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Moncloa maneja encuestas donde el PSOE pierde 600.000 votos en Cataluña por la amnistía
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Moncloa maneja encuestas donde el PSOE pierde 600.000 votos en Cataluña por la amnistía

Los socialistas catalanes se dejarían la mitad de los sufragios que lograron en las pasadas generales. Sánchez ha fiado su estrategia a que Salvador Illa ocupe la Generalitat

Foto: El líder del PSC, Salvador Illa. (EFE/Toni Albir)
El líder del PSC, Salvador Illa. (EFE/Toni Albir)
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La Moncloa sabía que no sería fácil, pero el escenario se le está complicando más allá de lo esperado. El equipo de Pedro Sánchez trabaja con la esperanza de que con la ley de amnistía ocurra como con los indultos: que los españoles la metabolicen. Los ministros están volcados en hacer pedagogía para que el perdón a Carles Puigdemont se vea como el mal menor. "Convivencia", "resolución del conflicto", "interés general": son algunas de las coletillas que cuelgan en el argumentario monclovita sobre la medida de gracia. Detrás de este optimismo, se esconde la realidad de los datos. Las encuestas que manejan en Presidencia, según fuentes consultadas por El Confidencial, alertan del efecto negativo de la amnistía en Cataluña.

Desde el 23 de julio hasta hoy, los socialistas perderían 600.000 votos, según los citados sondeos, que también maneja el PSC. En las elecciones generales, Cataluña fue el principal asidero para que Sánchez repitiese en la Moncloa. El territorio de Salvador Illa aportó 19 escaños, con 1.200.000 sufragios. En apenas cinco meses, habría dilapidado la mitad de los votos por las cesiones de Sánchez a los independentistas. Los socialistas absorbieron la mayoría de los electores de Ciudadanos junto con el PP, que también mejoró su resultado, al pasar de dos a seis diputados. Los partidos constitucionalistas se impusieron a los soberanistas.

Las citadas encuestas reflejan que, por autonomías, Cataluña es la única donde, tras conocerse los acuerdos para la investidura de Sánchez, se produce un movimiento considerable de voto. En el resto de comunidades, los bloques de derecha e izquierda se mantienen similares. No hay grandes vuelcos. Los números chocan con las expectativas del PSOE, que confía en que Illa arrase en las elecciones catalanas, que previsiblemente se adelantarán a finales de 2024. Si el PSC se hace con la Generalitat, el presidente podrá atribuirse el mérito de haber arrebatado el Gobierno al independentismo.

Desde ese momento, la relación con Junts y ERC pasaría a otra fase. Previamente, Sánchez tendrá que bregar con las exigencias de Puigdemont de cara a la campaña electoral. La reunión con el presidente es solo un "aperitivo", advierten desde el soberanismo catalán, de lo que irá demandando el prófugo de la Justicia. Su única obsesión, insisten, es doblegar a Oriol Junqueras en las urnas. Queda por ver quiénes serán los candidatos. Los plazos de la amnistía complican las aspiraciones de Junqueras, dado que Puigdemont habría trasladado durante las negociaciones con los socialistas que su meta es seguir como eurodiputado.

Foto: Carles Puigdemont, presentando en Bruselas el acuerdo para la amnistía. (EFE/Olivier Matthys)

Las elecciones catalanas supondrán un punto de inflexión en la legislatura. Cada partido redefinirá su estrategia en el Congreso de los Diputados según la correlación de fuerzas en el Parlamento catalán. El soberanismo se radicalizará si pierde la Generalitat, al entender que sus votantes habrán castigado el acercamiento al PSOE. En ese escenario, el discurso de apaciguamiento del presidente quedará en entredicho, igual que si Illa no ocupa el sillón de Pere Aragonès.

Entre los socialistas catalanes, hay preocupación. El propio Illa renegó de la amnistía incluso después de las elecciones y ahora se ve forzado a defenderla. Su hombre en Madrid, Víctor Francos, dimitió hace unos días como presidente del Consejo Superior de Deportes. Otra baja más en el lobby del PSC en la capital, tras las salidas de Miquel Iceta —nombrado embajador en la Unesco— y la sorprendente renuncia de Meritxell Batet a ser candidata a la presidencia del Congreso.

Las elecciones catalanas supondrán un punto de inflexión en el desarrollo de la legislatura

¿Hacia dónde va el voto que se fuga del PSC? El principal riesgo, según reconocen históricos socialistas catalanes, es que los electores que provienen de Ciudadanos se repartan entre la abstención y el PP. En el caso de los de Alberto Núñez Feijóo, dependerá de quién sea finalmente el líder en Cataluña.

Génova ha pasado de dar por hecho el relevo de Alejandro Fernández a "dejar que decidan los militantes". La eurodiputada Dolors Monserrat siempre ha sido la favorita del gallego para encabezar un nuevo proyecto en Cataluña. Está por ver si ella acepta enfrentarse a Fernández que, ante el vacío de poder, ha ido ganándose apoyos en el partido pese a su enfrentamiento público con Feijóo a cuenta de los guiños a Junts. En el ambiente también está la irrupción de una nueva plataforma constitucionalista de centro que agrupe a ex del propio PSC, Ciudadanos o el PP, que nacería para recoger al votante desencantado con los socialistas que no encuentra acomodo en los populares.

La Moncloa sabía que no sería fácil, pero el escenario se le está complicando más allá de lo esperado. El equipo de Pedro Sánchez trabaja con la esperanza de que con la ley de amnistía ocurra como con los indultos: que los españoles la metabolicen. Los ministros están volcados en hacer pedagogía para que el perdón a Carles Puigdemont se vea como el mal menor. "Convivencia", "resolución del conflicto", "interés general": son algunas de las coletillas que cuelgan en el argumentario monclovita sobre la medida de gracia. Detrás de este optimismo, se esconde la realidad de los datos. Las encuestas que manejan en Presidencia, según fuentes consultadas por El Confidencial, alertan del efecto negativo de la amnistía en Cataluña.

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