La campaña se olvidó del campo andaluz: "Los políticos tienen que pisar la tierra que labramos"

Era lo último que le faltaba a Juan Espadas. El 'hombre tranquilo' del PSOE ha entrado contra su voluntad en el tramo final de la campaña. Los agricultores y ganaderos, pilares del sector primario, colectivos muy presentes en los mensaje políticos de los partidos que concurren el 19-J, están multiplicando las críticas contra Luis Planas por la política agraria común (PAC) y en las últimas horas han enviado distintas comunicaciones en las que le acusan de "falta de diálogo" y de favorecer a otras regiones. Un nuevo revés para los intereses del candidato socialista, muy dañado por las encuestas y que este miércoles asistió en primera fila al polémico 'indulto' que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero concedió a Manuel Chaves y Jose Antonio Griñán, condenados por el caso de los ERE. Sin embargo, las asociaciones agrarias hacen extensibles a todos los partidos sus críticas por orillar en sus discursos las preocupaciones del sector y enfocar sus problemas desde lo anecdótico de una foto con una vaca.

Este aumento de las reivindicaciones evidencia la quiebra del campo con un PSOE que fue hegemónico y que ha facilitado el crecimiento de opciones conservadoras —PP y Vox— en escenarios que parecían vetados para todas aquellas siglas que no se arrogasen la defensa obrera. El malestar por los precios en origen, las importaciones de productos de países con cuestionables filtros de seguridad y salubridad o el incremento de costes derivado de la inflación son algunos de los problemas que estos trabajadores y empresarios han ido exponiendo a las distintas administraciones sin encontrar soluciones solventes.

TE PUEDE INTERESAR

El PSOE andaluz teme que su votante rural abstencionista salte a Vox

Isabel Morillo. Sevilla

El agro exhala cierta sensación de abandono tras una campaña en la que parecía que, por fin, se iban a abordar sus anhelos, pero finalmente sus preocupaciones han transitado por las comparecencias, mítines y otros actos de refilón. Muy lejana parece la foto de la multitudinaria manifestación de agricultores y ganaderos en Madrid el pasado 20 de marzo. Los candidatos se han olvidado de aquellas banderas que enarbolaban meses atrás cuando los precios de los combustibles se disparaban. Alguna foto de reencuentro con una vaca. Poco más.

Carmen Quintero, secretaria provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Córdoba, habla claro y remarca "eso me gustaría que lo escribieras" cuando echa en cara a la clase política el uso interesado que hace del mundo rural. "Desde un despacho, rodeado de asesores que no tienen ni idea del tema, se ven las cosas de otro color". "Hay que mancharse los pies de barro, hay que pisar la tierra que labran los agricultores y en la que pastan las reses de los ganaderos", reprocha, porque "sin calzarse sus botas, difícilmente se puede hacer un programa o gobernar para la gente del campo".

Los agricultores se han convertido en los nuevos descontentos, y los partidos van a por sus votos

Quintero asegura que “seguimos teniendo los mismos problemas que hace unos meses” y que “hay motivos suficientes para cortar carreteras y reventar lo que haga falta”, porque “no podemos más”, señala antes de preguntar: “¿Tan poco vale el medio rural?”. “Pues más de la mitad de los andaluces viven en él”, reivindica, para seguidamente lamentar que las formaciones políticas ondeen la bandera de lo rural de una forma frívola.

La tentación, desde el punto de vista de la ambición política, es lógica. A finales del pasado mes de mayo, 33.559 empresas constituían el sector agrario en la comunidad andaluza. Sociedades que empleaban a 222.719 personas y que en muchos de los casos tienen una plantilla máxima de cinco trabajadores. O lo que es lo mismo, son explotaciones familiares que ven peligrar su futuro con una inflación desbocada, cuando se encarecen los combustibles o les intentan imponer medidas de producción sostenible que gravan los costes. Los agricultores y ganaderos se han convertido en los nuevos descontentos. Y por eso son objeto del deseo de los partidos.

La derecha ya no da miedo

Vox y PP han sido dos de las siglas que han sido acusadas por el espectro político de la izquierda de querer canalizar las protestas del agro con fines meramente electoralistas. Pero estas quejas también pueden esconder los miedos de partidos como el PSOE e IU, que observan cómo unos votantes fieles empiezan a perder el miedo a los postulados conservadores. Un nuevo ecosistema que desequilibra las fuerzas tradicionales y que debilita las aspiraciones de las formaciones autodenominadas obreras.

El barómetro preelectoral del CIS fijaba esa ‘conversión’ ideológica en el 63%. Este es el porcentaje de vecinos de la Andalucía interior que mostraban su simpatía por los populares, 45,5%, y por la formación presidida por Santiago Abascal, 17,7%. Una catástrofe para los socialistas, que tan solo contaban con un 13,2% de los apoyos y que asisten al abandono de un seguidor siempre incondicional.

Esta tendencia no impide que algunos aún sientan recelos. No desde el punto de vista ideológico, sino de conocimiento de la idiosincrasia de una parte de unos profesionales que vuelven a sentirse abandonados después de salir revalorizados tras la pandemia. Y es Vox quien genera más dudas. “Solo se ha reunido con la Federación de Caza”, se quejaba una fuente cualificada del sector agrícola jiennense, que les echaba en cara que, “si te arrogas el título de ser el defensor del campo, qué menos que sentarte con los agricultores”. “Dicen que ellos son el campo, pero eso es mentira. En los debates se ha podido comprobar que no tienen ni pajolera idea del mundo rural”.

TE PUEDE INTERESAR

La condena del campo: los agricultores asumen el 90% de la caída de los precios

Javier G. Jorrín

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, Cristóbal Cano, disuade a todo aquel que quiera “capitalizar [políticamente] un sector tan importante como heterogéneo”, ya que “nadie puede atribuirse la defensa absoluta del sector agrario”.

“La gente del campo sabemos dónde está cada uno y no van a engañar a nadie”, advierte, para después censurar que, durante la campaña, “se ha hablado de muchas cosas en clave nacional, o de la estructura interna de los partidos, en vez de sobre lo que queremos los andaluces”.

Cano señala que ha seguido los dos debates de los candidatos y que el rastro que dejó la cuestión agraria tras horas de discusión fue “un corte que me llegó del candidato Juan Espadas sobre la ley de cadena alimentaria”.

TE PUEDE INTERESAR

La derecha barre al PSOE del campo andaluz: más del 63% de los electores opta por el PP y Vox

María José Guzmán. Sevilla Gráficos: Unidad de Datos

El representante de la UPA confiesa que “lo importante” no es que sus reivindicaciones “se plasmen en un programa electoral”, sino que luego sean atendidas en la acción de gobierno. Porque están cansados de escuchar promesas que después no se cumplen. El último ejemplo, afirman, la aprobación del Plan Estratégico de la PAC.

Quejas por la PAC

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) ha remitido diversos comunicados en los que hace la cuenta del perjuicio económico que para agricultores y ganaderos de la comunidad supuestamente va a suponer este nuevo marco de producción y relaciones comerciales. Un quebranto que suma 500 millones para toda la comunidad y que echan en cara al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Le censuran que no haya tenido en cuenta las “observaciones” que realizaron para “intentar que dé marcha atrás en muchas de sus pésimas propuestas iniciales”, que consideran que “van contra los intereses de los agricultores y ganaderos cordobeses y andaluces”.

Luis Planas, centro de las últimas iras de los productores, defiende la idoneidad de la PAC

Asaja tilda de “inexplicable” la actitud del ministro por “su falta de diálogo” y advierte de que la nueva política agraria común “no respeta los equilibrios territoriales y sectoriales actuales” y supondrá “una notable reducción de la ayuda básica a la renta, agravada más por el nuevo pago redistributivo”.

Luis Planas, que precisamente este jueves hacía campaña a favor de Espadas, aseguraba el día antes en Cádiz que el nuevo texto mejoraría el “reparto de los fondos y la capacidad para hacer frente a los retos”, como la lucha contra el cambio climático, la incorporación de jóvenes y mujeres a las actividades agrícolas y ganaderas y la innovación y digitalización para incrementar la generación de valor.