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La derecha barre al PSOE del campo andaluz: más del 63% de los electores opta por el PP y Vox
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ELECCIONES EN ANDALUCÍA

La derecha barre al PSOE del campo andaluz: más del 63% de los electores opta por el PP y Vox

Hay una izquierda rural conversa que votará a las fuerzas conservadoras. El recuerdo del subdesarrollo de épocas pasadas ya no pesa en las nuevas generaciones de votantes

Foto: Protesta de los agricultores andaluces. (EFE/José Manuel Vidal)
Protesta de los agricultores andaluces. (EFE/José Manuel Vidal)
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El campo andaluz ya no vota a la izquierda. Es una de las conclusiones que se desprenden del barómetro preelectoral del CIS, dado a conocer justo en el inicio de la campaña de las autonómicas, que revela un giro muy radical en la intención de voto. Más del 63% de los electores de este entorno se decanta por la derecha: un 45,5% por el PP y un 17,7% por Vox, según los datos que miden el voto y la simpatía hacia los partidos.

El PSOE solo contaría con la aprobación del 13,2% de los encuestados en el campo andaluz y las fuerzas más a su izquierda, tanto la coalición Por Andalucía como la que encabeza Teresa Rodríguez, se quedarían con un 5% (un 3,5% y un 1,5%, respectivamente). En el caso de Ciudadanos, la intención apenas supera el 1,3%. Por lo que la radiografía que se desprende de este sondeo confirma una pérdida del voto de izquierda demoledora, sobre todo para el partido de Juan Espadas.

La conversión de esta Andalucía rural ya se había iniciado. La decadencia trae a la memoria la imagen de campaña de Santiago Abascal cabalgando por una campiña en 2018. Entonces Vox irrumpió entre los agricultores y los ganaderos y ahora, en vista de los datos, parece que consolida su posición de fuerza.

El campo es un electorado que ha votado tradicionalmente al PSOE. Basta con contrastar los datos del último barómetro con los poselectorales de 2015 y 2018, donde el recuerdo de voto era muy distinto. Hace siete años, solo la suma de quienes votaron al PP y a Ciudadanos se aproximaba a la mayoría que optó por el PSOE, si bien en los últimos comicios la simpatía por el PP bajó drásticamente a un 7%, igualándose con los que se decantaron por Vox. En 2018, un 42,8% eran desencantados que en la anterior cita fueron abstencionistas.

La consolidación de la derecha en el mundo rural ya se confirmó en las elecciones de Castilla y León, en las que el bloque de PP, Vox y Cs acaparó más del 55% de los votos. Los políticos volcaron su campaña en los pueblos y enarbolaron la bandera de defensa del mundo rural, aprovechando la animadversión levantada por Unidas Podemos y las declaraciones del ministro Alberto Garzón sobre las macrogranjas y la calidad de los productos cárnicos españoles. Y aunque el líder del PSOE, Juan Espadas, ha asegurado en más de una ocasión que el medio rural en Andalucía, donde el peso del agro es de los mayores de España, no es el mismo que el castellano, el panorama para el partido es desolador. El socialista ha apelado al subdesarrollo a que la derecha y la dictadura franquista sometieron a Andalucía para argumentar que esta imagen impedirá el avance del PP y de Vox. El problema, según reconocen en el PSOE, es que ahora los que votan a esos partidos son “los hijos de los que antes nos votaban a nosotros”. Y ese mal recuerdo no está ahora tan arraigado en el campo, donde se decide un tercio del voto de la región que durante años fue de hegemonía socialista.

Vox ha desplegado banderas capaces de enganchar a mucha población no solo por ser elementos identitarios de la cultura andaluza, como los toros o la caza, sino porque son asuntos fundamentales para la economía de una comunidad donde la ganadería brava o la actividad cinegética dan de comer a muchas familias. El PP desplegó con tiempo su estrategia para frenar a los de Santiago Abascal y sofocar el profundo malestar del campo, que se ha levantado contra el Ministerio de Agricultura por el hundimiento de los precios en origen, la PAC o la subida de la luz y el gasóleo en un momento, además, de sequía y problemas de suministro por la guerra de Ucrania. Y todo esto ha puesto contra las cuerdas al PSOE, que hace casi tres meses que inició una hoja de ruta de diálogo con asociaciones agrarias y de caza para ofrecer respuestas a sus problemas.

Y aunque hay un estado de ánimo y opinión dividido entre los agricultores y trabajadores agropecuarios, forestales y pesqueros, la confianza que aseguran tener en los partidos de derecha es arrolladora. Según el barómetro del CIS, el 26,1% cree que la situación económica de Andalucía es ahora peor y un 10,1% opina que es mucho peor. Pero los que aseguran que el panorama actual es mejor o mucho mejor suman casi el 40%. El principal problema que existe en la comunidad autónoma para este colectivo es, con distancia, el paro (38,6%), seguido de la crisis económica y la sanidad.

Aun así, hay un 20% de encuestados que califica con un notable la gestión de Juanma Moreno. Pero a la pregunta de qué partido le despierta más simpatía, entre los trabajadores del sector agrícola y ganadero, el 41,8% contesta que ninguno, si bien un 13,8% apuesta por el PP y solo un 7,3% por el PSOE, al que le sigue de cerca Vox, con un 6,3%.

El campo andaluz ya no vota a la izquierda. Es una de las conclusiones que se desprenden del barómetro preelectoral del CIS, dado a conocer justo en el inicio de la campaña de las autonómicas, que revela un giro muy radical en la intención de voto. Más del 63% de los electores de este entorno se decanta por la derecha: un 45,5% por el PP y un 17,7% por Vox, según los datos que miden el voto y la simpatía hacia los partidos.

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