Von der Leyen llama a "completar" la UE con una nueva ampliación pero sin fechas

Día grande en Estrasburgo. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha realizado el que será el último discurso del estado de la Unión (SOTEU, por sus siglas en inglés) antes de las próximas elecciones europeas, que se celebrarán en junio de 2024. Ha sido un discurso centrado en su legado, en el trabajo hecho en los últimos años. En representación del Gobierno de España, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, ha estado presente en el hemiciclo José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores.

Uno de los principales mensajes de Von der Leyen ha sido la petición de “completar nuestra Unión” con una nueva ampliación del club. “Empecé hablando de que Europa responde al llamado de la historia. Y la historia nos llama ahora a trabajar para completar nuestra Unión. En un mundo donde algunos intentan eliminar a los países uno por uno, no podemos darnos el lujo de dejar atrás a nuestros compañeros europeos”, ha explicado la alemana. “El futuro de Ucrania está en nuestra Unión. El futuro de los Balcanes Occidentales está en nuestra Unión. El futuro de Moldavia está en nuestra Unión”, ha añadido.

La presidenta de la Comisión ha señalado que para dicha ampliación, que llevaría la Unión a “más de treinta” socios, será necesario “prepararse”. “Necesitamos superar los viejos debates binarios sobre la ampliación. No se trata de profundizar la integración o ampliar la Unión. Podemos y debemos hacer ambas cosas”, ha subrayado. La preparación de la Unión Europea para dicha ampliación será uno de los principales asuntos que se tratarán en la cumbre de Granada que se celebrará a principios de octubre.

Sin embargo, Von der Leyen no ha seguido la estela de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que este verano señaló que la Unión Europea debería completar la nueva ampliación para el año 2030. "La adhesión es un proceso que se basa en los méritos, y la Comisión defenderá siempre este principio", ha explicado la alemana, en un rechazo frontal al empuje de Michel, con el que tiene una relación tensa. Von der Leyen incluso se ha abierto a una posible Convención Europea que lleve a una muy conflictiva reforma de los Tratados de la Unión si es necesario, aunque ha defendido que la ampliación se puede lograr sin necesidad de abrir esa caja de pandora.

El legado de la investidura

Ha sido una intervención de cierre de legislatura, muy centrada en el legado de la Comisión Von der Leyen y con algunas miradas a los próximos 300 días. Se trata de un discurso que intenta unir los puntos, algunos de ellos borrosos, de la legislatura europea que comenzó en 2019. “Gracias a este Parlamento, a los Estados miembros y a mi equipo de Comisarios, hemos cumplido más del 90 % de las orientaciones políticas que presenté en 2019. Juntos, hemos demostrado que cuando Europa es audaz, hace las cosas”, ha señalado la presidenta ante el hemiciclo.

Pero no ha sido un discurso vistoso, ágil, fuerte. Ha sido, como suele ser costumbre, un discurso estático, encorsetado, sin emoción. El único momento fuera de guión se ha producido por error, cuando Von der Leyen, que se refería continuamente a los eurodiputados como “honorables miembros” ha tenido un lapsus y se ha referido a “honorables Estados miembros”. Un error que ha generado risas en la cámara, donde muchos han acusado en los últimos años a la alemana de estar demasiado volcada con las capitales y de menospreciar la Eurocámara.

Von der Leyen sabe que en 2019 tenía pocos apoyos, que se encontraba a la defensiva, que los ataques llegaban desde todos los frentes. No era la candidata que la Eurocámara quería. Hoy es la persona más poderosa de Bruselas, se ha convertido en una figura central de la política comunitaria y ha sido capaz de mantener la iniciativa. Y cada vez que tiene la oportunidad le recuerda a sus viejos críticos cómo han cambiado las cosas. “Cuando me presenté ante ustedes en 2019 con mi programa por una Europa verde, digital y geopolítica sé que algunos de ustedes tenían dudas”, ha asegurado Von der Leyen.

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El objetivo ahora es terminar las últimas tareas pendientes. Y el ambiente no es precisamente el más propicio en algunos asuntos, especialmente en lo que tiene que ver con la agenda verde. Von der Leyen llegó al cargo prometiendo una enorme ambición climática, y aunque ha ido cumpliendo ahora se encuentra con la oposición de su propio partido, el Partido Popular Europeo (PPE), que ha pedido pausar la agenda legislativa, incluso intentando tumbar algunas iniciativas legislativas. Para los democristianos que quieren frenar la agenda verde, Von der Leyen también ha tenido un mensaje, redoblando su apuesta por el Pacto Verde a nivel narrativo incluso si dentro de la propia Comisión están asumiendo la necesidad de pausar la agenda legislativa: “Cuando se trata del Pacto Verde Europeo mantenemos el rumbo. Seguimos siendo ambiciosos. Seguimos con nuestra estrategia de crecimiento. ¡Y siempre nos esforzaremos por lograr una transición justa y equitativa!”.

Manfred Weber, líder del PPE, ha defendido que, en realidad, los democristianos no se han alejado del Pacto Verde, aunque la realidad es que la formación ha seguido esa estrategia para lograr pescar votos en las elecciones europeas con un discurso más alineado con los intereses del campo y de los granjeros y ganaderos. De hecho, Weber ha insistido en que el PPE es “el partido de los granjeros” y del ámbito rural. El alemán, que tiene una mala relación con su compañera de partido Von der Leyen, ha explicado que su formación ha apoyado 32 de los 34 dosieres legislativos relacionados con la transición ecológica.

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Prácticamente nadie fuera de Bruselas y Estrasburgo da importancia a esta intervención. Cada año se convierte en una de las muestras más reales de la llamada “burbuja europea”, los diplomáticos, funcionarios y corresponsales siguen frenéticamente el discurso y el posterior debate, pero no tiene prácticamente ninguna repercusión en el debate público de los Estados miembro. Pero incluso así sigue siendo una cita importante en la política comunitaria. Es una muestra de poder, de iniciativa, de capacidad política. El presidente de turno tiene que saber dar con el tono, con la forma y con el contenido. No siempre se consigue.

La guerra en Ucrania lleva siendo el elemento central de los discursos de Von der Leyen desde que arrancó la invasión rusa en febrero de 2021. Cuando la alemana dio su primer discurso ante la Eurocámara habló de una “Comisión geopolítica” y nadie duda de que ahora el Ejecutivo comunitario es, efectivamente, una Comisión geopolítica, pero lo ha sido precisamente a raíz del conflicto ucraniano. Eso explica el peso político que la cuestión tiene para Von der Leyen. Esta vez, la alemana vuelve a insistir en la necesidad de mantener la unidad en el apoyo a Kiev. El mayor aplauso de la mañana lo ha recibido el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, que sobrevivió a un ataque ruso y que se encontraba en el hemiciclo, acompañado de un retrato de Victoria Amelina, la autora ucraniana que murió en ese bombardeo.

La alemana también ha dedicado parte de su discurso a la necesidad de luchar contra los traficantes que aprovechan las rutas migratorias hacia Europa y ha pedido apoyo para el el Pacto de Asilo y Migración, haciendo también referencia a otras prioridades, como la cuestión de la regulación de la inteligencia artificial o la aprobación de la reforma de las reglas fiscales.

El futuro de Von der Leyen

Von der Leyen no ha aclarado la pregunta que en realidad todo el mundo tiene en la cabeza: ¿intentará seguir siendo la presidenta de la Comisión Europea? La alemana no muestra sus cartas, no quiere quemarse, quiere seguir teniendo todas las opciones encima de la mesa. Washington le sondeó para suceder a Jens Stoltenberg como secretaria general de la OTAN, como han explicado fuentes aliadas, y Von der Leyen se deja querer, evita posicionarse, mantiene todas las puertas abiertas.

La alemana no tiene demasiada prisa. El sistema del ‘spitzenkandidaten’, es decir, que el presidente de la Comisión que los líderes europeos designen salga de entre los candidatos que se presentan a las elecciones de la Eurocámara, está muerto y enterrado en una zanja muy profunda precisamente desde que en 2019 los Veintisiete impusieron a Von der Leyen a los eurodiputados. La presidenta no tiene necesidad de hacer campaña entre los eurodiputados, no tiene por qué arrancar ahora una carrera que se le puede hacer larga y sabe que mientras ella no mueva ficha el resto de los actores, al menos por el momento, esperarán. Y si se lanza a la reelección sus posibles competidores, que saben que tendrán pocas opciones porque Von der Leyen ha sabido ganarse a los jefes de Estado y de Gobierno, tendrán que mover sus fichas entre los líderes y no de forma pública ante la Eurocámara.