Jordi Hereu, el ministro de Industria cuota del PSC al que persiguen los referendos

Jordi Hereu (Barcelona, 58 años) anunció que dejaba la política en 2012, después de perder las elecciones municipales contra Xavier Trias. Ahora vuelve como cuota del PSC en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez perseguido por los mismos fantasmas. En su caso, los referendos. En 2010, Hereu perdió la consulta popular en la que el ayuntamiento abogaba por conectar los dos tramos de tranvía y ahí cavó su tumba política. Tanto que acabó entregando la alcaldía a los convergentes. Y ahora volverá a un Gobierno cuyo socio sigue diciendo que la clave es impulsar un referéndum en Cataluña. Si alguien del equipo de Pedro Sánchez sabe que los plebiscitos los carga el diablo ese es el nuevo ministro de Industria.

Jordi Hereu i Boher es un licenciado en Administración de Empresas que en este momento preside Hispasat, como parte del gran desembarco del PSC en esferas del poder económico de Madrid que propició el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Aunque perdió la Alcaldía de Barcelona para su partido, el de los socialistas catalanes, que siempre ha proyectado su poder irradiador a Cataluña desde su control de la capital catalana, el PSC siguió reivindicando su figura como uno de sus principales activos políticos. En el PSC siempre se culpó a sus socios de entonces en el ayuntamiento, el ERC de Jordi Portabella, de haber empujado a Hereu a una consulta suicida. El rechazo al plan del ayuntamiento con el tranvía fue del 87%. 13 años después, ahí vuelve a estar ERC pidiendo un referéndum por la vía canadiense y aliado con el Gobierno en el que Hereu será ministro. La historia de Barcelona se repite, pero ahora en Madrid.

Hereu accedió a la alcaldía cuando su predecesor, Joan Clos, fue llamado a tareas de mayor responsabilidad, en este caso, ocupar el Ministerio de Industria, igual que le pasa ahora a él. Desde el punto económico, el gran acierto de Hereu fue dar cuerpo al gran proyecto de Clos en esta área: impulsar un distrito tecnológico en el barrio de Poblenou, el denominado 22@, que ahora pasa un momento de crisis en el marco de la recesión global, pero que durante más de 20 años ha sido el gran motor de tracción de numerosas empresas del sector de telecomunicaciones e informática para instalarse o crecer en la capital catalana.

Hereu siempre tuvo un perfil más de izquierdas que Clos, y por eso sus años en la alcaldía estuvieron marcados por políticas en favor de la cohesión. Hereu vivió en Barcelona el auge de Podemos y los efectos devastadores de la crisis de 2010 en las familias.

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Durante su mandato, Hereu mantuvo una muy buena relación con Xavier Trias, que lleva años haciendo oposición y trabajando el asalto de los convergentes a la ciudad.

La razón en muchos sentidos era familiar. La familia de Hereu era convergente de toda la vida. El joven Jordi Hereu empezó a militar en el PSC en 1987, muy impactado por el atentado de ETA en Hipercor, según explican fuentes del socialismo catalán.

Claves de la caída

Las claves de la caída de Hereu no fueron solo el tranvía. La crisis económica y el primer germen de lo que sería el colauismo marcaron el mandato e hicieron que el PSC perdiese buena parte del ala izquierda de sus votantes. En este sentido, la verdadera oposición al Gobierno municipal vino muchas veces desde el ámbito de Colau, en especial de su periferia que hacía frontera con la CUP.

Durante el mandato de Hereu, la oposición del incipiente colauismo fue muy dura

Un ejemplo es el documental Ciutat Morta, sobre una supuesta conspiración policial y judicial para culpar al activista de origen chileno Roberto Lanza de lanzar una piedra durante el desalojo de una casa okupa y que dejó tetrapléjico a un guardia urbano. Trias ya alcalde les acabó dando a los autores el premio de periodismo Ciutat de Barcelona, que otorga el ayuntamiento y que es el galardón de periodismo más importante de Cataluña. La tesis conspiranoica del documental quedó desacreditada años después, cuando Lanza, ahora en prisión, acabó condenado por un asesinato en Zaragoza, por hechos que nada tenían que ver con lo acontecido en Barcelona. Pero la historia refleja la tensión social que se vivió en el mandato de Hereu, fruto de la crisis económica, y cómo fue utilizada contra el entonces alcalde tanto por convergentes como por militantes de la izquierda más alternativa.

Tirón popular

Vecino de Les Corts y pese a ser de buena familia, Hereu se pateaba los barrios y hablaba con la gente. Estaba marcado por su bonhomía y nunca mantuvo broncas con la oposición. Años después de dejar la alcaldía, sigue siendo muy popular y conocido en la ciudad. Al final de su mandato, cuadros del PSC recuerdan que en una visita a una jornada de gastronomía popular en Nou Barris acabó sin americana y trajinando entre fogones como uno más de los organizadores del evento.

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Como político, era capaz de gestionar las situaciones muy difíciles para luego cometer errores en cosas muy sencillas, como fue el caso de la consulta del tranvía. Entre los temas complicados que solventó para la ciudad fue la sequía de 2008 con la llegada de 10 barcos cisterna cargados con agua para la ciudad no quedase desabastecida, que Hereu planificó con nueve meses de antelación. Aunque fue muy criticado por Trias en la oposición porque al final un nuevo episodio de lluvias hizo que una parte de la flota no fuese necesaria, al final fue un acierto. Se da la circunstancia de que ahora Barcelona, en una nueva sequía, espera de nuevo barcos con agua.

Que el ascenso de Hereu al Ministerio de Industria coincide con la caída de Colau. Jordi Hereu ha defendido en diversas conferencias modelos de ciudad vinculados con el tejido industrial y poner en valor la importancia de contar con una hoja de ruta clara para dar respuesta a las necesidades económicas de cada ciclo.