de octubre, en la que ambos reconocieron haber hablado de las elecciones autonómicas. En prácticamente todas las entrevistas concedidas desde su reelección, Jácome ha deslizado su intención presentarse con el objetivo de ser decisivo y provocar "una lluvia de inversiones" en su ayuntamiento. Según sus cálculos, los resultados de las municipales, que aspira a mejorar, le reportarían dos diputados en el Parlamento gallego, con un total de 75, aunque la extrapolación directa le dejaría con solo uno y muy cerca del segundo.

Rueda, sin embargo, llama a la calma y mantiene su confianza en los resultados que pueda tener en la provincia, apelando a que el voto no se comporta igual en unas municipales que en unas autonómicas: "En Ourense en las autonómicas, siempre tenemos magníficos resultados". "Creo que lo inteligente no es preocuparse de lo que le ocurre a los demás, intentar hacer yo lo mejor posible e intentar tener el mejor resultado", agregó.

Foto: El socialista José Ramón Gómez Besteiro, en un acto electoral el pasado mes de mayo. (EFE/Kiko Delgado)

El reto ahora para Democracia Ourensana consiste en encontrar candidato, lo que no será fácil en una formación tan personalista como la que lidera Jácome, inelegible en su condición de alcalde. De hecho, antes de que el pacto municipal con el PP de 2019 lo apartara de las autonómicas, en las elecciones de 2016 DO se presentó con Miguel Caride, al que cuatro años después destituiría como concejal de Infraestructuras por considerarlo "instigador" de un motín en su contra. En aquellos comicios, Democracia Ourensana obtuvo 7.723 votos, un 4,54% del total provincial, muy cerca del 5% mínimo exigible

Pero mucho han cambiado las cosas desde entonces, con una DO que entre 2019 y 2023 pasó de tercera fuerza política local a ser el partido más votado. El anuncio llega además con el PP provincial en un momento de renovación con un José Manuel Baltar ya fuera de la Diputación —sacrificado por exigencias de Democracia Ourensana— y de salida en la presidencia provincial del partido. Tras 33 años del clan de los Baltar, iniciado en 1990 con José Luis Baltar, el padre de José Manuel, es una incógnita cómo funcionará la maquinaria electoral del PP en este granero de votos.

Democracia Ourensana sopesa todavía si se presenta a las autonómicas con su propia marca o concurrirá por medio de una plataforma provincial, que impulsaría con el propósito de “aunar el mayor número de ourensanos dispuestos a luchar por la discriminación positiva de la provincia”. Esa discriminación positiva suena como un crujido en los oídos del PP, en el que las décadas transcurridas no han hecho olvidar aquellos difíciles pactos con Centristas de Galicia que ahora se les reaparecen, pero tampoco parece el mejor sueño para la oposición que aspira a tomar el relevo.

"Democracia Ourensana (DO) concurrirá a las próximas elecciones autonómicas de Galicia. El objeto es ser decisivos en el futuro gobierno del parlamento gallego, para conseguir que la Xunta de Galicia aplique discriminación positiva en la provincia de Ourense". Este mensaje, que lanzó Gonzalo Pérez Jácome a través de sus redes sociales a principios de semana, sirvió para agitar el tablero político gallego. El anuncio muestra a las claras los objetivos de la decisión: vender cara la investidura de cualquier candidato a la presidencia de la Xunta. Si DO obtuviese representación parlamentaria en un Parlamento sin mayorías, una posibilidad en absoluto descartable, los aspirantes deberán pasar por el despacho de un político dispuesto a "pactar con el demonio" con tal de conseguir réditos para su ayuntamiento, como viene anunciando desde hace años.

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