Es noticia
Un mal trago y una oportunidad: Sánchez llega a la Eurocámara bajo la sombra de la amnistía
  1. España
Balance de la presidencia española

Un mal trago y una oportunidad: Sánchez llega a la Eurocámara bajo la sombra de la amnistía

El presidente del Gobierno hará un repaso de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE en un debate que estará marcado por la ley de amnistía y las críticas de los aliados del PP. Puigdemont también intervendrá en el pleno

Foto: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, interviene en el pleno del Parlamento Europeo en enero de 2019. (EFE)
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, interviene en el pleno del Parlamento Europeo en enero de 2019. (EFE)

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, llega este miércoles a la Eurocámara para pronunciar un discurso en el que querrá hacer balance de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que arrancó el pasado mes de julio y finaliza este 31 de diciembre. Sánchez hablará de los expedientes que se han cerrado, del éxito de la negociación para regular el uso de la inteligencia artificial, de los progresos en las reformas de las reglas fiscales o del estrechamiento de los lazos con América Latina. Sobre ello se referirá durante una primera intervención, porque es de lo que debe hablar: de la presidencia del Consejo de la UE. Es por lo que acude al hemiciclo. Pero después llegará el turno de las formaciones políticas. Y en Estrasburgo nadie espera una mañana tranquila.

Sánchez llega al que ha sido uno de los epicentros de la estrategia de los populares por “internacionalizar” su oposición a la amnistía. Hasta el punto de que en noviembre se celebró un tenso debate en el pleno sobre la situación del Estado de derecho en España, impulsado por populares y liberales, al que Génova dio mucha importancia. Entonces ya hubo palabras duras, señalamientos, cruce de acusaciones. Se habló de la medida de gracia, pero también del bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Servía para poner el asunto ante la opinión pública europea, al mismo tiempo que el PP presiona a la Comisión Europea en su revisión sobre la ley de amnistía. Y aquello fue un aperitivo de lo que todo el mundo espera desde que se sabe que el presidente del Gobierno intervendría en el pleno del mes de diciembre.

La buena noticia para Sánchez es que las dinámicas del debate en la Eurocámara le benefician. El margen para la sorpresa es mínimo en Estrasburgo. Los debates no están configurados como un toma y daca. En un Parlamento con 705 escaños que normalmente solo se llena para las votaciones, ya que hay muchas actividades paralelas como negociaciones o comisiones europarlamentarias, las sesiones no son dinámicas. Es muy difícil apretar o acorralar a nadie. Ni al presidente del Gobierno ni, cuando toca, a la presidenta de la Comisión Europea.

Foto: El comisario de Justicia, Didier Reynders. (EFE/EPA/Ronald Wittek)

La razón es que tras el discurso inicial hay un turno de preguntas en el que intervienen, de seguido, todos los eurodiputados que han pedido la palabra, y normalmente los de mayor peso político hablan justo después del orador, quedando los menos destacados al final de la lista. Eso permite a Sánchez encajar las críticas iniciales sin necesidad de tener que responder en caliente. Y también permite al presidente del Gobierno decidir qué hacer después.

Si decide abordar directamente la cuestión de la amnistía, algo que según fuentes gubernamentales hará en caso de que algún eurodiputado lo mencione, y no hay ninguna duda de que eso ocurrirá, entonces Sánchez tendrá otro beneficio importante: su intervención cerrará el debate. No habrá réplica, al menos no en el hemiciclo. Y eso le permitirá a Sánchez, si hace un cierre adecuado, generar la sensación de que no hay más debate. En la Moncloa saben que la amnistía es un asunto sensible, que llama la atención de la Comisión Europea y que choca con el discurso político que se ha mantenido desde 2017. Saben que en las últimas semanas se ha transmitido una sensación en ocasiones errática y que el debate en la Eurocámara señaló a España. Sánchez tiene ahora la oportunidad de darle la vuelta a esa narrativa y transmitir un mensaje político directamente a eurodiputados, Comisión Europea y opinión pública europea.

Los implicados

El Partido Popular Europeo (PPE) ha implicado mucho al alemán Manfred Weber en esta cuestión y en principio debería ser él quien abriera el turno de intervenciones. Los socialdemócratas europeos cierran filas con Madrid y su presidenta, la española Iratxe García, es una estrecha aliada de Sánchez. En los liberales de Renew Europe sí que hay oposición a la amnistía, impulsada fundamentalmente por Ciudadanos. También hay oposición en el sector ultraconservador de la Eurocámara, los grupos Identidad y Democracia (que incluye a partidos como Alternativa por Alemania o Reagrupación Nacional de Marine Le Pen) y los Conservadores y Reformistas (con los ultraconservadores de Ley y Justicia y Vox). Los eurodiputados de Vox, especialmente Hermann Tertsch y Jorge Buxadé, han hecho intervenciones muy agresivas en los últimos plenos y probablemente este miércoles vuelvan a aprovechar la oportunidad.

Todos los partidos tratan de conseguir un equilibrio entre los eurodiputados españoles, que son los más interesados en el asunto, y los internacionales, que generan la sensación en el público de que la visión concreta del PP, de Ciudadanos o del PSOE es compartida por sus socios de otros Estados miembros. Será, además, la primera vez que Pedro Sánchez coincida con Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, que desde 2020 es eurodiputado. El líder de Junts per Catalunya intervendrá también en el pleno del Parlamento Europeo y después Sánchez podrá contestarle tanto a él como al resto de eurodiputados que participen. Fuentes gubernamentales explican que no está previsto que haya un encuentro con el líder independentista, aunque no descartan que puedan encontrarse por los pasillos de la Eurocámara.

Un debate retrasado

Esta intervención ante el Parlamento Europeo es totalmente protocolaria: cada jefe de Gobierno cuyo Estado miembro asume la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea suele presentar las prioridades de su semestre ante el hemiciclo. Nada tiene que ver con la amnistía ni con la situación del Estado de derecho en España. Estaba previsto originalmente que Sánchez hablara ante el pleno en el mes de julio, al inicio del semestre, pero la convocatoria de las elecciones del 23-J hizo que el Gobierno tomara la decisión de retrasarlo, aunque los populares ya habían presionado a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, para evitar la intervención a la vista de los comicios y del, por entonces, casi seguro cambio de Gobierno.

Luego, en septiembre, cuando se retomó la agenda parlamentaria, la sesión llegaba en un momento en que Alberto Núñez Feijóo era el encargado de intentar sacar adelante una investidura y no era el momento adecuado para esa intervención. En el pleno de octubre, Sánchez estaba centrado en sacar adelante su propia investidura, y ya para noviembre se pensó que había que cambiar la naturaleza de la intervención: más que una presentación de las prioridades, había que hacer un balance de los últimos seis meses, que es en lo que se ha enfocado el discurso del presidente del Gobierno.

Foto: El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell. (EFE/EPA/Olivier Matthys)

Estas intervenciones de los líderes de los grandes países también son un buen termómetro sobre el estado nervioso de la política nacional. Emmanuel Macron, presidente galo, habló ante la Eurocámara antes de las elecciones presidenciales de 2022 y fue una sesión muy tensa y dura, un reflejo de la polarización que se vivía, y todavía se vive, en Francia. En 2019, la última vez que Sánchez dio un discurso en el hemiciclo, el problema catalán se veía desde otro prisma. Eran eurodiputados de Los Verdes los que criticaron a Sánchez la dureza con la que el Estado trataba a un antiguo compañero eurodiputado, como era Oriol Junqueras.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, llega este miércoles a la Eurocámara para pronunciar un discurso en el que querrá hacer balance de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que arrancó el pasado mes de julio y finaliza este 31 de diciembre. Sánchez hablará de los expedientes que se han cerrado, del éxito de la negociación para regular el uso de la inteligencia artificial, de los progresos en las reformas de las reglas fiscales o del estrechamiento de los lazos con América Latina. Sobre ello se referirá durante una primera intervención, porque es de lo que debe hablar: de la presidencia del Consejo de la UE. Es por lo que acude al hemiciclo. Pero después llegará el turno de las formaciones políticas. Y en Estrasburgo nadie espera una mañana tranquila.

Pedro Sánchez Parlamento Europeo Amnistía
El redactor recomienda