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Mañueco gana las elecciones y dependerá de Vox para seguir gobernando
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ELECCIONES DE CASTILLA Y LEÓN

Mañueco gana las elecciones y dependerá de Vox para seguir gobernando

Los populares mejoran en dos procuradores y el PSOE cae en siete, mientras que Vox será determinante para la gobernabilidad con trece representantes. Soria !Ya! irrumpe con tres

Foto: El candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ejerce su derecho al voto este domingo. (EFE/JMGarcía)
El candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ejerce su derecho al voto este domingo. (EFE/JMGarcía)

Alfonso Fernández Mañueco ganaría las elecciones de Castilla y León con el 33,1% y 31 procuradores, al 99,23% del voto escrutado. Una victoria ajustada e insuficiente para gobernar en solitario, al quedar lejos de la mayoría absoluta a la que aspiraba tras adelantar las elecciones, fijada en 41 escaños. Mañueco, que mejoraría en dos procuradores, quedará en manos de Vox tras cogobernar con Ciudadanos, cuya presencia en las Cortes será testimonial, con solo un procurador de los doce que obtuvo en 2019. A partir de este lunes, Mañueco ha avanzado su intención de "dialogar con todos para formar un gobierno de todos y para todos", sin vetos a la hipotética entrada de Vox, aun defendiendo que las urnas habrían empujado un "gobierno del PP".

Los de Santiago Abascal son la fuerza que más crece pasando de un procurador a 13, como tercera fuerza con el 16,53% de los sufragios y en sintonía con el apoyo que le otorgan las encuestas a nivel nacional. El PSOE de Luis Tudanca cae a estas alturas del recuento hasta los 28 representantes, siete asientos menos que en 2019. El procurador que logra mantener Unidas Podemos, frente a los dos actuales, deja la suma conjunta de los progresistas a dos procuradores de los obtenidos por los populares. Si bien, en número de votos los socialistas consiguen mantenerse en la barrera del 30%, a menos de punto y medio del PP. En sufragios, la diferencia sería de 16.000 votos a favor de los populares. La representación de los socialistas se ve mermada, sobre todo, en las circunscripciones donde más apoyos han conseguido las fuerzas localistas.

Foto: Abascal y García-Gallardo, junto a otros dirigentes del partido en el cierre de campaña. (EFE/Iván Tomé)
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La irrupción de las candidaturas de la España Vaciada se limita a Soria ¡Ya!, que en esta circunscripción se convierte en primera fuerza con tres procuradores y deja a los socialistas con un solo represente al perder dos. Los localistas de Unión del Pueblo Leonés son la primera fuerza en su provincia, pasando de uno a tres representantes. Los dos representantes que ganan son los mismos que pierde el PSOE, como vasos comunicantes, mientras que los populares se mantienen en esta circunscripción. Por Ávila mantiene a su representante. Las encuestas del CIS ya señalaban que el principal caladero de estas candidaturas era el votante socialista, así como la abstención, y en menor medida PP y Vox.

En el bloque conservador, el fuerte descenso de Ciudadanos no se traduce en una subida proporcional del PP. Los populares mejoran en tres procuradores, lo que visibiliza que el trasvase del voto naranja no es suficiente para contener su hemorragia hacia Vox. El saldo es notoriamente favorable para la formación de ultraderecha, la gran triunfadora de la noche electoral y que podría saborear su primer gobierno de coalición.

Foto: El Ayuntamiento de La Zarza, en Valladolid. (La Zarza)

La disyuntiva que afrontan tanto PP como Vox a la hora de gobernar juntos anticipa unas negociaciones complejas, al igual que el debate interno en estas formaciones. En el caso de Génova no solo porque el resultado de anticipar las elecciones sea el de cambiar a un socio moderado por otro más radical, sino por las diferentes posiciones que tienen los barones autonómicos respecto a la gobernabilidad con Vox. En el caso de la formación de Santiago Abascal porque entrar en un ejecutivo autonómico podría suponer morir de éxito, al tener más dificultades para diferenciarse de los populares y confrontar con Pablo Casado, además de perder su seña de identidad como fuerza 'antiestablishment' y refugio del voto de castigo en la derecha.

El líder de Vox, durante su comparecencia en la noche electoral, ha reivindicado que su partido "tiene el derecho y el deber de formar Gobierno en Castilla y León". Asimismo, ha postulado a su candidato en esta comunidad, Juan García-Gallardo, como futuro vicepresidente.

En Ferraz, mirando en clave de ciclo electoral, la dependencia del PP hacia Vox que sale de las urnas de Castilla y León se está exprimiendo como elemento movilizador de los votantes del bloque progresista y una caricatura del partido de Pablo Casado. El líder de los populares no habría salido reforzado como pretendía para poner rumbo a la Moncloa, auspiciado por una concatenación de buenos resultados en comicios autonómicos.

Se cree haber abortado el peor escenario que era una mayoría absoluta de Mañueco sobre la que se impulsaría Pablo Casado a la Moncloa en la apertura de este ciclo electoral, al que seguirán las andaluzas, previsiblemente en junio, y posteriormente las autonómicas y municipales de mayo del próximo año. En las filas socialistas, pese a perder fuerza, se respira un cierto alivio porque Castilla y León no sea la cuna de otro efecto 4-M. Asimismo, se destaca el hecho de haber superado la barrera del 30%. “Si aquí estamos en el 30%, nadie puede creerse que en las encuestas de las generales estemos en el 26%”, señalaba un alto cargo del partido socialista este viernes antes de que se celebrase el mitin de cierre de campaña en Valladolid.

La participación era una de las principales incógnitas en estas elecciones, al tratarse de las primeras elecciones convocadas en solitario, sin el refuerzo de votar también a las alcaldías y la agravante de celebrarse en pleno invierno. Con todo, no se ha producido un desplome notable que pudiese deberse a una desmovilización del votante conservador, al reducirse a dos puntos y medio. Uno de los escenarios que temían los populares y por lo que cerraron la campaña haciendo un llamamiento a la participación de los suyos, que ante la previsión de una clara victoria de Mañueco podrían quedarse sin votar. Principalmente en el rural, donde hay más voto conservador, y que el hecho de no coincidir con las municipales podría aumentar la abstención más que en las ciudades. A estas alturas del escrutinio, la participación se sitúa en el 63,4% frente al 65,8% de 2019 (sin el voto CERA).

Alfonso Fernández Mañueco ganaría las elecciones de Castilla y León con el 33,1% y 31 procuradores, al 99,23% del voto escrutado. Una victoria ajustada e insuficiente para gobernar en solitario, al quedar lejos de la mayoría absoluta a la que aspiraba tras adelantar las elecciones, fijada en 41 escaños. Mañueco, que mejoraría en dos procuradores, quedará en manos de Vox tras cogobernar con Ciudadanos, cuya presencia en las Cortes será testimonial, con solo un procurador de los doce que obtuvo en 2019. A partir de este lunes, Mañueco ha avanzado su intención de "dialogar con todos para formar un gobierno de todos y para todos", sin vetos a la hipotética entrada de Vox, aun defendiendo que las urnas habrían empujado un "gobierno del PP".

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