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Feijóo se juega el liderazgo del PP en unas gallegas que medirán el desgaste de Sánchez
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ADELANTO ELECTORAL

Feijóo se juega el liderazgo del PP en unas gallegas que medirán el desgaste de Sánchez

Génova espera que la aprobación de la amnistía y la división de la izquierda permitan al PP revalidar la mayoría absoluta. Un traspié del líder popular en casa abriría el debate interno

Foto: Feijóo, junto a Yolanda Diaz, ayer durante la gala de entrega de los premios Parlamentarios 2023 en Madrid. (Europa Press/A. Pérez Meca)
Feijóo, junto a Yolanda Diaz, ayer durante la gala de entrega de los premios Parlamentarios 2023 en Madrid. (Europa Press/A. Pérez Meca)
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El 18 de febrero Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo volverán a medirse en las urnas tras la convocatoria que anunció este jueves el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. El adelanto electoral marcará un hito en el devenir de la legislatura. En el caso de los líderes, el presidente del PP parte con ventaja, pero también es el que más se juega. Una derrota en casa sería “nefasta”, según reconocen en el partido, donde no contemplan nada que no sea una mayoría absoluta. “Si perdemos Galicia se acabó”, sentencia un veterano, que adelanta que los “nervios y las dudas nos devorarían”.

En Génova, se han medido las encuestas y los tiempos para no fallar. Pesa el antecedente de Castilla y León, donde el adelanto electoral por parte de la anterior dirección lastró el resultado de Alfonso Fernández Mañueco. Los sondeos en estos momentos apuntan a que se puede revalidar la presidencia de la Xunta. La estrategia es aprovechar la coincidencia con la tramitación de la amnistía, como adelantó El Confidencial. El calendario impuesto por los socios de investidura no favorece a Sánchez. El presidente tendrá que hacerse la foto en enero con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras y los populares han testado que ese marco les beneficia.

Al PP no solo le vale con ganar. Necesita sí o sí una mayoría absoluta para mantener el gobierno y espantar las impredecibles consecuencias que implicaría una derrota para el futuro de Feijóo. Los gallegos evitan tirar las campanas al vuelo, aunque por el momento aseguran estar por encima de la frontera de los 38 escaños en un parlamento con 75 en el que en la actualidad cuentan con 42 representantes. Una de las consignas es no caer en el “triunfalismo” de la campaña de las generales. Mantener a raya las expectativas.

Foto: El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el candidato del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro. (EFE/Xoán Rey)
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La fuerza residual de Vox les impide tener socios para aguantar una coalición. En el otro lado del tablero se sitúa una posible alianza del Bloque Nacionalista Gallego como segunda fuerza y el PSOE. "O gobierna el PP, o gobierna el independentismo", sintetizan fuentes populares. Los de Santiago Abascal afrontan la convocatoria con los sondeos a la baja y un discurso duro de difícil acomodo en Galicia. El vicesecretario de Organización y Portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, pidió a Vox que renunciase a presentarse para evitar sorpresas como las del 23 de julio. Tampoco saben cómo se comportará en las urnas el partido de Democracia Ourensana, principal novedad en estas elecciones, por el temor de que el partido de Gonzalo Pérez Jácome les pueda arrebatar algún escaño en Ourense.

Las encuestas dan mayoría, pero Génova evitará el triunfalismo de la campaña del 23-J

Hay consenso en las filas del PP en que es un “buen momento” para enfrentarse a Sánchez, si bien hasta el último momento se barajó convocar para marzo. La división de la izquierda ha sido un factor a tener en cuenta. Hace unos meses los sondeos no eran favorables al PP. La fuerza del BNG hacía viable una alianza de izquierdas, pero la guerra desatada entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz tendrá consecuencias en las listas. Sumar y Podemos concurrirán por separado, según han declarado en los últimos días, y con la ley electoral en la mano la división les perjudica. El espacio a la izquierda del PSOE, con IU incluida, tiene hasta el cinco de enero para explorar una coalición.

La campaña arrancará el 2 de febrero. Feijóo se volcará para encadenar una victoria que se sucede desde hace catorce años. Génova apuesta por mantener un calendario independiente al del candidato a la Xunta y organizará una caravana electoral propia por dos motivos. El primero es redoblar esfuerzos y cubrir todos los flancos, emulando la campaña con la que Feijóo se hizo con su primera mayoría absoluta en 2009. Entonces, Mariano Rajoy arropó al dirigente gallego con su propia caravana y el resultado fue una victoria incontestable. En esta ocasión, se prevé también la participación del expresidente del Gobierno en los actos electorales.

La división lastra las opciones de una coalición progresista entre el BNG-PSOE-Sumar

Ferraz también está volcada en preparar a su hombre, Xosé Ramón Gómez Besteiro, a quien asesora el gurú de Ferraz, Aleix Sanmartín, para dar la batalla bajo el lema de exportar una “coalición progresista” a Galicia. Sánchez se enfrenta a su primera reválida tras la investidura, pero no partir como favoritos quita presión a La Moncloa. Los gallegos serán el termómetro del desgaste para las siglas tras las concesiones a los independentistas y los pactos con Bildu. El PSdeG es ahora tercera fuerza con 14 diputados por detrás del BNG, que suma 19. La otra protagonista será la candidata del BNG, Ana Pontón. La portavoz de los nacionalistas gallegos en el Congreso está muy bien valorada y podría ser la sorpresa de la noche electoral.

En la dirección nacional del PP son proclives a blindar la autonomía del líder regional, que pretende salir del marco de "la quinta mayoría absoluta del PP" para abonar "la primera de Rueda", un lema que explotará durante la inminente campaña. Fuentes de Génova apuestan también por volver a minimizar las siglas en los carteles electorales, una estrategia por la que siempre ha optado Feijóo cuando capitaneaba el barco gallego. "No nos votan por ser de un partido, nos votan por la persona", opinan. Rueda busca "emanciparse" de su predecesor y marcar su propio camino, sin tutelas procedentes de la dirección nacional. Poner su propio sello a la Xunta y acabar con la imagen de presidente teledirigido por la alargada sombra de Feijóo.

Una victoria clara sería un espaldarazo para Feijóo. Si el PSOE sufre un varapalo en las urnas tras aprobar la ley de amnistía, los populares lo interpretarían como un referéndum sobre Sánchez y abonarían la posibilidad de una legislatura corta. También harían más llevaderas las elecciones vascas y catalanas, donde los populares asumen que no tendrán un papel principal aunque aspiran a mejorar resultados. En el escenario contrario el gallego quedaría tocado y volverían las dudas sobre si aguantará en la bancada de la oposición.

El 18 de febrero Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo volverán a medirse en las urnas tras la convocatoria que anunció este jueves el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. El adelanto electoral marcará un hito en el devenir de la legislatura. En el caso de los líderes, el presidente del PP parte con ventaja, pero también es el que más se juega. Una derrota en casa sería “nefasta”, según reconocen en el partido, donde no contemplan nada que no sea una mayoría absoluta. “Si perdemos Galicia se acabó”, sentencia un veterano, que adelanta que los “nervios y las dudas nos devorarían”.

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