El PSC asume que el pacto de investidura con Puigdemont tendrá coste electoral

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El PSC asume que el acuerdo electoral con Carles Puigdemont y JxCAT tendrá coste electoral para su formación. Pero tampoco pueden calcular en cuánto, sobre todo teniendo en cuenta que todavía no se conoce el alcance y el redactado concreto de la ley de amnistía que está previsto que se registre en el Congreso la semana que viene. Según cómo sea la proposición de ley, el impacto será uno u otro. Ya en la fase previa había habido desánimo interno. Ahora, esa sensación se multiplica, según fuentes del partido.

El PSC no ha sido ajeno al acuerdo con JxCAT. El secretario general, Salvador Illa y el expresident José Montilla, han estado directamente implicados en la negociación con JxCAT, aseguran fuentes del partido socialista. Ese texto plagado de retórica independentista ha entristecido a la militancia, a las bases y a los cuadros dirigentes. Aunque se reconoce que se ha cedido en muy poco frente al independentismo. El acuerdo ha sido al final lo que siempre había planteado Pedro Sánchez: investidura a cambio de amnistía. Nada más. El fondo bien, la forma mal.

En términos electorales, la referencia sería la votación para apoyar los acuerdos de investidura de principios de este mes de noviembre. Nunca en el PSC la militancia se había abstenido tanto: un 38,4% de los 12.839 militantes no fue a votar. Esos son los incómodos. En cambio, los verdaderamente enfadados son esos 964 militantes de base que votaron en contra. Eso supone el 7,5% del total. Extrapolado en votos, se estima que entre el PSC podría perder entre el 7% y el 10% de su base electoral, 1,2 millones de votos en las últimas generales. Pero, claro, eso sería si las elecciones fuesen ahora. Pero si Pere Aragonès dice la verdad y está dispuesto a acabar su mandato, a los socialistas catalanes no les tocará ir a las urnas hasta febrero de 2025. Para entonces, el PSC espera que el mal trago para sus votantes ya se haya olvidado.

En el PSC también defienden el fondo del acuerdo. Todas las claudicaciones que ha aceptado Puigdemont, desde abandonar la confrontación para asumir que tiene que dialogar con el Gobierno español, hasta aceptar el marco constitucional, cuando exige "la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya amparado en el artículo 92 de la Constitución" Desde el PSC recuerdan que ese artículo señala en su punto 1: "Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos". Es decir, que Puigdemont no solo se somete a la Carta Magna, sino que su punto de partida para las conversaciones es un referéndum "consultivo". Nada que ver con los planteamientos que llevaba haciendo Puigdemont desde hace seis años. Y eso sin tener en cuenta que el Tribunal Constitucional ya dictaminó que era inconstitucional celebrar un referéndum de autodeterminación amparándose en ese artículo.

Recogida de cable

En la práctica, el documento acordado con el PSOE supone una recogida de cable del independentismo sin precedentes estos años. Y en esa didáctica está centrada la dirección del PSC, en explicar el fondo del acuerdo e ir más allá del estilo independentista que impregna el texto. En muchos casos se pide a los militantes más descontentos que lean el redactado y se atengan no tanto al espíritu sino a la letra.

Puigdemont ha aceptado todo lo que dijo que no iba a aceptar. Y, además, ha aparcado otras cuestiones, como el "govern en el exilio" o el "president legítim". Él no firma el acuerdo. Y no hay ni una imagen de Santos Cerdán y Jordi Turull estampado sus rúbricas. JxCAT vuelve a la política española y el independentismo no ha querido fotos.

Puigdemont ha aceptado que JxCAT vuelva a la política española

"Ahora mismo, no tenemos nada más que celebrar que la puesta en marcha de un proceso de negociación como el que hemos reclamado al sistema político español —yo personalmente desde hace más de seis años—, asumiendo que esto, en sí mismo, no es la resolución a nada. Hoy, por tanto, no va a levantar expectativas, y menos dada la gran desconfianza que nos tenemos y la experiencia histórica con los compromisos a los que se ha llegado en el pasado", manifestó Puigdemont cuando presentó el pacto en Bruselas sin aceptar preguntas de la prensa.

Todo este esfuerzo didáctico puede arruinarse con la letra pequeña de la ley de amnistía, pero la inmensa mayoría de los cuadros que ahora torean con esa situación desconocen el texto concreto.

El regreso de Puigdemont

Puigdemont podría volver a Cataluña con la amnistía, pero el proceso puede durar cerca de dos años, a partir de que Pedro Sánchez asuma de nuevo la presidencia. Hay que tramitar la ley. Luego los jueces pedirán su suspensión ante el Constitucional. El PSC está confuso y dividido. El temor de que el socialismo catalán haya arriado la bandera del constitucionalismo en Cataluña convive con la duda de si Pedro Sánchez no habrá matado a Puigdemont haciéndole firmar un documento en el que el expresident huido abdica del grueso de los principios que antes del 23-J eran irrenunciables.