"Help Spain": el grito internacional de PP y Vox contra la amnistía

"Pedro Sánchez is the Viktor Orbán from the South". Este fue uno de los mensajes que Alberto Núñez Feijóo, acompañado de Esteban González Pons, trasladó este martes a una treintena de corresponsales extranjeros a los que citó en la sede nacional de Génova. No fue una maniobra casual. Tanto el PP como Vox creen que buena parte de la batalla política contra la amnistía se juega en el extranjero, especialmente en la Unión Europea, donde ambos partidos han lanzado una ofensiva total con la que intentan boicotear la reputación del líder socialista en el exterior y frustrar su relato sobre la total despenalización de los delitos del procés a cambio de su investidura.

La importancia que tanto la Moncloa como la oposición dan a la internacionalización del conflicto catalán, cada uno desde su prisma particular, quedó patente este mismo martes. Solo unas horas después de que el líder del PP finalizase su briefing con periodistas extranjeros, esos mismos invitados acudían a una cita similar con el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños. Feijóo lanzó casi un mensaje de auxilio bajo el rótulo "Help Spain" y alertó a los periodistas de que el "deterioro de la democracia en España" puede llevar al país a la misma situación que Polonia o Hungría. No en vano, la visión de la prensa internacional se mirará con lupa en los próximos días, mientras mantienen vivo el debate en la Comisión Europea.

Génova ha puesto en Bruselas buena parte de sus esperanzas para poner dificultades el Gobierno en su intención de borrar a golpe de ley los delitos de "terrorismo" o "corrupción" en el independentismo catalán. Los populares acudirán también a los tribunales, aunque creen que las opciones de que el Tribunal Constitucional falle a su favor son prácticamente nulas. Harán valer también su mayoría absoluta en el Senado para obstaculizar la agenda legislativa del nuevo Ejecutivo, pero saben que ese poder está también limitado. Y Feijóo se conjura como una especie de líder de masas para seguir capitalizando en la calle el malestar social contra Sánchez. Pero Génova apunta a que lo único que podría tener efectos reales sobre la situación política en España es un toque procedente de la Unión Europea.

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El PP llevará también la cuestión a la Eurocámara, e incluirá en el orden del día de la próxima semana un debate sobre el Estado de derecho en España, en el que está previsto que intervengan tanto Carles Puigdemont como el propio Gobierno central por ostentar la presidencia de turno de la Unión Europea. Las comunidades del PP estudian también elevar sendas denuncias contra la amnistía al Comité Europeo de las Regiones para "implicar a Europa" en el debate político español, con el presidente murciano, Fernando López Miras, al frente de la ofensiva. El dirigente registró este martes una enmienda al dictamen que se debatirá en el organismo a finales de mes para intensificar la lucha contra la corrupción, y que deberá votarse en el mismo pleno.

El partido de Feijóo busca, de este modo, mantener un marcaje continuo en todas las instituciones europeas haciéndose eco no solo de la presión de la sociedad, canalizada a través de multitudinarias manifestaciones, sino también del rechazo de las organizaciones judiciales. El objetivo es, en suma, revertir la ventaja con la que, a priori, contaba Sánchez para explicar la amnistía en Bruselas. Por si fuera poco, el exministro y actual jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se mostró crítico con la ley de amnistía y reiteró públicamente sus "preocupaciones" al respecto.

Sánchez se ha lanzado también a pelear esa batalla. Además de su cita con los corresponsales extranjeros, Félix Bolaños quiere viajar a Bruselas y reunirse tanto con el comisario de Justicia como con la vicepresidenta de la Comisión para explicar su visión en positivo de la ley de amnistía y neutralizar la ofensiva del PP. El Ejecutivo en funciones ha remitido ya la norma a Bruselas para que sea analizada por los servicios jurídicos europeos como parte de su "compromiso" con Europa tras el tenso intercambio de cartas de la semana pasada.

El comisario Reynders exigió al Gobierno información sobre la ley de amnistía en la víspera del anuncio de su acuerdo con Junts, algo que enfureció a la Moncloa. Félix Bolaños respondió con ironía a la petición asegurando que la tramitación de la norma no correspondía al Ejecutivo, sino a los grupos parlamentarios. Unos días después, fue él mismo quien presentó el registro de la norma en el Congreso de los Diputados.

Vox, junto al gurú mediático de Trump

El partido de Santiago Abascal tampoco se ha quedado atrás en esa ofensiva internacional. Los vicepresidentes regionales de Vox han enviado ya una carta al presidente del Comité Europeo de las Regiones, Vasco Alves Cordeiro, para advertir de la "crisis política y social sin precedentes" derivada del "golpe" de Sánchez. Esta semana, además, el partido ultraconservador se ha jactado de que la comisión de Justicia haya aceptado una propuesta para celebrar un debate sobre la amnistía en el Parlamento Europeo, propuesta que también formalizaron los populares europeos.

Pero el mayor tanto que se ha anotado Vox en la batalla internacional es haber conseguido un vis a vis con Tucker Carlson, el conocido gurú mediático de Donald Trump con una carrera, como poco, controvertida: fue despedido de Fox News por defender el fraude electoral de las elecciones de Estados Unidos en 2020 y justificar el posterior asalto al Capitolio. El polémico comentarista conservador también es conocido por apoyar a Rusia en la guerra con Ucrania, pero lo cierto es que sus movimientos arrasan en redes sociales y sus entrevistas —en septiembre se citó con Javier Milei, candidato de la ultraderecha argentina— acumulan millones de visualizaciones.

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Carlson se dejó ver con Abascal en el centro de Madrid este lunes, y entrevistó al líder de Vox al día siguiente. La entrevista verá la luz en los próximos días, lo que otorga un potente altavoz mediático para "situar España en el mapa" internacional y pedir ayuda extranjera contra lo que en Vox califican sin medias tintas de "golpe de Estado". Importante recordar que el propio Donald Trump envió hace un año un vídeo de apoyo a Santiago Abascal, en el que agradeció su "increíble trabajo" en España y le situó como su socio en España y líder de la oposición.