El Senado aprueba la reforma para atrasar la amnistía y obligará a Sánchez a comparecer en los plenos

El Senado ha dado luz verde este martes a la propuesta del Partido Popular para reformar el artículo 133 del Reglamento, que atribuye a la Mesa de la Cámara Alta la potestad para decidir si tramita o no como urgente cualquier proposición de ley que llegue desde el Congreso de los Diputados, lo que permite al Senado dilatar hasta dos meses el plazo para tramitar una normativa frente a los 20 días establecidos para las iniciativas calificadas como urgentes. El PP, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara de representación territorial, podrá retrasar de este modo la aprobación definitiva de la ley de amnistía, que este mismo lunes se registró en el Congreso de los Diputados con la única firma del PSOE.

A los 144 votos favorables del Partido Popular se han unido los tres representantes de Vox y la única senadora de UPN, mientras que ha contado con el rechazo del bloque progresista. Además, el PP ha aprovechado la reforma para introducir dos enmiendas por las que obligará a Sánchez y al resto de ministros a comparecer en los plenos de la Cámara Alta cuando así lo requiera la Junta de Portavoces del Senado, y no solo cuando el Ejecutivo lo solicite. Hasta ahora, el Reglamento solo obligaba a los titulares del Ejecutivo central a dar cuentas en las comisiones donde fueran convocados, pero con la nueva reforma deberán acudir de forma obligatoria a las sesiones plenarias.

El PP exprime así su mayoría absoluta en el Senado para condicionar la agenda de un Gobierno que aún no ha visto la luz: Sánchez se enfrentará a su sesión de investidura este miércoles y jueves, aunque está previsto que se convierta en presidente del Gobierno en primera votación, tras reunir 179 síes. Por el momento, los populares se han puesto de perfil ante la presión de Vox, que exige al partido de Alberto Núñez Feijóo que boicotee directamente la ley de amnistía en la Cámara Alta y no la admita a trámite. Fuentes de Génova apuntan a que el PP no actuará por encima de lo establecido en el Reglamento y que, por lo tanto, no pueden inhibirse de una norma que proceda de la Cámara Baja.

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El pleno de este martes no ha estado exento de bronca, con reproches cruzados entre el bloque conservador y el progresista por saltarse la Constitución, unos con la reforma del Reglamento, y otros por las cesiones al independentismo con la despenalización íntegra del procés. El PSOE ya anunció que llevaría la decisión del PP de modificar el artículo 133 de la Cámara Alta al Tribunal Constitucional por vulnerar, dicen, el artículo 90 de la carta magna. "Es alterar las reglas del juego de la tramitación legislativa", incidió la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados.

El momento de mayor tensión se ha producido con la intervención de la senadora de Más Madrid, Carla Antonelli, que ha acusado al PP de "intentar crear un Gobierno en la sombra" con su mayoría absoluta en el Senado, que "dinamite" al Ejecutivo central y, en suma, la "democracia parlamentaria". "Quieren darle un golpe de Estado a la democracia y meternos en una dictadura por la puerta de atrás", acusó, utilizando las mismas palabras que empleó Isabel Díaz Ayuso para atacar a Sánchez por sus pactos con Junts. "Quieren una dictadura de perdedores", azuzó, entre el revuelo de la bancada popular. "Su intencionalidad no solo es ralentizar la amnistía, sino cualquier iniciativa legislativa que proceda del Congreso", lanzó también la portavoz del PNV, Estefanía Beltrán, que acusó al PP de intentar ejercer un "absolutismo" en la Cámara Alta valiéndose de la mayoría absoluta que le dieron las urnas.

El portavoz socialista, Antonio Fajardo, ha acusado directamente a los populares de ejercer "fraude de ley" con la reforma reglamentaria, acusaciones de las que se ha defendido el senador del PP, Eloy Suárez. "¿Por qué el PSOE puede hacer lo que le dé la gana cuando le dé la gana, y el PP no puede hacer una modificación del Reglamento para mejorar la tramitación legislativa?", cuestionaba, al tiempo que recordaba que los socialistas han modificado recientemente el reglamento del Congreso para habilitar todos los fines de semana y festivos para la investidura de Sánchez. "Nadie se acuerda ya de que el PSOE, por urgencia y trámite único, cambió el CGPJ en una mañana", añadía.

El PP caldea la investidura

La reforma del Reglamento ve la luz solo un día antes de que arranque en el Congreso de los Diputados la sesión de investidura de Sánchez. Y el PP no solo ha comenzado a caldear el ambiente con la reforma en el Senado, sino que también lo ha hecho Cuca Gamarra en la Cámara Baja, en la que ha acusado al jefe del Ejecutivo en funciones de aprobar una ley que implica "impunidad para el terrorismo, la violencia y la corrupción". La secretaria general de los populares no ha bajado los decibelios que empleó este lunes el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado —llegó a asegurar que Sánchez "debería irse de España en un maletero"—, y ha acusado al dirigente socialista de "acabar con el PSOE". "Esta investidura tiene un precio político, moral y económico inasumible", incidía.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, prepara desde hace días su réplica a Pedro Sánchez en el Congreso. El mandatario popular le ha dado prioridad máxima a esa intervención, tanto que ha cancelado su agenda de este martes para encerrarse en su despacho y cerrar los flecos de su intervención. Previamente, Feijóo se ha reunido en Génova con corresponsales extranjeros, con la intención de "internacionalizar" el "deterioro de la democracia en España" tras el registro de la ley de amnistía y las cesiones de Sánchez al independentismo a cambio de su investidura.