El rechazo del PP a salvar las enmiendas de Sánchez amenaza con descarrilar la ley trans
Génova advierte de que "no rescatará al PSOE" e insiste en su rechazo a la "autodeterminación de género". UP desconfía y avisa de que sería "un punto de inflexión" en la legislatura que se apoyaran en los conservadores
La tormenta del solo sí es sí no ha comenzado siquiera a escampar, pero el Gobierno de coalición se precipita a otro choque de trenes, de nuevo con Irene Montero en el ojo del huracán. El PSOE ha dejado vivas sus enmiendas a la ley trans pese al enfado y la "preocupación" de Unidas Podemos, que no concibe obligar a los menores de 16 años a contar con un aval judicial para cambiar de nombre y de sexo en los documentos oficiales. Según concluyó este lunes la propia ministra de Igualdad, la única oportunidad de los socialistas para incorporar sus condiciones a la norma pasa por cerrar un acuerdo con el PP.
Y en el primer partido de la oposición tampoco están por la labor de salvar las enmiendas de Pedro Sánchez, lo que amenaza con llevar la ley trans a una vía muerta. Así, sin Unidas Podemos, sin los aliados parlamentarios y sin la posibilidad de llegar a un pacto con el PP, la segunda ley estrella de Igualdad puede descarrilar. "No vamos a rescatar al PSOE a cambio de renunciar a nuestros principios", zanjan fuentes de Génova, que se comprometen a descolgar el teléfono si llaman los socialistas, pero solo si la base de la negociación son las enmiendas que el PP ha presentado, y no a la inversa. Esto supondría despojar de contenido a una norma ya aprobada por el Consejo de Ministros tras un debate largo y espinoso que ha hecho mella en las líneas socialistas, algo que difícilmente podría aceptar la formación.
De hecho, los populares ven del todo insuficiente la criticada enmienda introducida por los socialistas para endurecer los requisitos del cambio registral en jóvenes de 12 a 16 años e insisten en que dicha iniciativa no resuelve la "inseguridad" a la que la norma condena, a su entender, a los menores de edad. Fuentes parlamentarias del PP inciden, además, en que la enmienda del PSOE parte de una "profunda equivocación" e, incluso, conlleva riesgos. Su hipótesis es que, si se solicita revertir la decisión por un cambio de opinión "a los pocos meses", existirán más trabas para que el solicitante pueda lograrlo.
Los de Feijóo piden la eliminación de toda referencia a la "autodeterminación", "orientación" o "expresión de género" del texto legislativo, una lucha que creen que es compartida por algunos sectores del socialismo para combatir el llamado "borrado de mujeres" frente a la corriente que, de forma mayoritaria, defiende la parte morada del Ejecutivo. Pero la principal preocupación del PP es la "desprotección" a la que, a su juicio, se condena a los menores de edad con la nueva norma, por lo que su línea roja en este asunto es la demanda de un diagnóstico médico como requisito previo a cualquier cambio registral de sexo, sin obviar la exigencia de una autorización paterna al menos hasta alcanzar la mayoría de edad. Y esto dinamitaría la arquitectura de la norma.
"El PSOE está muy lejos de lo que nosotros pretendemos, especialmente en lo relativo a los menores", insisten fuentes autorizadas de los populares, que ven "muy complicado" que los socialistas estén dispuestos a aceptar sus condiciones con tal de no ceder ante Unidas Podemos. "Terminarán cediendo y pactando entre ellos", insisten. Pese a partir de posiciones casi opuestas, solo hay un punto en que PSOE y PP sí podrían unir sus votos: el relativo a la eliminación de la equiparación de la violencia intragénero con la violencia machista, la única enmienda que los dos grandes partidos comparten de todo el texto.
En suma, el PP lamenta que Sánchez nunca haya levantado el teléfono para negociar la ley pese a las evidentes resistencias que ha encontrado dentro del Consejo de Ministros y la división que genera en sus filas. El PP está a favor de una norma específica para el colectivo transexual (la norma afecta a todo el colectivo LGTBI), pero nunca en los términos planteados por Igualdad. Por eso, Feijóo ya se ha comprometido a derogar la ley trans si logra llegar a la Moncloa, sin descartar aún la posibilidad de presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional si la ley lograse ver la luz.
Si el PSOE aprueba la ley con el PP, sería "un punto de inflexión" para Unidas Podemos
Más allá de la estrategia habitual de situar al PSOE en posiciones cercanas a las del PP para reivindicarse como la verdadera izquierda, o a la voluntad de apartar el foco de la ley del sí es sí, en Unidas Podemos se declaran realmente preocupados. Por lo pronto, el PSOE ha convocado la ponencia de la comisión este miércoles, y ahí necesariamente tendrán que abordar las diferencias con sus socios, de no llegar a un acuerdo antes.
El problema es que en UP no se fían del PSOE, y menos aún del PP. Recuerdan cómo los conservadores maniobraron para retrasar la entrada en vigor de la ley del sí es sí en el Senado, este verano, y alertan al PSOE: si pacta con el Partido Popular cambios de este calado, esto supondría "un punto de inflexión" en la legislatura, en palabras de un alto dirigente del espacio político. Incluso hay dirigentes que temen que pueda darse con otras normas, como la ley de bienestar animal —también enmendada por el PSOE tras llegar a un acuerdo en la coalición—, o la ley contra el proxenetismo, otra de las normas que generan dolores de cabeza al Ejecutivo.
Desde luego, tiene claro que no van a negociar la enmienda del PSOE, que descafeinaría la ley y dejaría a los menores "desprotegidos", y se aferran a la aritmética parlamentaria: si el PSOE quiere aprobarla, necesariamente necesitará a sus socios. Y esos aliados (ERC, PNV, EH Bildu, Más País, Compromís o BNG) se sumaron a Unidas Podemos hace semanas para presentar enmiendas conjuntas a la norma, desbordando el bloque de investidura y sumando al PDeCAT, Junts o Coalición Canaria. Solo hay dos mayorías posibles, y todas las partes lo saben.
Los socios, además, recogieron en sus enmiendas las reivindicaciones de las asociaciones LGTBI, y saben que hoy las tienen de su parte para ejercer presión sobre el PSOE. Fuentes de EH Bildu recordaban que están "en contra de cualquier retroceso" o modificación "que deje fuera a las menores trans". "Cualquier retroceso será una mala noticia para el colectivo, que nos pide tramitar la ley cuanto antes como está y no aceptar más rebajas como las que plantea ahora el PSOE", advierten.
PSOE: "La cosa iba mejor que nunca, pero eso no les va bien para su relato"
Por otro lado, si Unidas Podemos se queja de que se comprometió a asumir las "enmiendas más importantes" de sus socios a cambio de un giro sobre los menores, y de que el PSOE pasó tres semanas sin dar señales de vida, los socialistas niegan la mayor. A pesar del rechazo a esta materia, insisten en que no dan "por cerrada" ninguna línea de negociación, y afirman que "todo estaba pactado" con sus socios, "menos ese punto".
Los socialistas, además, sostienen que en ningún momento han sondeado al PP e insisten en que su voluntad es "consensuar hasta el último segundo". También alegan que es falso que los contactos se interrumpieran —"Estábamos hablando más que nunca y la cosa iba mejor que nunca"—, si bien asumen que a Unidas Podemos, y sobre todo a Igualdad, que es quien dicta la respuesta del grupo, "no les va bien" reconocer esta buena sintonía para su "relato" de los últimos tiempos.
La crisis del sí es sí y los ataques de Vox han servido a Igualdad para reivindicarse como guardianas de las esencias del feminismo, y para personificar esa labor en la figura de Irene Montero. "Defender a Irene Montero es defender los avances feministas y a la democracia", llegó a afirmar este lunes la coportavoz del partido, Alejandra Jacinto. Es la esencia de lo que expresaron en el acto feminista contra la "violencia política" que celebraron el sábado, y viene a apuntalar la estrategia de UP, y sobre todo de Podemos, de huida hacia adelante.
La tormenta del solo sí es sí no ha comenzado siquiera a escampar, pero el Gobierno de coalición se precipita a otro choque de trenes, de nuevo con Irene Montero en el ojo del huracán. El PSOE ha dejado vivas sus enmiendas a la ley trans pese al enfado y la "preocupación" de Unidas Podemos, que no concibe obligar a los menores de 16 años a contar con un aval judicial para cambiar de nombre y de sexo en los documentos oficiales. Según concluyó este lunes la propia ministra de Igualdad, la única oportunidad de los socialistas para incorporar sus condiciones a la norma pasa por cerrar un acuerdo con el PP.
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